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Un Mensaje del Pasado
Aurel y Cael disfrutaban de su floreciente relación, compartiendo aventuras que fortalecían su vínculo. Sin embargo, una noche, mientras el País de las Maravillas dormía bajo un cielo estrellado, una luz tenue apareció en los jardines del palacio. Aurel, alertado por su conexión con el reino, salió a investigar.
Frente a él, una figura etérea emergió: una antigua guardiana del País de las Maravillas. Era Lyanna, la protectora original de los Elementos, cuyo sacrificio había sellado el equilibrio en tiempos remotos.
—Aurel, Cael —dijo con una voz suave pero firme—, su amor ha despertado un poder que ni siquiera ustedes comprenden. Pero con él viene una gran responsabilidad. El equilibrio del País de las Maravillas dependerá de su unión.
Cael, que había seguido a Aurel, miró a la figura con asombro.
—¿Por qué nosotros? ¿Qué tenemos que otros no?
Lyanna sonrió.
—Tu conexión es única. La luz de Aurel y la música de Cael no solo complementan sus almas, sino que también son las claves para mantener la armonía en este mundo. Pero deben demostrar que su amor puede resistir cualquier oscuridad.
Con esas palabras, Lyanna desapareció, dejando atrás un cristal brillante que parecía pulsar con energía.
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Un Nuevo Desafío
El cristal reveló un mensaje oculto: debían viajar al Círculo de los Orígenes, un lugar donde el tiempo y el espacio se entrelazaban, para consolidar su vínculo y desbloquear el verdadero potencial de su conexión.
Alex y Leo, preocupados pero confiados en la fortaleza de su hijo, los apoyaron.
—Siempre hemos enfrentado los desafíos juntos —dijo Alex, tomando la mano de Aurel—. Pero esta vez, es tu turno de liderar.
—Confío en ti, hijo —añadió Leo—. Y confío en que Cael estará a tu lado.
Lía, emocionada, les entregó un mapa mágico que señalaba el camino al Círculo.
—¡Y no olviden regresar! Este lugar no es lo mismo sin ustedes.
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El Viaje al Círculo de los Orígenes
El camino estuvo lleno de obstáculos que pusieron a prueba su relación:
El Laberinto de los Ecos: Aquí, escucharon sus mayores inseguridades proyectadas como voces. Aurel enfrentó su miedo a fallar como Guardián, mientras Cael se vio confrontado por el peso de su oscuro linaje. Al apoyarse mutuamente, superaron las dudas y encontraron la salida.
El Puente de las Sombras: Un paso peligroso que solo se sostenía si confiaban completamente el uno en el otro. Cada vez que dudaban, el puente se desmoronaba, pero tomados de la mano, lograron cruzar.
La Cámara de los Espejos: Aquí, vieron reflejos de futuros posibles, algunos felices, otros llenos de tristeza. Fue Aurel quien aseguró:
—Nuestro futuro no está escrito, pero mientras estemos juntos, podemos enfrentarlo todo.
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El Círculo de los Orígenes
Cuando llegaron al Círculo, el lugar parecía un crisol de energía pura, donde los elementos danzaban en armonía. Al entrar, el cristal que habían llevado comenzó a flotar, proyectando una figura: Lyanna.
—Para completar el vínculo, deben unir sus corazones y confiar plenamente en el otro. No solo en el amor, sino en sus propias fuerzas y debilidades.
Aurel extendió su mano hacia Cael.
—He aprendido tanto desde que te conocí. No solo me has enseñado a amarte, sino a amarme a mí mismo. Estoy listo para dar este paso contigo.
Cael, con lágrimas en los ojos, respondió:
—Contigo, he encontrado mi lugar en este mundo. Pase lo que pase, siempre estaré a tu lado.
Cuando sus manos se unieron, una luz intensa los rodeó. Sus energías se combinaron, creando una onda que restauró el equilibrio en el Círculo y llenó el País de las Maravillas con una nueva vibración de armonía.
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Un Amor que Inspira
De regreso al palacio, fueron recibidos con alegría. Alex y Leo los abrazaron, orgullosos de su valentía.
—Han demostrado que el amor no solo fortalece, sino que también salva —dijo Alex con una sonrisa.
La Reina Blanca declaró que, desde ese día, el País de las Maravillas celebraría el Festival de las Almas Unidas, en honor al amor de Aurel y Cael, que había revitalizado el reino.
Esa noche, mientras las luces del festival iluminaban el cielo, Aurel y Cael se miraron, sabiendo que su amor no solo había superado pruebas, sino que también había encontrado un propósito más grande: ser el corazón del País de las Maravillas.
—Esto es solo el comienzo —dijo Aurel, tomando la mano de Cael.
—Sí, pero con cada paso, sé que estaremos juntos —respondió Cael, sellando sus palabras con un beso bajo las estrellas.