Todo ocurrio en la Casa de Campo de Costa Rica.
Estaba en llamada con Valeria y todo estaba bien, fui por una cervesa y sali de la casa. Me puse fuera de la puerta un rato mientras lo veia todo.
El sol de Agosto estaba perfecto, tocandome la cara pero no me sofocaba, puse mi mirada al frente y vi como Samantha recolectaba flores, las colocaba en una canastita o bolsita o algo asi y se las daba a su madre: Renata.
Ella estaba literalmente cubierta de flores, las flores que Samantha le daba: Tenia flores en el pelo, en la ropa, en la cara y en todas partes. Samantha no habia dejado casi ningun lugar a la vista a excepción de sus ojos.
El sol y el viento estaban perfectos, Samantha llevaba un vestidito rosado con blanco a juego con la blusa de Renata solo que ella tenia puesta la blusa y un jean negro con unas zapatillas blancas y no un vestido. Todo era Perfecto.
Si, todo era perfecto... Pero se han dado cuenta de que esos momentos de perfección solo duran muy poco. Es como si estuvieras en uno de esos momentos y de repente Dios o alguien diga: "No no, este chico esta perfecto. hay que arruniarselo"
Eso fue exactamente lo que paso, la perfección en mi vida duro 5 segundos porque luego de eso se escucho lo que menos pense escuchar aquel día: Disparos.
Rapidamente fui a ver a Samantha y a Renata, levante a el amor de mi vida y cargue a nuestra pequeña, entramos a la casa rapidamente, cerre con llave dejando a Samantha en el suelo a lado de Renata, saque la pistola por cualquier caso pero luego escuche una voz y el grito ahogado de Renata.
- Hola Imbecil- me dice Andrew, cuando me giro para verlo, él me esta apuntando igualmente solo que la suya era una mejor y más grande - Deja la pistolita en el suelo, no quieres problemas ¿Verdad?- me dice y miró a Renata, la pobre ni siquiera puede mirarlo - Ahora García.
- ¿¡Dijiste que no volverias imbécil!?
- ¿Pues qué crees? La gente cambia.
- Tú no. Tú siempre seras un hijo de puta que te aprovechaste de una chica de 15 años que nunca la educaron como debian.
Creo que ese último comentario lo hizo enojar por que disparo a lado mío, la bala estuvo a punto de rozarme, escuche el grito de Renata y los llantos de mi pequeña Samantha.
- Ahora- me dice y me bajo para dejar el arma - No, no. Tirala- dice y simplemente la tiró. Él la recoje y se la da a Lucas... Él también era un hijo de puta. Cuando me gire para buscar algo o para ver a mis empleados los encontre amarrados.
Volvi a mirarlo a él y a Lucas, esperando a que se distraigan.
- ¿Qué se hacia ahora?- dice y espero la oportunidad perfecta para arrebatarle el arma - Ah si- dice y con el mango del arma me golpea la cabeza, haciendo que caiga contra la pared.
- ¡¡STÉFANO!!- grito Renata cuando me golpeo.
Después de eso lo vi todo negro.