Álex (viaje de fin de curso 2)

Kesha

— Lara— una despampanante morena vestida con una minifalda y top negro de cuero se acerca a saludarla dándole dos besos— Tu debes ser Álex— me da dos besos también a mí— Soy Kesha, tu compañera de reparto— me quedo mirándola embobado, su piel canela brilla con las luces del local, no para de sonreír con sus generosos labios pintados de rojo mirándome con sus vivarachos ojos negros.

— Mi mujer— le sonrío.

— ¡Qué lástima me va a dar morirme!— su sensual sonrisa me tiene cautivado.

— ¡Y a mí!

— Hemos venido a trabajar— Lara nos corta el filirteo— ¿Dónde es la sesión de fotos?

— ¿Celosa de no ser el foco de atención?— le suelta dulcemente Kesha.

— Cariño, soy la protagonista— la mira altiva.

— Hoy estás arriba, mañana no se sabe— suena a amenaza en toda regla. Me gusta Kesha, no se amedrenta ante la pelirroja.

— Hay quienes nunca estaran arriba— le sonríe falsamente Lara.

— Y otras que llegan arriba sin merecérselo— lo dice tan natural que no parece un insulto.

— El coordinador nos está llamando— las interrumpe Daphne al ver que su amiga la va a armar.

— Terminemos esto de una vez— Lara sale andando contoneándo exageradamente sus caderas.

— Es una bruja— me dice al oído sonriendo agarrada de mi brazo Kesha.

— Bicho pelirrojo la llamo yo— su risa cantarina hace que Lara vuelva la cara y nos mire con desaprobación. Los dos nos reímos a la vez.

— Lara, aquí— el organizador le indica dónde colocarse para que se pueda ver bien la publicidad de la discoteca en las fotos.

— ¿Álex?— asiento mientras me separo de Kesha— soy Marcus, encantado de conocerte— estrechamos las manos— ¿Nervioso?— como para no estarlo, hay cientos de personas— Piensa que son personas  cómo tú, vienen a ver a sus actores favoritos y a pasar un buen rato, seguro estarán más nerviosos que tú.

— Más que yo no creo— sonrío nervioso.

— Lo harás bien, si necesitas ayuda, hazme una señal e iré a tu rescate— me palmea en el hombro— Haremos ahora unas fotos a Lara y luego subirás tú y luego tú— señala a Kesha.

— ¡Hay que ver que ni siquiera me has saludado!— se lanza a Marcus y le da dos besos muy cerca de la boca. La chica tímida desde luego no es.

— Kesha, tan bella como siempre— sonríe falsamente.

— ¿Tomamos algo después?— apoya su mano en el hombro de él.

— Voy a estar muy ocupado— le quita la mano y se va a hacer su trabajo.

— Es un estirado— tuerce la boca— voy a por algo de beber, ¿Vienes?— me pregunta.

— Él se queda— Daphne se pone a mi lado.

— Tenemos tiempo de sobra para tomarnos unas copas— me anima a que vaya con ella agarrando mi mano.

— Falta muy poco para que lo llamen— ¿Por qué no quiere que vaya con Kesha?

— Tardaremos dos minutos— insiste.

A lo lejos veo a Marcus observándonos, mirándome a los ojos niega con la cabeza advirtiéndome de que no vaya con ella.

— Gracias, Kesha, pero no me apetece tomar nada— la suelto.

— Bueno, tú te lo pierdes, ahora vuelvo.

— ¿Qué pasa con ella?— pregunto a Daphne en cuanto no nos puede ir.

— Problemática, mentirosa, trepa, ¿Quieres que siga?

— No lo parece— mis ojos se van al precioso trasero enfundado en cuero.

— Ya lo comprobarás— parece que le molesta que me caiga bien la chica.

 


— ¿Unos canapés?— un camarero con una bandeja entra al reservado dónde estamos descansando después de la sesión de fotos, entrevistas y firmas.

Situado en la zona VIP de la discoteca en la planta superior desde él podemos a la gente bailar y a los bailarines sin que nos molesten. Agotado de estar casi cuatro horas sonriendo y tomándome fotos descanso viendo cómo los bailarines pintados y vestidos de oro se menean al ritmo de la música en movimientos imposibles. Estoy contento, todo ha salido bien para variar, al principio un poco tenso pero con la ayuda de Kesha he conseguido superar mi timidez e incluso pasarlo bien, no creo mucho lo que me ha dicho Daphne de ella, quizás esté influenciada por Lara. Lara sí que me ha sorprendido, no parecía ella misma, simpática, cercana, totalmente diferente a cómo se suele comportar.

— ¿Tienen nueces o pistachos?— Lara los mira ansiosa al igual que yo, parece que tiene hambre.

— Ni una pizca— le sonríe el camarero— Tal como usted pidió— le ofrece la bandeja.

¡Vaya, también la diva es especial con la comida! Toma dos del tirón y se los come rápidamente, Sam tres y yo uno antes que me quedé sin probarlos, con la mano libre Sam ha tomado otros dos, a Daphne no le da tiempo a probarlos cuando vuelve de haber dejado a Kesha en un taxi, la chica después de la sesión fotográfica se ha dedicado a beber cómo si no hubiera haber un mañana y está "indispuesta".

— ¿Desean algo de beber?— pregunta el camarero antes de irse, cada uno pedimos una bebida, hace mucho calor aquí dentro.

— ¡Chicos, chicos!— un asustado Sam nos llama desde el reservado, Daphne y yo estamos en la barandilla que da a la pista mirando un espectáculo de un boy de una despedida de soltera que se celebra en la discoteca mientras esperamos la bebida— Lara, Lara— señala a la vez que nos arrastra al reservado.

— ¡El bolso! ¿Dónde está el bolso de Lara?— grita asustada Daphne mientras lo busca.

— Empezó a toser y ponerse roja— Sam busca el bolso mientras yo intento ayudar a la pelirroja, tose sin parar, unos pitos agudos salen de su garganta al tenerla inflamada, su piel está hinchada y muy caliente repleta de rojeces y su cara... la tiene tan hinchada que uno de los ojos no puede abrirlo.

— ¡Aquí está!—  Daphne levanta un  autoinyector cómo si fuera un trofeo y se lo clava en el muslo— Incorpórala, que pueda respirar mientras que le haga efecto la epinefrina— dice más tranquila mientras alcanza a su amiga un inhalador, ésta temblando se lo lleva a la boca e inhala dos veces.

— Ya llamo a emergencias— saca Sam el teléfono.




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