Sábado, me lo imaginé de otra forma, la verdad. Mamá me levanto temprano, me llevó donde una vecina y le pidió al hijo de la vecina que me explique cómo hacer la dichosa talla en la madera.
Yo había olvidado eso, pero mamá no.
Me he enterado por el hijo de la vecina, que está en su último año de bachillerato, que mi madre desde hace unos días ya estado buscando a alguien que sepa sobre ese tema que viva cerca nuestra casa, pues no quiere llevarme a donde Tatiana que prácticamente es una genia con todo lo que tiene que ver en artesanías.
Si estuviera allá le pudiera pagar para que en lo haga.
Los tallados en madre son más difíciles de lo que imaginé, más porque deben hacerse con un tipo de cuchillo de los que salen en la película del siglo XV que me terminó viendo con mamá por flojera de hacer algo más productivo.
"¿Estás oyendome?" Preguntó el joven unos años mayor que yo.
Ni un suspiro.
Sólo los que yo hago.
"... ammm, ¿No?" Bajé la cabeza.
Eso se llama: irresponsabilidad. ¡Pero! es su culpa... explica de una forma muy aburrida, ¿Será que quiere ser profesor de universidad?, Selena, una mujer muy molesta que es familiar de Tatiana se queja siempre de los profesores aburridos que tiene.
"..." El hombre se quedó callado, molesto por mi poca actitud de aprender a tallar en madera.
En mi pueblo eso lo hacen los de décimo, no los de noveno...
"Lo siento... ¿Puedes volver a explicármelo? ¡Esta vez prometo prestar atención!" Aseguré aún con la cabeza baja, avergonzado.
¡No puedo sacar una nota baja!, no quiero soportar la mirada decepcionada de mi padre y la vida sin el placer del televisor y ella aparatos móviles.
"... Bien, espera un momento, traeré agua" Y se fue por un rato, cuando volvió estaba sin esa camisa de los colores de la bandera del país, solo con su pantaloneta blanca con los costados negros.
Se ve tan bie... ¡No, Alfredo, NO!
Joana te estuviera entrevistando para usarte para escribir una de sus dichosas novelas.
Al contrario mío, que yo tengo poca masa muscular pero una panza exagerada para mis brazos y mis piernas, mamá me dice que debo engordar pero cuando lo hago me dice que adelgace, al final solo me quedé con mi cuerpo normal ya sin ánimos de comer mucho o comer poco. ¡Sólo comer lo que mi cuerpo pida!, él tiene más masa muscular, ¡Ojo! no tiene nada de esos músculos que una vez me encontré a mi mamá viendo en un revista de ropa masculina. Su panza está plana al contrario de la mía, que vergüenza.
Miré a otro lado antes de seguir comparando su cuerpo con el mío, ¡Se me pegó lo que hace mi mamá! ¡Debo pasar más tiempo con papá!. Suspiré
"¿Te molesta que esté así? Hace mucho calor y solo tenía la camisa por la amenaza de mi madre"
Ya somos dos.
¿Como decirle que me molesta porqué comparo su cuerpo con el mío? ¡Jamás diré eso!
"Es tú casa"
Además, yo andaba en ropa interior antes por al casa... hasta ese maldi- inoportuno día.
"Eres la visita"
Eso me debió importar, pero no lo hice y de igual manera con aquella visita no me cambié hasta el palo que golpeó mi cabeza.
Ya, deja de pensar en el pasado, en ese momento estabas muy influenciado de Karen.
"Normalmente, donde vivía, los hombres o jóvenes andan así por la calle" Levanté los hombros ante él cuerpo.
Tú eras uno de ellos, Alfredo.
"Que bueno" Suspiró aliviado, antes de sentarse delante de mí con ese cuchillo afilado con el que un toque un poco tosco te puede cortar junto a la madera que ya tenía un pedazo de eso tallado, por el joven mayor que yo "Ahora, vamos a explicarte otra vez"
Y ojalá sea la última.
Un buen rato después me terminó de explicar, mire cómo iba su tallado. Divino, pero es mucho trabajo de precisión, todo lo que no tengo..
"Bien, ahora intentalo tú" Me dijo pasándome otro pedazo de madera con el patrón dibujado que debo tallar en ella.
Tragué en seco y tomó el utensilio que debía de usar para ese trabajo, puso el pedazo de madera en el suelo, donde estaban sentados y comenzó a hacer todo lo mejor que pude.
Escuche una risa reprimida mientras yo procure concentrarme en la maldita talla. Ahora lo que menos me importa son las palabras.
Yo que tenía planeado este fin de semana terminar las tareas pendientes antes de lanzarme en la cama y ver alguna película o perderme en el internet de mi celular que no uso mucho, no porque no quiera.
Si lo usas mucho no estudias, bajas las notas y tú mamá te lo sanciona por el resto del mes.
"Esta saliendo bien para la primera vez que lo haces" Me alentó cuando su risa me decía lo contrario
Lo ignore y trate de seguir pero tomo mi mano con el tipo raro de cuchillo ese, alejó mi mano de la madera y pude apreciar la diferencia entre mi intento de talla y su talla.
Maldita cosa complicada.
"Oye" Lo miré molesto, aún tenía esa tonta sonrisa burlona en su rostro, le queda bien ", es tu primera vez, cuando comencé lo hacía parecido a ti, solo me da gracia la expresión tan... divertida de concentración que haces" Suspiro quitando la burla de su sonrisa.
Al fin.
Espera... ¿Qué tipo de expresión hago?
Una graciosa, él lo dijo ¿Estás sordo?
Pareció ver mi confusión pero cuando abrió la boca la puerta también se abrió, de golpe sin tacto, entraron dos personas. Mi sábado no puede ser peor. Entraron dos personas, dos de los ese grupito, al menos no es Manuel.
Tres contando al chico sin camisa delante de ti.
Me miraron un instante, yo los miré, ellos intercambiaron miradas y uno de ellos se dio la vuelta y se marchó de la habitación, todo en un incómodo silencio.
Quiero salir de aquí, Dios ayúdeme.
No fuiste a la iglesia el domingo pasado.
#13224 en Otros
#1940 en Humor
#20721 en Novela romántica
autodescubrimiento amor entre hombres, depresion problemas familiares, primer amor escolar
Editado: 26.01.2022