La noticia de que Volker ha sido capturado tratando de salir por la frontera ecuatoriana, genera un poco de alivio. Los gemelos miran con tristeza a Lissi que ahora juega con su juego de té, agarrando la pequeña taza con jugo de pera de la forma más elegante posible y levanta su dedo mientras regaña a una de sus muñecas por no hacerlo correctamente. Saben que esto va a traer como consecuencia que su padre vaya a la cárcel y esa no es una noticia agradable para ninguna persona. Saben que no les corresponde decirle a la pequeña tal noticia, es algo con lo que Jacquie debe lidiar cuando despierte. De momento solo disfrutan verla más normal, ya juega y conversa con los adultos y está emocionada porque en unos días inicia clases y quiere ver de nuevo a su profesora, Miss Angie.
Jacquie continua en la clínica, no ha recobrado la consciencia y es algo que los médicos no pueden explicar, su cerebro se ha desinflamado completamente y todo funciona dentro de lo normal. Es como si ella no quisiera despertar, como si su cuerpo estuviera escapando o simplemente no encontrara e camino de regreso.
Federico va todos los días en las mañanas y en las noches, debe continuar con su trabajo, la temporada turística no ha terminado y los imprevistos y los eventos programados, nuevos negocios y huéspedes con excentricidades no faltan, cada día es un ir y venir. Fanny lo ve andar casi en piloto automático y solo lo mira con preocupación, esta notablemente más delgado y su mirada no tiene ese brillo que lo caracteriza, su buen humor está ausente y solo es un ente que hace con eficiencia su trabajo.
Esteban, su padre está decidido a regresar al hotel para que se tome unos días, al menos hasta que Jacquie se recupere o él se sienta en condiciones. Federico se niega, sabe que su padre se retiró de la gerencia del hotel porque ya estaba cansado y lo que menos quiere es hacerlo volver.
Tener a Federico en la casa es una novedad, aunque llama todos los días y habla con los tres se ha dedicado a acompañar a Jacquie todo el tiempo que puede, así que una hora después de que Javier llega de la clínica, este se presenta en su residencia y les pide hablar de algo importante, por el tono sabe que es delicado y que pida que Lissi no los escuche, lo vuelve más serio.
─ Tenía el cabello teñido de negro y usaba lentes de contacto café, además se había dejado crecer la barba y llevaba unos marcos de gafas. Se veía completamente diferente. ─ Comenta Federico sentado junto a los dos hermanos en el comedor de seis puesto que está en la casa de estos.
De momento Lía está sentada viendo televisión, ahora ve un matacho vestido de azul que se llama Pocoyó y juega con un elefante rosa y un pato amarillo, parece querer meterse en la pantalla con ellos, se sabe casi todos los diálogos y canciones, las cuales tararea y solo dice la palabra final de cada frase.
─ No lo puedo creer, es muy astuto. ─ Susurra Johana, mientras lleva una de sus manos a su boca.
─ ¿Qué mas dijo la policía? ─ Cuestiona Javier consciente de que debe haber más en ese asunto.
─ Tenía unos documentos falsos, decía que era ciudadano americano con un nombre diferente. El agente de migración se dio cuenta que algo pasaba con él, cuando al conversar lo básico su pronunciación era muy diferente, aunque hablaba inglés tenía un acento muy extraño, así que lo dejaron para hacerle más preguntas y este se fue poniendo nervioso, así que verificaron sus huellas, como ya había tenido tarjeta de extranjería de inmediato apareció en las bases de datos con la orden de captura y fue retenido.
─ Casi parece de película, debió recibir ayuda de sus amigos, esos que negaron haberlo visto. ─ Vuelve a intervenir Johana, diciendo cada palabra con mucha rabia contenida. Javier solo observa de forma interrogante a Federico.
─ En la maleta muy bien escondido tenía su pasaporte y demás documentos alemanes. Ya fue trasladado a una cárcel de Bogotá. ─ Explica mirando de reojo a la pequeña que ahora parece gimnasta, pues observa la pantalla de cabeza, su pies están tocando la pared, mientras su cabeza sostiene todo su cuerpo.
─ ¿Que dice Héctor de todo esto? ─ Cuestiona Javier, parece que toda esta situación lo ha vuelo mas concreto al hablar, solo dice lo necesario.
─ Él es abogado de familia, pero me dijo que se enfrenta a varios años de cárcel, sobre todo por los antecedentes de violencia intrafamiliar, el hecho de que Jacquie no haya despertado es un agravante, pero como no puede dar testimonio, hasta cierto punto le favorece. Nosotros sabemos que fue él, pero si no hay un testigo que lo señale como tal, puede quedar libre por vencimiento de términos. ─ Solo sonríe al ver las posiciones en las que se cambia mientras mira la pantalla.
─ ¿Qué podemos hacer? ─ La pregunta de Javier es más para sí mismo que para los demás, sabe perfectamente que lo máximo que pueden hacer es estar preguntando en la fiscalía o en las oficinas de la policía como va el proceso y eso ya lo hace Federico. ─ Ese hombre no puede quedar libre mientras mi hermana está en una cama de hospital.
─ Lo sé, pero por ahora solo debemos esperar, ya estoy en contacto con un amigo de Héctor, él nos está asesorando con el proceso. Debemos confiar en que todo va a salir bien. Yo me voy ya, quiero estar un rato más con Jacquie. ─ Dice poniéndose de pie y observa a Lissi.
─ Gracias Federico, gracias por todo lo que has hecho por nosotros. Has sido como nuestro pilar en estos días. Estos diecinueve días han sido tortuosos para nosotros, nunca tendremos como pagarte. ─ Dice Johana a Federico mientras lo abraza.