La fecha en la que supuestamente Volker debe regresar a Alemania llega y este no da muestra de despedirse, mientras el proceso para tener la custodia no ha avanzado mucho, los juzgados siempre demoran mucho los procesos y la primera parte que es el aporte de pruebas se ha hecho. El abogado habla de que el panorama legal es favorable para Jacquie, en este momento el papá de la niña no tiene argumentos que puedan generar dudas con relación al rol de Jacquie como madre.
La primera audiencia para Jacqueline llega. Debe presentarse a las 2:00 de la tarde en la oficina del juzgado cuarto de familia. Llega acompañada de su abogado. Siente que las piernas se le han convertido en gelatina y que en su estómago hay un león tratando de desgarrarlo. Siente miedo, a pesar de que Héctor la anima sentirse tranquila.
Los despachos judiciales de Cartagena están ubicados en el centro amurallado, es decir, muy cerca del trabajo de Jacquie. Es un edifico muy grande y antiguo, que tiene dos patios internos hermosos, con amplios balcones internos y techos altísimos, característico de estas construcciones. Las escaleras cuentan con el tripe de los escalones que cualquier otra construcción moderna.
A la espera de ser llamada trata de mantener una agradable conversación con Héctor que comprende su situación y le habla de su relación con Federico desde la escuela, eso la ayuda sobremanera, cuando la secretaria les dice que pueden pasar, ella siente que pierde las fuerzas, pero se motiva diciéndose mil veces "todo va a salir bien, todo va a salir bien".
La sala de audiencias es un sitio bastante pequeño, al parecer es compartido entre varios abogados que hacen parte de esa oficina, se nota solo una división interna, donde al parecer se encuentra el juez, se sientan frente a un escritorio donde se identifican, entregando sus respectivas identificaciones y se procede a explicarle a Jacqueline y su abogado los términos de la audiencia.
Todo pasa tan rápido que Jacqueline se siente extraña, pensó que una audiencia de ese tipo era algo muy rígido, tipo película gringa, pero no, en el sistema colombiano es mas como una entrevista, donde se exponen circunstancias y responden algunas preguntas que genera el abogado del juzgado y que van direccionadas a conocerla a ella como persona y como madre. Lo más difícil fue hablar del divorcio, exponer los reales motivos que lo llevaron a terminar la relación y la sociedad conyugal. La secretaria del juzgado, junto con el abogado que les reciben la declaración, les piden que aporten los documentos que tengan del proceso que se llevó a cabo en la Fiscalía por violencia intrafamiliar y les deja claro que esto juega a favor de ella, cosa que Jacquie ya sabía, pues Héctor se lo había comentado con anterioridad.
Cuando sale de allí se siente liviana, son casi las cinco de la tarde cuando llega a la tienda, a donde debe caminar unas pocas cuadras, cuando llega sus tres compañeras la reciben a la expectativa, están muy preocupadas por la situación, saben que Lía es lo más importante para Jacquie y esta situación la ha mantenido un poco tensa desde que comenzó.
Les comenta deforma muy, muy resumida como le fue y les da las gracias por preocuparse y apoyarla durante este tiempo. Lina se encarga de la tienda mientras ella no está, aunque no es algo extraordinario, le agradece su disposición para con ella.
Como ya es costumbre Federico la recoge al finalizar la jornada, caminan agarrados de la mano hasta el parqueadero, allí, en la pseudo privacidad del lugar se abrazan, ella necesita ese abrazo, se siente aliviada y resguardada en ese lugar. El aroma del masculino aroma la embriaga y por unos segundos, que se le antojan eternos, disfruta ese instante como si no tuviese nada por qué preocuparse y se olvida de todo lo que hay en su vida por esos breves segundos o bien podrían ser minutos.
Federico la abraza y disfruta lo que ella le hace sentir, lucha contra su naturaleza, que empieza a notarse en su pantalón. Sentir el cálido cuerpo de Jacquie y percibir la fragancia que ella desprende lo encienden. Aun sin un beso, su cuerpo se muestra deseoso por una cercanía más estrecha que la que tienen justo ahora.
Cada uno pensando en el otro, disfrutando cada sensación que sus cuerpos generan por su cercanía.
En el interior del lujoso vehículo, Jacquie se siente tranquila, no conducir para ella es ganancia, odia conducir y más en las noches cuando el tráfico están pesado. Después de comentar todo respecto a la audiencia de esta tarde, pueden expresar lo que ambos piensan, sin interrupciones.
─ Gracias a Dios todo salió bien. ─ Dice mientras acaricia la mano de ella, mientras esperan que cambie la luz del semáforo.
─ Si, estoy feliz, tenía tanto miedo... ─ La voz de Jacquie suena cansada, pero con un deje de tranquilidad, esa tranquilidad e haber hecho la tarea y haberla hecho bien.
─ No temas, tú has hecho las cosas bien. ─ La mira y puede observar como esas palabras son bien recibidas, la sonrisa de ella le agradece esas palabras, es como si con sus miradas dijeran mas que con las palabras que están expresando en estos momentos ─ ¿Qué te dijo Héctor de la propuesta de tu ex? ─ Cuestiona Federico al momento que pone en marcha en vehículo.
─ Que no debemos decir nada por el momento en el juzgado, que él puede argumentar que son mentiras para hacerlo quedar mal. Todo es a base de pruebas. ─ Su voz es plana, como cuando se recita una lección.
─ No te preocupes, él sabe lo que hace. ─ Tranquiliza con sus palabras y con el tono de su voz, con la mirada puesta en la transitada calle pregunta ─ ¿Cuándo se va él?
─ Se supone que mañana, ─ Jacquie suspira, anhela el día en que Volker se vaya, cosa que ve lejana ─ pero no creo, hasta donde sé, esta tarde fue a la casa y salió con Lía como de costumbre, cuando la dejó le dijo a Johana que regresaba mañana, así que asumo que no viaja o que se va en la noche.