La celebración de navidad es muy diferente a lo que acostumbran como familia, normalmente solo están ellos cuatro en la casa, hacen una pequeña cena, le ayudan a Lissi a abrir sus regalos y luego a dormir. Este año las cosas cambian radicalmente, Federico extiende la invitación a ellos cuatro para que la pasen con su familia. A pesar de que su madre aun no acepta totalmente a Jacquie, accede a que se reúnan en su hogar.
De las hermanas de Federico, solo Miriam, sus tres hijos y su esposo los acompañan, pues Katia y Fernanda están con las familias de sus respectivos esposos. Esto hace que el grupo sea relativamente grande, eso si se compara con lo que ellos acostumbran.
Jacquie preparó un postre de café con chocolate para llevar a la celebración la noche previa, sabía de antemano que le era imposible preparar algo ese mismo día, la Tienda cerró a las 9:00 de la noche, lo que limitaba muchísimo el tiempo del que disponía para ir a su casa, cambiarse y llegar a la casa de los padres de Federico a buen tiempo.
Cuando llega a su casa, solo le da tiempo de darse una rápida ducha y cambiarse a la ropa que usaría esta noche. Todos están bastante elegantes y Lissi porta un hermoso vestido blanco que la hace lucir como una princesa, no, como un ángel. Javier quiere pasar la fecha con su novia, pero su hermana mayor insiste en que esa fecha es familiar y le convence asegurando que año nuevo es mejor para compartir con ella.
─ No te entiendo, tu si puedes pasar con Federico, pero yo no lo puedo hacer con Abril. ─ Argumenta Javier apoyada en la mesa de su habitación, mientras ella delinea sus ojos, con la presteza que le confiere el hacerlo diariamente, solo que esta vez les da un toque diferente para que se realce un poco más su mirada. La sombra naranja y dorado que usa combinan perfectamente con los colores del vestido que luce y que le talla de forma fabulosa.
─ Es que no lo vamos a pasar solo con de Federico, lo vamos a pasar unidos en familia, nuestra familia, nosotros, juntos. ─ retruca ella, cuando al terminar de delinear su enorme ojo lo mira para hacer énfasis en las dos últimas palabras. ─ ¿Ves la diferencia?
─ No la veo, pero tú ganas. ─ Dice negando con la cabeza y colocando ambas manos detrás de su cabeza ─ El 31 me lo paso con ella. ─Asegura él, sabiendo que esa la ha ganado.
─ Vale, es un trato. ─ Confirma ella cuando acaba de esparcir sobre sus labios la barra cremosa de color rojo intenso
Cuando salen de la habitación Lissi está de la mano de Federico y Johana sostiene una vídeo llamada con Juan Daniel y tiene una cara no muy festiva..
─ Javier, trae un balde, a ver si recogemos las babas de este hombre ─ Dice burlona Johana al ver la expresión de Federico cuando tiene de frente a su hermana.
─ Amor, ¿hace mucho que llegaste? ─ Se acerca y le da un ligero beso en los labios el cual no alcanza a responder ─ Princesa, te ves hermosa. ─ Expresa con inmensa alegría, dirigiéndose a la pequeña personita que sostiene la mano del hombre de ojos almendrados.
─ Por Dios, cada día te veo más hermosa. ─ La sostiene por la cintura y besa su mejilla y luego aspira su aroma, ese que le encanta y lo hace tensarse en las partes menos prudentes en este momento.
─ Ey, no deberían comer delante del que tiene hambre. ─ Gruñe Javier en tono burlón, provocando que ambos den un paso hacia atrás, mostrando falsas señales de vergüenza.
─ Deberíamos irnos, es tardísimo. Tu familia debe estar desesperada. ─ Afirma haciendo señas con sus manos para que todos salgan de la casa.
─ No te preocupes, ellos saben que llegaremos a esta hora, ─ Tranquiliza él restándole importancia a la hora y comentando lo que ya todos saben ─ además, Miriam siempre llega tarde.
Todos se disponen a salir dejando solo las luces navideñas encendidas, bajo el árbol que domina la sala de su casa, se quedan algunos regalos que ellos habían colocado y que serán abiertos en la mañana de navidad. La tarde no había sido la mejor, Volker insistía en pasar la noche con su hija, pero después de aclarar algunos detalles de los acuerdos de divorcio tuvo que darse por vencido, al final solo el comentario "disfrútalo, será tu última navidad con ella", generó un ambiente menos cordial del que ya existía, de ser posible.
Al llegar a la casa de los padres de Federico, todos se quedan con la boca abierta, parece que los que necesitan un balde para recoger sus babas son ellos. La vivienda es una hermosa edificación de tres plantas, ubicada frente al mar en el sector de Castillo Grande, un maravillosos jardín delantero, que le da una elegancia propia del sector, pero que al tiempo la hace destacar, por los cuidados que se le ofrecen a las plantas de que allí se encuentran. Ya en el interior, pueden observar la exquisita decoración de la vivienda, donde se observan muchas piezas de cerámica y orfebrería precolombina. La decoración de la temporada mezcla los colores azul y plateado de forma armoniosa.
Todo está dispuesto para compartir un sin número de bocadillos, hay dos mesas donde se observan muchos entremeses y también frutas para los asistentes, que contrario a lo que Jacquie creía, son muchos más. Miriam aun no llega, pero hay alrededor de una veintena personas, además de los padres de Federico.
Hay muchas bebidas, se puede decir que pensaron en todos los gustos. Desde jugos de frutas para los más pequeños, hasta fuertes licores para los más aguerridos.
─ Buenas noches. ─ Saluda Federico eufórico, llamando la atención de sus padres y unos cuantos más. De inmediato su padre se acerca, seguido de la señora Adelaida.
─ Buenas noches, bienvenidos. ─ Responde con igual actitud su padre. Que abraza a su hijo menor y luego hace lo mismo con Jacquie y sus hermanos, tomándolos desprevenidos, se nota que ha tomado algo de alcohol, no solo por su actitud sino por el brillo en su mirada y sus ademanes.