Alexitimia

Capítulo 52

La luz volvió después de que Marwan se fue, no quería perder más tiempo, así que decidida salí de mi habitación para enfrentar a mi hermano. Toqué su puerta y no recibí respuesta del otro lado, no esperaba menos. Tomé aire profundo antes de entrar a la habitación de Nicole, porque seguía siendo de ella.

Los vellos se me pusieron de punta, porque la podía sentir. Su alma alegre y colorida, estaba guardada en esa habitación. Me entró un sentimiento nostálgico, pensé en que ojalá pudiese estar para que viera que lo logré, y para decirle que lamentaba mucho no haberle hecho caso antes.

Suspiré y avancé. No quería flaquear, pero es que cada paso que daba, era un recuerdo. Nicky me permitió verla en muchas facetas, pero verla morir, fue la peor de todas.

Sobre su cama estaba el portátil rosado que le regalé cuando vivíamos en España. Me senté, subí los pies y me recargué sobre el montón de cojines de colores. Puse el portátil en mis piernas, lo abrí y lo encendí.

Veamos que oscuros secretos escondía esa coreana.

Cuando no estaba leyendo, la encontraba con ese portátil encendido y moviendo sus dedos sobre las teclas. A veces estaba tan concentrada haciéndolo, que no se daba cuenta de lo que pasaba a su alrededor. Sabía su contraseña, «N1COL3ESL4M3J0R».

—Sí. Tú eras la mejor —sonreí viendo la imagen del portátil. Un collage de todas las fotos que ella intentó que nos tomáramos juntas. En todas yo salía con cara de culo, no entendía cómo ella soportaba todo eso de mí.

Indagué en sus archivos, tenía varias carpetas, todas por nombre y acomodadas, puesto que Nicole era la persona más ordenada que podía existir. Me tomé el tiempo de abrir cada una de ellas, hasta que miré un archivo PDF que llamó mucho mi atención. Fue su título, el que me hizo abrir ese archivo. Se desplegó una dedicatoria, seguí desplazando y me encontré con una sinopsis. Era una especie de manuscrito, algo que ella había escrito con sus propias palabras.

Ella me rogó tantas veces porque leyera un libro. Jamás creí que el primer libro que leería, sería uno escrito por ella misma. Se me fue toda la tarde/noche, leyendo ese manuscrito. Reí, lloré, me enojé..., fueron un sin fin de emociones las que ella me hizo sentir con eso. Me hizo revivir tiempos que en su momento ignoré, pero que pude sentirlos a través de mi imaginación.

Cuando terminé de leer todo eso, fue como sentir una paz en mi interior. Como si una culpa se hubiese ablandado y me quiso dejar tranquila por un tiempo. Me quedé dormida abrazando el portátil, como si me hubiesen dado un sedante. No tuve sueños, no tuve pesadillas, todo era tranquilidad.

──────•❥❥❥•──────
 


 

Sentí que me estaban separando del portátil de mi mejor amiga y eso fue lo que me hizo abrir los ojos. 
 


 

—Shhh —siseó David, cuando me levanté de la cama dispuesta a defender lo que me estaban quitando—. Solo quería llevarte a tu cama. 
 


 

—¿Qué hora es? —bostecé. 
 


 

—Las 11:00 PM. 
 


 

—Mierda. Debo hablar con Liam.
 


 

—Él ya está descansando, que sea mañana.
 


 

Me levanté de la cama, pero me llevé abrazado el portátil de Nicky. Todo estaba oscuro y seguía sintiendo un sueño super pesado. Llegué a mi habitación y me tiré en la cama junto con el portátil, solo quería volver a dormir. 
 


 

—Jul... —murmuró David, ya que me había seguido. 
 


 

—Tengo mucho sueño —murmuré somnolienta, y abracé más el portátil. 
 


 

—Si te acomodas, vas a descansar mejor. Voy a quitar tus zapatos —mencionó antes de proceder. 
 


 

Está bien, Esperancito. Pero solo los zapatos, ni creas que nos vas a convencer de que nos quitemos la ropa. No tienes tanta suerte como para ser nuestro 911 o nuestro esposito. 
 


 

David me quitó los zapatos y procedió a acomodar mis piernas en la cama. Se acercó a mí solo para quitarme el portátil y dejarlo sobre el mueble, me acomodó las almohadas y después cubrió mi cuerpo con una cobija. Me hice bolita porque era una noche muy fría. 
 


—Buenas noches, Jul —dijo antes de abrir la puerta del balcón.

—David —me incorporé en la cama. Él se detuvo y volteó a verme—. No quiero dormir sola... ¿Podrías...?

Llamar a nuestro esposito para que vuelva, gracias.

No mencionó nada, solo caminó hasta la cama, se quitó sus zapatos y se acomodó a mi lado. Le compartí de mi cobija, y me acomodé sobre su pecho para escuchar los latidos de su corazón. Él pasó su brazo por mi espalda y yo le rodeé el abdomen con el mío.

Espero y no se vaya a tirar un pedo.

—Buenas noches, mi chico de los ojos bipolares —susurré. Sentí tenso su cuerpo cuando lo llamé de ese modo, sin embargo, cerré mis ojos no esperando una respuesta de su parte.

—Buenas noches, mi chica de los ojos oceánicos.

Sonreí con tranquilidad y me dejé envolver por un sueño profundo. 
 


 

──────•❥❥❥•──────
 


 

Abrí mis ojos muy temprano, con el pensamiento de que me encontraría sola en la cama, puesto que una vez lo dejé dormir conmigo y me abandonó. Pero me sorprendió ver que seguía bajo la misma cobija que yo, y no solo eso, sino que también tenía su cabeza sobre mi abdomen y sus brazos entre mis piernas. 
 


 

Si sube la mano un poco más, vamos a sentir cosquillitas y nos vamos a tener que sacrificar con el burro. 
 


 

Se movió y después levantó su cabeza para verme. No sé si estaba loca, pero verlo despertar, fue lo más hermoso que pude ver. Sonrió y talló sus ojos, no sabía cuánto iba a durar despertándose, pero quería que fuera mucho tiempo. 
 


 

—Buenos días —susurró somnoliento. 
 


 




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