Alexia

Capítulo 18 - Noche Inesperada

Durante las semanas siguientes se fue revelando una verdad en mí que hasta entonces no estaba dispuesta a afrontar. Desde el accidente, todos los días eran iguales: limitados y apagados, por más que me esforzara vivía bajo la sombra de un muro, sin color, sin brillo. Siendo un poco melodramática, era prisionera de mi propia celda.

Pero empecé a salir de allí con el paso de los días, fui notando como cada día iba adquiriendo más y más color. Ya no era prisionera, ya no me sentía en una celda, la sombra se disipó y todo por pasar tiempo con Eider.

Entre semana, salíamos todo lo que podíamos. De hecho, cada noche pasaba a tomar café o para llevarme a casa después de mi turno en la cafetería.

Los fines de semana era más complicado vernos porque siempre trataba de dedicarlos por completo a mis hermanas. Pero Eider se convirtió muy pronto en un confidente. Le conté más cosas sobre mi vida y mis esperanzas de futuro.

Él junto a Megan se convirtió en mi apoyo, el gran apoyo que tanto necesité en los siguientes días que me afectaron tanto. En casa las cosas estaban cada vez peor y los únicos momentos que tenía de “paz” era cuando hablaba con Eider. Establecimos vínculos rápidos y sólidos y cada día lo necesitaba más.

Solo había un inconveniente en todo, yo me seguía negando a dejarlo entrar a casa, no me sentía con la fuerza necesaria para abrirme cuando se trataba de mis hermas y el accidente que nos arruinó la vida, pero Eider seguía intentándolo, siempre lo intentaba.

El siguiente miércoles al finalizar el día estaba hecha polvo, como cada miércoles. Las clases, seguido del turno de prácticas, seguido de un turno en la cafetería era lo peor de la semana. Estaba terminando de limpiar y recoger todo para irme, cuando Eider llegó a la hora exacta de llevarme a casa.

— No pensarás irte sin mí. — Fue su saludo e inevitablemente se instaló una sonrisa tonta en mi cara.

—Pensé que ya no venias.

—Pues aquí me tienes. —respondió con su sonrisa característica. —¿Te apetece ir a cenar?

Mi sonrisa tambaleó un poco.

—Es que, hoy quedé en cenar con mi hermana.

—¿Y quién ha dicho que ella no está invitada? —Su respuesta me sorprendió, aunque no era la primera vez que mencionaba algo parecido.

– No me mires así. Me has hablado tanto de ella que ya siento que la conozco. Es más hagamos algo, pasamos comprando unas pizzas y si no te molesta podemos comer en tu casa, junto a Amy.

Otra vez. No estaba segura de que eso fuera una buena idea sobre todo por papá. Aunque últimamente trataba de no salir más de lo necesario de su cuarto, pero ¿y si hoy le daba por hacerlo?

—No pienses tanto las cosas Alexia. Solo vive. Vamos recoge todo que las pizzas se enfrían.

—Bien lo ha… —Un momento ¿Había escuchado bien? —¿Como que se enfrían?

—Ah, olvide ese pequeño detalle. —dijo como si nada —Ya las compre, Así que rápido, Vamos, vamos.

Esto era algo tan Eider. Terminé de recoger mis cosas y salimos en dirección a casa, todo el camino lo pasé pensando en la terrible idea que era y en todo lo que podría salir mal.

Amy estaba esperándome como cada noche, sentada en la mesa de la cocina haciendo los deberes. Entré le di un beso y luego con nerviosismo le presente a un muy sonriente Eider.

Quien para mi sorpresa la abrazó con fuerza.

—Mucho gusto Amy— se presentó —Lo siento pero es que tu hermana me ha hablado tanto de ti.

Al principio Amy se mostró renuente y me miró nerviosa, luego se alejó y esbozó una muy pequeña sonrisa. Justo es ese momento solté el aire que no sabía que estaba conteniendo.

No sabía que estaba tan preocupada porque ellos dos se llevaran bien. Porque Amy no se cerrara ante él. Para mi sorpresa la velada fue un éxito, sobre todo porque aunque al principio Amy se mostró un poco tímida, Eider terminó por ganársela. Al final terminó por mostrarle a Eider todos los dibujos que había estado haciendo y de vez en cuando hasta hablaba un poco. Siempre nerviosa, pero por lo menos lo intentó.

 Cuando se hizo muy tarde y le dije a Amy que era hora de dormir, ésta se volvió para pedirle a Eider que regresara pronto, No creo haberme sentido más feliz que en ese momento, quizá Amy estaba mejorando, esto tenía que ser una prueba de ello ¿no?

—Me alegro que Alexia consiguiera un novio tan guapo y bueno como tú. — dijo antes de marcharse.




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