Algo asi como un novio

Capítulo 31. Nada de peros

Un corte de cabello la hace sentir mejor, hacía meses no retocaba su aspecto y lo sentía demasiado largo y algo opaco, el corte le dio vida y quitó un poco de esas puntas que ya no se veían con la misma vitalidad. Eso le ayuda a cambiar un poco su aspecto y el nuevo corte la hace lucir más joven y con más energía. Definitivamente esos pequeños detalles y consentirse le ayudan a subir su estado de ánimo.

Su movilidad es más eficiente y se siente con muchas más fuerzas que el día que despertó en la clínica. Cada día se siente mejor. Es increíble que lleva casi tres meses sin trabajar y a estas alturas es posible que ya no tenga empleo, sería realmente un milagro que lo conserve, aunque el seguro médico sigue estando cubierto por la empresa y a su cuenta siguen consignando su mesada, tiene la duda de si realmente la recibirán en diez días que se acaba su licencia.

Con relación a su nueva condición, ha tenido avances significativos, la agnosia auditiva que padece no es tan grave y con la terapias está bastante recuperada, su familia se ha encargado de que pueda entenderlos y le ayudan con los ejercicios que le deja la terapeuta. La mayoría de las palabras de tres sílabas las puede entender y parece que ahora solo aquellas que tienen cuatro o más son las que le sugieren un problema, lo bueno es que son muy pocas palabras que se usan a diario las que son tan extensas.

Federico continua con la rutina de llegar en las mañanas para ayudar, se queda con ella hasta media mañana y luego vuelve al hotel. Al principio fue tranquilo, su padre lo estaba apoyando, pero ahora tiene nuevamente todo el peso de su cargo nuevamente y le cuesta más levantarse, se acuesta muy tarde y cansado y a penas saca tiempo para hacer su rutina de ejercicios.

Isabela estuvo dos semanas en Colombia y su visita era casi diaria, se despidieron en el aeropuerto y allí estaban los padres de Isabela y su hermana mayor, algunos amigos de la infancia de ella y uno que otro primo. La morena es realmente muy querida, es que esa personalidad tan abierta de ella, hace que todos la amen. La señora Rosalía está con ellas para apoyarlas con Lissi, pues Johana debe ir a clases en la universidad y solo quería despedirse y acompañar a su hermana que aún no está del todo bien.

Héctor les da buenas noticias de los estrados judiciales, están teniendo en cuenta todo lo ocurrido en enero con Volker y están enlazando los dos procesos, lo que evidencia el resultado del proceso y aunque todo marcha bien no es a la velocidad que Jacquie quisiera, parece que todo lo relacionado con oficinas y jueces es bastante lento, lo que seguro se debe a la cantidad de procesos en cada oficina y a la mínima cantidad de estas para solucionar tantos casos.

Se acerca el aniversario de la muerte de su padre, Jacquie se siente muy triste, estos días siempre son complicados, recordar su pérdida sigue siendo doloroso y haberse saltado el aniversario de la muerte de su madre, mientras estaba inconsciente, le causó bastantes sentimientos encontrados, era la primera vez que no iba al cementerio a llevar flores y conversar con ellos, ahora se prepara para su cita, el dieciséis de marzo pasado fueron los tres muy temprano en la mañana, esta vez los acompaña Federico,

Las dos tumbas, una al lado de la otra, muy bien cuidadas y con epitafios muy simples pero dicientes para ellos están inscritos sobre el mármol gris. Las flores que les llevan son hermosas, arreglos preparados de varias flores exóticas como ginger, ave del paraíso y varias heliconias. El momento es bastante emotivo, desde hace varios meses Jacquie no se acercaba a las tumbas, el motivo: rutina. Hoy siente más la ausencia de sus padres. Se siente muy triste y las saladas gotas que bajan por sus mejillas dan clara muestra de sus sentimientos. No hay llantos exagerados no fuertes sollozos, solo susurros de sentimientos y miradas cubiertos por oscuros anteojos.

Se mantienen unidos los tres al pie de ambas tumbas, Federico se aleja durante un tiempo para darles el espacio que necesitan como familia, para él estar en esa situación es difícil de comprender y supone que debe ser muy doloroso, para su fortuna sus padres aún viven y puede disfrutarlos, aun cuando algunas veces tienen diferencias.

El cuerpo de Jacquie se está recuperando, se puede observar menos delgado y con casi las mismas curvas de antes. Su camisa blanca con vuelos le ayuda a verse mejor. Ya no es la imagen pálida y demacrada que salió de la clínica, ahora está casi en forma. Federico solo la observa y sus pensamientos están fijos en ayudarla a superar toda esta situación.

Cuando se acerca la hora del almuerzo salen los cuatro con lentos pasos, el parque cementerio que se encuentra muy al sur de la ciudad y el camino para regresar es algo largo, en el auto hay mucho silencio y el tráfico bastante lento no ayuda.

─ Conozco un buen restaurante aquí cerca, ¿qué les parece si comemos algo? ─ La pregunta de Federico rompe el ensordecedor silencio que se mantenía entre ellos desde que salieron de aquel lugar. Todos se miran como si quisieran ponerse de acuerdo con sus miradas.

─ No tengo hambre, ─ responde Jacquie sin ninguna emoción en su voz ─ ¿ustedes quieren? No tengo problema en acompañarlos. ─ Levanta uno de sus hombros mientras mira a través del cristal como muchas motocicletas se van estacionando a la espera de la luz verde.

─ Por mi está bien, tengo mi próxima clase a las 2:00 y no quiero llegar tarde. ─ Concede Javier, que está más callado que de costumbre.

─ Yo también quiero, no tengo más clases hoy, pero prefiero no llegar tan rápido a la casa. ─ Es la respuesta de la menor de los hermanos, sabe que la invitación de Federico no solo es con el fin de comer, sino también para sacar a su hermana de la rutina de cada día.

─ Entonces vayamos, es comida típica de la costa, excelente comida. Hermosa, sabes que debes comer, en cuanto veas el menú sé que se te abrirá el apetito. ─ el entusiasmo de Federico es valioso en días como este.




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