Alexander. Crónicas Del Soldado Del Infierno (completa)

Capítulo 1. La creación del mal

Después de la ardua batalla entre ángeles y Luzbel. Este decidió crear y gobernar  un paraíso bajo tierra, un lugar donde el decidiera que se debía hacer y que no. 
 

Pero su deseo de venganza lo llevo a planear quitarle lo más sagrado que tenia su creador, una poderosa y leal ángel que cuidaba de el, su mano derecha: Gloria. 
 

Solo que no contaba con que terminaría perdidamente enamorado de ella, aun que no lo quiso aceptar hasta medio siglo después. 
 

Fruto de esa relación prohibida nació su primer primogénito: Belial. El pequeño demonio con hambre voraz por ángeles y almas.

Y fue así que Gloria fue condenada al exilio. Enviada con los ángeles castigados. En el nivel más bajo. Encerrada y condenada a no tener contacto con sus amigos y conocidos; entre ellos el padre del pequeño que crecía en su vientre.

Meses más tarde dio a luz entre las frías y húmedas cuevas del nivel. 

Los ángeles le ayudaron a limpiar al bebe y el lugar.

Pero tan pronto se escuchó el primer llanto del pequeño, ángeles de su padre llegaron al lugar con órdenes de llevárselo. Gloria luchó y suplicó para que no lo hicieran sin embargo fue separado de su madre y llevado ante su abuelo.

El pequeño se revolvía entre las blancas túnicas usadas para envolverlo. 

Su energía era poderosa, tanto o igual que su padre. En su lloriqueo se veían dos pequeños pares de colmillos en sus encías. Mantenía sus ojos cerrados y poco cabello oscuro cubría su pequeña cabeza.

—Llévenlo—ordenó

Los que aceptaron la misión llevaron al pequeño a las puertas del infierno y lo abandonaron ahí. 

Lucifer al escuchar el llanto del pequeño, se levantó de prisa de su trono y salió a ver que sucedía y al ver al pequeño, rio malévolo. Pensaba que era un pequeño perdido por algún despistado serafín pero tan pronto sintió su poder, su rostro se oscureció y su furia nació. Él era su hijo, el culpable que lo hayan separado de su amada. La única que lo había comprendido y cuidado en vez de juzgarlo y odiarlo.

Lo odió

Lo metió al infierno y contempló, inmóvil, sin saber que hacer, como su cabello se volvía blanco, señal que era parte de la realeza. Eso lo enfureció más. No lo quería ni ver así que ordenó a las súcubos cuidarlo y más tarde planeó que hacer con él.

El pequeño diablillo crecía entre los demonios, crecía de prisa y con un hambre voraz. Tanto, que las mismas no pudieron contenerlo y se alimentó de la carne de varias criaturas.

Sus ojos poco a poco se coloraron y sus dientes en forma de picos crecieron dispuestos a arrancar todo a su paso. Lo envió a las almas en pena pero el pequeño comió las almas.

Cuando lo llevaron de nuevo hasta el. Lucifer en vez de regañarlo se sintió orgulloso de verlo con el pequeño cuerpo ensangrentado y cargando un brazo humano como si fuera un peluche.

Entonces viendo su extremo poder, Lucifer le otorgó una tarea mejor, ser el guardián del infierno. Lo llamó Belial y lo aceptó como su hijo pero lo envió a las legiones y fue criado entre soldados, conviviendo con las altas jerarquías del infierno, con la esperanza que sus ansias de carne y almas disminuyera. 

Belial pronto era un travieso y despiadado soldado. Cruel y sangriento guardián del infierno al que le encantaba hacer sufrir a los demás y ver morir a los humanos.

Lucifer lo llamaba a su lado para reuniones con demonios de alta jerarquía. Lo presentaba como su hijo y tan pronto los demonios se iban Belial debía volver a su entrenamiento.

Pasaron los años y Belial tuvo su primera batalla como "graduado", la velocidad y agilidad impresionaba a los más rudos. Fue una masacre, tanto, que se ganó el puesto de líder de cuarenta legiones y llamó la atención del peligroso Dios de la guerra.

Lucifer aceptó que el Dios hiciera trato con su hijo y la peligrosidad aumentó. Belial ahora estaba ligado al despiadado dios y su fuerza era descomunal. Sus ojos cambiaban a negro con la pupila verde luminoso y sus manos ahora tenían garras negras en vez de uñas. 

Las batallas disminuyeron, todos temían al poderoso Belial y esto permitió a Lucifer visitar la tierra más veces. 

Siglos después encomendó a Belial su primer trabajo en la tierra. Le busco un cuerpo humano y lo nombró Alexander en honor a su sentido de libertad. Solo que había un problema... comía humanos y esto alertó a los ángeles quienes acudieron al llamado de los inocentes sin embargo era demasiado tarde, Belial acabo con todos y... todo. Esto enfureció a Dios y llego a oídos de Gloria quien suplicó ver a su hijo. Todos pensaron que sería mala idea, y no estaban equivocados, tan pronto se reunieron, el despiadado Belial intentó atacar a su madre, solo qué afortunadamente Lucifer apareció para defenderla y esto enterneció a su creador; Dios.

Después de charlas llegaron a un trato. Permitiría a Gloria visitar a su hijo y  a cambio tendría que calmar a Belial.

Por años intentaron de todo y tenían pocos resultados. 

Todo estalló cuando Gloria daría a luz a un pequeño y al anochecer Belial lo devoró ante la atónita mirada de todos los que recurrieron ante el llanto del pequeño ángel.

Ese era otro problema. Ahora Belial devoraba ángeles. Apenas los veía se lanzaba a ellos cuan fiera, los mataba a la primera y sin parpadear.

Idearon otro plan. Si Lucifer había cambiado con Gloria a su lado entonces Belial necesitaba una compañera. Y fue así que crearon a los demonios compañía. Cada que un demonio de la realeza nacía le otorgaban un demonio de compañía para que lo guiara.

Y fue así que crearon a Krisha. Una demonio castaña de buenas curvas, y todo parecía ir bien por unos años hasta que un día recibieron la noticia. Belial la había matado.

Cuando La Muerte se disponía ir por Krisha conoció a Belial y algo paso entre ellos. Se gustaron. 

Cuando Muerte tocaba a alguien este moría al instante o si ya estaba muerto, su alma iba con ella pero con Belial no pasó nada de eso. Belial la veía y tocaba y seguía en el mismo sitio.




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