Alfredo

5. Decepción

Alfredo

Sonreí incómodo ante las invitaciones para tomar alcohol, por dios ¡Tengo catorce años!, soy menor de edad, no puedo bebiendo eso a mi edad, es dañino.

Cuántas gracias doy a tener que habrá lidiado con preguntas cómo estás por algunos vecinos y vecinas que los fines de semana hacían fiesta ellos solo o reunidos, a veces se cruzaban borrachitos para nuestra antigua casa para invitarnos a tomar, sin importarles nada.

"No, gracias" Negué con la mano "Soy menor de edad"

Y quieres vivir aunque cada vez que comes te dices que si mueres sea comiendo.

Escuché una carcajada, era el amigo de Manuel que se había quedado, el otro en ese momento abrió lo puerta y entró.

"¿Y que soy yo? ¿Un viejo de cincuenta?" Se notó claramente la burla en su voz. "No seas aguafiestas y recibe la botella"

No creo que llegues a los cincuenta siquiera.

"No, el alcohol es perjudicial para la salud, más a mi edad en la que aún estoy en etapa de desarrollo" Nuevamente se escuchó una rosa, esta vez fueron los tres.

Yo pienso vivir mucho tiempo... Aunque tomo mucha gaseosa.

"Estas más amargado que mi viejo" Comentó quien acababa de entrar con burla. "Vamos, solo toma una y ya, verás que te cambiará la vida"

Para mal.

Mamita, ven, porfa

Como si Dios estuviera en mi contra por segunda vez en el día entro alguien que era capaz de dañar mi fin de semana con su sola presencia: Manuel.

Al verme torció los ojos y se sentó al lado de sus dos amigos iguales de fúnebres que él, agarró la cerveza águila que me estaban ofreciendo para tomarla.

Otro que no llegara a los cincuenta, pero aún así, gracias por agarrar las cosas que le ofrecen a los demás.

"Ey, tan grosero como siempre" Se quejó el más grande de los cuatro, él que minutos antes me enseñaba a tallar en madera.

"Es mi mejor cualidad" Sonrió con burla.

Se ve bien sonrien-... Silencio, no seas tonto Alfredo.

Ser grosero es un defecto no una cualidad.

Me levanté, tragué en seco dispuesto a irme, con una mirada incómoda, pero ¡Adivinen! entró mi mamá con su mirada tranquila y sonriente y al ver la situación en la que me encontraba su mirada se oscureció, adjuntó sus cejas en signo de molestia.

Esto no va a terminar bien para esos cuatros.

"¿Qué están haciendo?" Preguntó con sus ojos serios, como cuando Karen, la mamá de Joana, cuando se emborrachaba mientras su hija estaba por New York con su padre.

"¿Está ciega señora? Que no le avergüence ser vieja y tener que usar gafas, es mejor que preguntar cosas estúpidas" Se quejó Manuel a pesar de las señas de Jack, el mayor de los cuatro, que indicaban que se quedará callado.

Oh, señor, ayude a esta pobre alma en desgracia.

"Repítelo" Lo reto con una mirada fría. Me estás dando miedo...

Para Manuel parece alentarlo, tonto.

"¿Además de ciega está sorda? Alfredo ¿Por qué no le dices a tu abuela que se largué?" Ahora me miró, de paso también mi madre lo hizo.

CAGASTE.

Mierda.

Mi madre pareció ver algo en mi mirada así que su mirada no fue tan dura, volvió a mirar a el único chico que seguía tomando, le quitó la cerveza de sus manos.

"¿Que piensan ustedes? ¿Creen que tomando y haciendo cosas como estas van a ser más maduros?, Saben, cuando estén por mi edad seguramente pensaran: ¿Por qué hice eso a mi edad? ¿Por qué no la disfruté un poco?" Ufff, mamá si que tiene una habilidad para dar donde más duele cuando pierde la paciencia "¿Creen de andar tomando a esa edad les servirá de algo? Para sepan solo dañan su salud y desprecian tiempo,"Que decepción de juventud, no son nada mío ni los conozco pero igual... me dan lastima"

Auch, hasta a mí me dolió y no soy al que están dando donde más duele.

Los cuatro, está vez todos, dejado sus cervezas en el suelo y miraron con rabia a la mujer que le acababa de decir las verdades que de seguro hace tiempo no escuchaban, ellos bajaron la cabeza.

"Mamá yo..." Comencé con la intención de decir que no tome nada ni lo iba a hacer, su mirada me interrumpió

"Yo sé que mi dulce niño no anda en malos pasos, vamos hijo" Se dio la vuelta para tomarme del hombro con una sonrisa confiada. "Jack, si puedes lleva los materiales a mi casa más tarde" Ordenó aún cuando sus palabras eran de petición.

"Claro... Señora" Su voz se oyó apagada y hasta rabiosa, no vi su expresión pues ya estaba de espaldas a cambiando a la puerta

Mamá nunca explota tan rápido, ¿Le abra pasado algo malo hoy?

Manuel

Que metralleta de señora tiene Alfredo de madre, ¿De dónde saco su carácter sumiso teniendo esa persona de madre?, será su padre tranquilo.

Además... se ve de cuarenta ¿Será ese adoptado?

Hay mujeres que tienen hijos más tarde de lo normal.

En otro lado, ahora debo soporta la mirada furiosa de Jack que parecía querer tirarle la botella casi vacía de cerveza, siendo el explosivo no sería algo nuevo en él.

"¡Esa pe-!" Antes de terminar su hermano menor entro en al habitación, el más bonito de la familia... porqué tiene cinco años.

"Hermano" Comenzó, pero al ver la mirada de diablo apunto de destrozar a alguien se fue asustado.

"Cálmate nombre gringo 2.0, hasta tu hermano se asustó" Pidió Maño, no sabe cuándo callar.

"Ammm, ya se me daño la tarde. Me largo" Dije antes de pararme e irme para una cafetería cerca de allí.

Su nombre es estúpido pero aún así hacen los mejores panes de piña del barrio, “Café Feliz” se nota la poca creatividad de los dueños. Al entrar me encontré con la señora de allí, la esposa del dueño, al verme sonrió le devolví al sonrisa.

"¿Lo de siempre?" Preguntó en la misma sonrisa. Ascendí "Ya vengo"




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.