Alguien Como Tú Amor

Capítulo 6

A la mañana siguiente mi primera acción fue llamar a Diana, pero al no encontrar respuesta decidí salir más temprano de lo normal para pasar por su casa, sin embargo, nadie abre la puerta, lo cual no me parecería raro ya que los padres de Diana suelen estar ocupados desde temprano, lo que si me sorprende es que ella haya salido tan pronto de casa, eso me da dos opciones una más poco probable que la otra, podría ser que ella este dentro pero no quiere abrir o de un día para otro cambio de hábitos.

《 Todas estas señales debieron darte una idea de la magnitud de todo 》

Tras la falta de respuesta y tras revisar mi reloj elijo ir a la cafetería de siempre por algo antes de dirigirme a la universidad. Al entrar por fin noto el drástico cambio de temperatura, dado que un calorcito y olor agradable inundaron mis sentidos, solo entonces me retiro el grueso abrigo que decidí vestir en la mañana para acomodarme en la mesa junto a la ventana, mientras espero la orden, claro, no sin antes dirigir mis pensamientos a aquellas cartas, y no es por nada pero me siento mas confundida que antes, pensar que fue escrita cuando su mamá murió me eriza la piel y me entristece profundamente, pero a su vez el saber lo que él quiso confesar con ella me causa un cosquilleo en el corazón, tal vez también un desconcierto sobre sus sentimientos actuales con respecto a esa confesión, porque entiendo sus deseos de no perder ese tiempo, pero una vez más no se si estoy o estamos viviendo en el pasado.

—Su orden señorita—Me interrumpe la mesera y con una muy mala actitud pone mi pedido en la mesa—¿Desea algo más?

—No gracias, es todo—Contesto con una sonrisa porque no podría devolverle al mundo lo que me ha dado.

—Ok—gruñe y se da la vuelta por poco chocando de frente con otra persona, pero ni aun así se detiene.

《 quisiera saber que le hice 》

Aun así, prefiero disfrutar de mi café con la vista a la calle, a las personas pasando una junto a otra, miles de vidas distintas, quizá unas más complejas que otras, y tal vez mi vista se desvío a la escuela de Valentina, esperando verla llegar, cosa que no sucede hasta cuando tengo diez minutos para llegar a clases y aunque quería verla me tengo que ir, por eso salgo ahora con la idea de que llegaron mas temprano en la mañana y Lucas ya está en la universidad.

—Buenos días Amy—saluda Mark a mi lado luego de verme llegar.

—Buenos días Marky ¿A que se debe la sorpresa? —lo molesto.

—¿Cuál sorpresa? —Dice viendo a su alrededor por si se ha perdido de algo.

—La milagrosa sorpresa de levantarte temprano—me burlo.

—Es que anoche me asusté y tuve que levantarme temprano para no tener pesadillas—Explica suspirando y con un tono insufrible.

—A sí y como ¿por qué? —pregunto con los ojos entrecerrados y una sonrisa ladina.

—Porque anoche una chica en medio de un parque de diversiones me amenazó de muerte —Se queja poniéndose una mano en el pecho y mirándome con unos ojitos…—Además se burlo de mi gran destreza para correr.

—Pero tal vez lo hiso porque cierto joven decidió molestarlo—respondo sintiendo una sensación de calidez ante nuestra pequeña riña.

—¡Mentira! Apenas le dije que es…

—¡No te atrevas! —lo amenazo.

—Una—continúa sonriendo aún más.

—Te lo advierto.

—Pequeña.

—No…—intento quejarme, pero me interrumpe.

—Una pequeña sabelotodo —Dice a toda velocidad.

—Te lo advertí—le aviso y al verlo intentar ponerse de pie me acerco de prisa—Ven aquí—llamo y lo agarro del cuello en una llave suelta similar a la de ayer, siendo más sencillo hoy dada la altura a la que él se encuentra.

—¡Parejita! ¿Puedo comenzar la clase? —Vocifera el profesor con los brazos cruzados y al fijarme alrededor noto que todos nos observan.

—¡Uy! Beso, beso, beso—vitorean.

—Shhh… Ya silencio—Levanta la voz hacia todos por lo que guardan silencio, pero cuando vuelve su vista hacia mi siento arder el rostro—Señorita Reyes, ¿Podría dejar respirar al joven? —Pregunta y solo ahí caigo en cuenta que no había soltado a Mark por lo que lo hago al instante.

—Lo siento—susurro acercándome a mi asiento roja hasta las orejas y sin levantar la vista del suelo.

—Bien… comencemos—acepta sin mayor objeción dirigiendo su atención a la pizarra mientras tomo asiento regresando a ver rápidamente a Mark que esta en las mismas condiciones que yo, solo que con una sonrisa a diferencia de mi expresión seria.

Ventajosamente luego de esa vergüenza no nos presta atención el profesor, aunque los compañeros cada cierto tiempo nos observan, supongo en busca de alguna señal para molestar, cosa que no pienso otorgar por lo que en lo que queda de las clases hasta el receso no desvió la vista del pizarrón.

—Eso es todo jóvenes, el día de mañana continuamos, por favor no olviden el proyecto para la próxima semana—Recuerda el profesor a la vez que todos comienzan a salir, entre ellos Mark.

Al verme sin compañía decido ir a la cafetería a comprar un sándwich para comerlo en las áreas verdes de la facultad, ya que siempre he preferido la naturaleza, incluso ante el leve escalofrió que me da por el frío clima luego haber decidido recostarme a los pies de un arce.

—¿A ti también te gusta este lugar? —Cuestiona Emily acercándose luego de un par de minutos.

—Ya lo creo, y supongo somos afines, ya que estas aquí pese al clima—declaro a lo que asiente y se sienta a mi lado sosteniendo su café en las manos.

—Supones bien—sonríe—¿Cómo has estado? —pregunta recostándose en el árbol y dirigiendo su vista al cielo.

—Bien, acostumbrándome a todo aquí—Admito imitándola.

—Lo sé, todo aquí es nuevo y cambiante—Acepta—Además la mitad de mis compañeros parecen idiotas por lo que vine aquí—Confiesa—Claro que me alegra encontrarme contigo, no m e gusta estar sola.

—Y ¿A quién sí? —concedo—Creo que ahora que estamos aquí nos podemos llevar mejor—Propongo—Después de todo somos compañeras de carrera.




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