Alexander Evans

Bajo el mismo techo

Seo-jun

Estando en la universidad me pongo a pensar en muchas cosas entre ellas el porque yo le envie un mensaje de buenos dias si supuestamente iba a alejarme de él, esa era la idea no entonces qué es lo que pasa conmigo porque le doy los buenos días a ese idiota, no se el me gusta la verdad es algo que me da un poco de miedo pero me gusta.

termino mi ultima clase y camino por los pasillos de la universidad para encontrarme con el imbécil de dominic fiore, mi acosador que no es tan acosador.

— Lindo seo-jun.- susurra

—hoy no estoy de humor.

— crees que me importa eso me toma por el brazo y me pega hacia él, pero escucho una voz que lo detiene cuando va a besarme.

— suéltalo.

es el, es el hombre que estaba con el mafioso pero, ¿qué hace aquí?.

— ¿Quien eres tu para decirme que hacer?

el saca su arma y lo apunta mientras camina hacia a el desafiante, yo me pongo en medio y el se detiene.

— No le haga nada, por favor.

— Joven seo-jun, mi jefe quiere verlo.

¿ su jefe?.

— No entiendo.- susurro

— El le podrá explicar, necesita verlo con urgencia.

— ¿Porque, que hice?

Dominic me toma por el brazo.

— No irás a ninguna parte.

el hombre vuelve a levantar su arma y se acercan dos hombres más, algunos alumnos empezaron a salir de sus salones alarmantes.

Dios mío, debo hacer algo.

— Me lo llevare por las buenas o por las malas.

— Jun .- susurra dylan.- Yo lo veo y niego.

—¡No, no haga nada por las malas !, yo iré.

volteo y todos me ven con cara de susto, yo me acerco a ellos y empezamos a caminar fuera de la universidad, creo que a veces es mejor ser pacíficos y llevar todo en paz al menos es lo que creo, no iba a permitir un escándalo en la universidad.

te mando a buscar como si fuera tu dueño.

si conciencia y yo no me negué.

— A dónde me llevan.- susurro

— Con el señor Alexander.

— ¿Alexander?.- susurro su nombre

— Mi jefe.

me quedo en silencio mientras voy en es auto lujoso que huele a el, piña colada y a un toque de cigarrillo y menta.

pasaron unos minutos y noto que vamos entrando a unos penthouse muy lujosos y enormes, creo que viven personas importantes aquí, el auto se detiene hablan por el intercomunicador y el enorme portón se abre lentamente, estaciona el auto y bajan los dos escoltas uno de ellos abre mi puerta para que yo salga, tomo mi bolso y salgo con un poco de nervios.

— Sígame .- habla el hombre mayor.

camino detrás de él y empiezo a notar muchos autos y motocicletas lujosos, es que no tienen en que más gastar la plata, entramos a un ascensor y tenía un enorme espejo y olía a una rica fragancia, el ascensor se detiene y cuando se abre la puerta lo primero que pude observar era el enorme ventanal que estaba en ese piso cuando salgo a la derecha había una enorme puerta negra y arriba dos cámaras de seguridad.

— por aquí joven

— por aquí joven.

— espere.- susurro

me acerco al ventanal y veo que la vista es hermosa, el sol se estaba ocultando y creo que era lo mas hermoso que mis ojos podían ver en ese momento.

— joven seo-jun .- me volteo y decido acercarme.

estoy nervioso, muy nervioso mi corazón no dejaba de latir y las manos me sudaban, la puerta se abre y deja ver a una señora de unos sesenta años.

— Buenas tardes.- susurra

— Buenes tardes, mi nombre es Park seo jun.

— encantada de conocerte, adelante.

doy un paso al frente y quedó fascinado con lo que mis ojos estan viendo, el apartamento por dentro algo sencillo pero elegante colores entre pasteles y grises, tenía un minibar moderno con luces alrededor, un enorme ventanal con una terraza donde tenía plantas y cojines en el piso de colores, empecé a caminar y a detallar cada parte de la casa las paredes eran blancas con un toque de gris, se veía muy varonil como de un hombre imponente.

esta seria la casa ideal.

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Narra alexander

Cuando la nana me dijo que había llegado me quedé pensando un momento, primero saber qué decirle o como hablarle, tomó aire y decido bajar para recibirlo, muero de ganas por verlo empiezo a bajar las escaleras y lo veo de espalda, detallando todo lo que había en el apartamento lo veo y no evito sonreír de lado, lo noto fascinado por todo, como ira a reaccionar cuando le digo que no lo dejaré irse a ningún lado y menos si esta corriendo peligro.

y si no quiere quedarse.

— Maldición.- pienso en voz alta y el voltea de golpe.

su mirada es de miedo y curiosidad, su linda mirada.

me gusta.

— Señor, el joven vino voluntariamente.

— En serio, pensé que no lo haría.

el lo ve y cruza sus brazos a la altura de su pecho con el ceño fruncido.

— El saco su arma .- habla y yo solo observo un pequeño puchero en sus labios .

— Señor, no lo hice por mal, es que estaba con el joven Dominic y este lo sujetó por el brazo con intenciones de besarlo.

lo veo directamente a los ojos y me empiezo a acercar lentamente.

— ¿te iba a besar.?.- le preguntó sin apartar la mirada.

— ¿De donde conoce a dominic?.- pregunta evitando mi pregunta.




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