Algo asi como un novio

Capítulo 13. ¡Eres una bruja!

Al llegar a casa en compañía de Federico, encuentra a Volker jugando con Lía en el trampolín. La pequeña se emociona en cuanto ve a su mamá quiere bajarse de su centro de diversión. La incomodidad es palpable, Jacquie tiene ganas de sacarle los ojos al rubio, pero la mano de Federico en su hombro le recuerda que no está sola y que debe seguir las recomendaciones del abogado. Héctor fue claro que el trato deba ser lo más cordial posible y que si él intentaba provocarla, que es lo más seguro, debía contenerse y no permitir que eso suceda.

En los quince días que lleva en Colombia, la paz de Jacquie se ha visto mermada, sino fuera por la presencia de Federico en estos días habría perdido la cordura y el amor que le tiene a su hija ha permitido que ella pueda tolerar la presencia de Volker, Lía adora a su papá y ella no piensa hacer nada para que eso cambie.

La singular conversación entre Lía y su mamá es vista por Federico como un maravilloso espectáculo en el cual se deleita y se proyecta a futuro. De repente se ve formado una familia con esas mujeres que tiene en frente y, por qué no, con otro pequeño fruto de ambos.

Tener hijos con ella sería lo mejor que le podría pasar. Porque algo si tiene seguro, ella es una excelente madre.

Volker lanza dardos de hielo con su mirada, quiere echar a Federico, siente que ese espacio no le corresponde y que es un obstáculo entre él y su familia, hasta cuando tendrá que aguantar la presencia de ese fulano en la vida de su familia.

Lía saluda a Federico y le da un beso que a él se antoja exquisito. La ternura que esa pequeña le inspira no tiene comparación. En su lenguaje bebesuno lo invita a jugar sobre el trampolín, lo cual el niega y le dice que él es muy viejito para jugar en ese espacio.

─ Lissi, princesa, los grandes no podemos subirnos en tu juego porque se daña. ─ le habla Jacquie a su hija con mucho amor. Trata de recoger su cabello y la niña se niega, parece que nunca le molesta llevarlo suelto, son raras las ocasiones en las que se deja hacer colas. Ella aprovecha para levantarla y llevarla hasta el interior de la vivienda, son casi las ocho de la noche y aún debe bañarla y arreglarla para dormir. ─ ¿Comiste todo? ─ Dice mirándola de frente entre sus brazos. La niña afirma con su cabecita y ella le da un beso en la nariz que es devuelto por la pequeña.

─ Te amo mamá. ─ Abraza a su mamá en medio de carcajadas que son observadas por los dos hombres ante ella.

En la sala Johana conversa tranquila con Juan Daniel, su viaje se aproxima y ella le está planeando una fiesta de despedida, por un momento deja de conversar con su novio y mira con indignación a Volker que parece disfrutar de la mirada de su ex cuñada. Jacquie evita hacer cualquier comentario de la citación y se dedica a preparar a su hija para dormir. Mientras Federico entabla una tranquila conversación con la parejita de la sala. Volker se queda solo el comedor y es ignorado por los presentes.

Lía sale lista para dormir y se despide de su papá y de los demás repartiendo muchos besos a todos por igual. Después sale corriendo de su habitación con su mamá detrás riendo ante las ocurrencias de su hija y la observa.

─ Hasta mañana papá. ─ Dice la pequeña y y se acerca a Federico y le da otro beso a Federico ─ Hasta mañana Ede. Hasta mañana tía, hasta mañana Juandi. ─ Y repite besos para todos de nuevo.

Una vez dormida la pequeña Lía, Jacquie sale para enfrentar la realidad que está en su casa en este momento. Trata de verse lo mas calmada posible, piensa en todo lo que habló en la tarde con Héctor y se concentra en lo que debe hacer y decir.

─ Johana, ¿puedes pasarme el documento por favor? ­─ Ante la atenta mirada de todos, la susodicha se levanta y saca de una gaveta el documento y se lo entrega a su hermana mayor. ─ ¿Me explicas esto? ─ exige en un tono calmado a Volker que está sentado aun en el comedor.

─ Quiero tener a mi hija conmigo. ─ Dice con cierto cinismo en su voz, la sonrisa en su cara hace que Jacquie solo desee ahorcarlo. Ella lo mira tratando de mostrarse fría y eso lo hace enfurecer, él estaba convencido de que iba a estar llorando y rogando ─ Tú eres una incapaz.

─ Aquí está nuevamente el Volker de siempre, el de verdad. ─ Dice ella haciendo evidente que eso era lo que ella esperaba de él. Toma nuevamente el papel que él le devuelve y lo dobla con tranquilidad ─ Te agradezco que te vayas, Lía ya está dormida y no tienes nada que hacer aquí.

─ Claro, necesitas tiempo para ese. ─ Retruca con prepotencia y menospreciando al hombre que está a unos pasos de ellos.

─ Claro que sí, es mi pareja, soy una mujer joven, soltera... ─ No termina su frase cuando Federico habla mirándola a los ojos, con esa mirada que la hace sentir paz.

─ Bonita, inteligente, encantadora y excelente madre ─ Dice Federico acercándose a ellos colocando su mano de forma posesiva sobre la cintura de Jacquie, para demostrar que ella no está sola.

─ Tú no eres capaz de cuidar a mi hija y me la voy a llevar a Alemania. ─ Asegura con total convicción y se pone sobre sus pies para quedar a la altura de Federico.

─ Eso no lo decides tú, así que hasta que eso suceda debemos regular tus visitas, por lo tanto vamos a cumplir con los acuerdos que están en nuestra acta de divorcio. ─ Dice con tanta calma que parece disfrutar lo que está diciendo, aunque por dentro es mar de nervios por tener que enfrentar esta situación. El miedo de estar frente a él sigue estando allí, ya no es tan fuerte como antes y la presencia de Federico la hace sentirse segura, aun así existe y por más que quiere convencerse de que no le puede hacer nada, le es imposible borrar los recuerdos del pasado.

─ Tú no puedes hacer eso. ─ Dice con un ligero rastro de inseguridad en su voz, esa parte no la había contemplado, desde ahora tendrá menos tiempo con su hija y ya no podrá estar a la hora en la que ella llega para continuar con algunas cosas que tenía planeadas para acercarse a ella.




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