Alerta de proximidad

Capítulo 30: Firmeza

—Al menos esta vez estabas noqueado cuando sucedió. Odio tener que lidiar contigo en ese estado. Y pues, no sé cómo demonios aquello entró en tu sistema, pero parece ser de una acción bastante lenta.

—¡Mark! ¡¿Qué hiciste?! El ojo de papá... ¡¿Tú...?!

—Bien, definitivamente quien envió esto quiere que estés aquí.

—Tú... Pequeño pedazo de porquería...

—¿Comprendes la gravedad de tus acciones?

—No puedo tener la conciencia tranquila mientras tú estás por allá buscando un objeto en un sitio lleno de especies venenosas y cazadores.

—Oh... En fin, esperaré a que su estúpida partida termine ya que no puedo contar solo con tu opinión Mark.

—Muéstrame tus manos, Mark. Te dije que me contaras cuando llegaras a sentir alguna molestia en ellas... Después de todo el proceso de sanación es largo.

Estaba atrapado en medio de un revoltijo de frases que había escuchado en algún lugar, reconocía a la persona que había hablado en ese entonces, la voz y forma de expresión eran las pistas que tenía. Detestaba esa sensación, probablemente le estaban provocando todo eso para mantenerle distraído y tomar lo que necesitaban. Se preguntaba cuánto tiempo había transcurrido, esperaba que se acabara para poder salir de este estado que le tenía peor a la primera vez se excedió con la bebida por culpa de un amigo cazarrecompensas que no volvería a ver.

"Demonios, ya había olvidado eso..." pensó en esos confusos instantes.

—¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en casa con tus papás?

—Lo que hiciste es imperdonable.

—Huiste de casa e intentaste cortar todo contacto con nosotros, ¿no crees que es algo cruel? Sé que no pude protegerte, pero creo que pudiste aguantar un poco más. No puedes solamente apartarte, ¡no sabes cómo me he sentido desde que te fuiste! Yo no quería que te fueras de mi vida, ¿por qué crees que he invertido tiempo para poder encontrarte?

—Esto se ve mal. Mark, debes ir con un médico, eso se está encarnando. ¿Por qué no abriste la boca? No puedes guardar tus dolencias físicas, el dolor es una advertencia.

—Deberías tapar esa cosa, ya no perteneces allí. No debería ser visible ese apellido en tu piel.

—Tu lugar es con nosotros ahora, no te preocupes, vamos a cuidarnos entre todos.

—Escucha, niño. Estaba buscando al sujeto que acabas de noquear en plena calle, y con un arma sin energía. Y no me gusta la idea de robar triunfos, además, eres pequeño... Así que te ofreceré algo. Únete a mí, si me dejas forjarte no te faltará nada, te ofrezco un refugio y si así lo deseas tal vez una familia.

—¡¿Qué él hizo qué?!

—¡Nos vemos mañana! ¡Y si traes unas monedas compraremos dulces!

—¡No vaciles y dispara!

—Mark, hay cosas que deben superarse para que lleguen al punto en que dejen de ser un mal recuerdo, solo algo que ocurrió y que ya no te causa ninguna reacción. De momento te voy a recetar esto, y es un compuesto bastante normal, tal vez pueda provocarte un poco de dependencia por lo que desde ya te dejo claro que no te excedas con las dosis.

—Y... ¿Da miedo irse de casa?

—Oh, cierto... La estructura del estado cemaran es completamente retrógrada. Y pues, desconozco cómo fue tu vida, pero vaya que se nota ese rencor que guardas. Si no morimos primero, puedes dar un último discurso liberando todo tu veneno. Es glorioso hacerlo.

—Qué bueno haberte conocido, Mark.

—¡Bien gente, nos vamos de caza! ¡Hoy será una presa grande, cortesía de La Guardia! Así que prepárense, asegúrense de tener sus armas bien cargadas.

—¡Buen tiro! ¡Tienes talento para esto!

—Ni para eso sirves, que desperdicio de recursos.

Algunas frases comenzaron a repetirse, y también aparecieron los escenarios, y no tardaron en aparecer las personas. Que pésimo momento, estaba bien que recordara vivamente esos momentos alegres, pero los peores cada vez aparecían con mayor frecuencia. Y cuando recordó aquellas muertes que presenció y los numerosos golpes que padeció tiempo atrás aquel temor volvió a invadirle, se había esforzado en mejorar para no presenciar algo similar. Ya se empezaba a cansar, pero al menos esos pequeños recuerdos le reconfortaban un poco. La repetición le hartaba, por lo que los recuerdos "nuevos" sin duda eran preferibles.

—¿Puedo sentarme aquí?

—¿Realmente crees que alguien va a ser capaz de amarte? Eres una persona horrible, Mark. Ni te aprecias a ti mismo, ¿cómo es que otro lo va a hacer?

—¡Ayúdame a sacarlo de aquí! Debemos detener la hemorragia lo más rápido posible.

—Tienes unas ikras muy lindas, y no lo digo porque sean iguales a las mías, esos adorables puntos bajo tus ojos solo me hacen amarte más.

—¡Hola! ¿Ya te encuentras mejor?

—Oh, no, verás... Alguien de tu clase... Quiero subir mi reputación, no empeorarla.

—¿Tú fuiste quien lo asesinó?

—No quiero creerlo, así que por favor necesito verte cara a cara; y ver si puedes hacer algo, tal vez tengas más rango o algo así, no soporto ver y escuchar como revisan nuestras pertenencias, mi mamá casi se desmaya cuando uno de ellos entró por la ventana y le amenazó con una de esas pistolas raras.

—¡Ya eres legal! Así que... ¿Vienes a tomar o te da miedo?

—Yo que tú no renunciaría, solo digo.

—Muchos se rompen si no son del material correcto, pero cuando lo son la presión les viene de maravilla. Y eres una de esas personas, por esto te pedí que vinieras.

Una vez el procedimiento terminó se levantó agitadamente y se retiró lo que le habían puesto. Si llegaban a decirle que no lo lograron estaba seguro de que se largaría de allí tan rápido como pudiera. La experiencia de estar bajo el efecto de esa cosa era tal y como le habían comentado, muy confusa e incómoda a ratos. Por fortuna sí obtuvieron lo que deseaba, y en realidad le sorprendía que fuera tanta información, incluso detalles que él no hubiese recordado al momento de redactar. Ni cuando tuvo que estar en guardia por casi tres parts se había sentido tan cansado mentalmente. Cuando estaba dispuesto a salir Sefore entró en ese sitio, parecía que había ocurrido algo, ya que se notaba bastante estresado. Ese tomó aquel registro que acababan de obtener y se tomó su tiempo para leer. Sabía que no podía irse aún, al parecer tendría que escuchar lo que este dijera de la información nueva.



#2354 en Ciencia ficción
#16022 en Otros
#1990 en Aventura

En el texto hay: alienigenas y humanos, aliens, space opera

Editado: 25.07.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.