Alguien Como Tú Amor

Capítulo 9

big_487ae99010c05d9b0f0169b8411989a1.avif

Amanda

Camino a casa pienso en todo lo sucedido ayer, en su beso al despertar, en las formas cariñosas de llamarme, en cómo esa pequeña familia ha influido en mí, no quisiera dejarlos, y no lo haré, aunque mis sentimientos se confundan.

—Pequeño cervatillo que haces por aquí—la voz de Mark interrumpe mis pensamientos—Sube te llevo a casa—dice y al voltear lo veo en el auto conduciendo lento a mi lado, por suerte no hay más autos.

—Hola Marky—acepto la propuesta y riendo subo al auto.

—Amy—Recrimina negando juguetón ante el apodo—Aunque sabes precisamente estaba a punto de llamarte.

—A si ¿Por qué?

—Para salir—dice como si fuera la cosa más obvia del mundo.

—Y ¿A dónde pensabas ir?—cuestiono ante la repentina idea.

—A un lugar al que ya habíamos ido, pero tengo algo en mente—explica y sonríe travieso.

—De acuerdo vamos—Acepto, aunque ante su sonrisa traviesa sospecho—Aunque… no iremos a la universidad o a estudiar ¿Verdad? —cuestiono temerosa.

—Se que a veces bromeo—comienza—Pero no soy malévolo—Se burla.

—¡No te burles! —reclamo riendo a lo que él se contagia y riendo decide poner en marcha el auto.

—Te preocupa algo—Dice ante mí de pronto expresión seria.

—Es que… la verdad necesito pasar por casa, tengo que cambiarme de ropa y hacer algo antes de ir contigo—Admito.

—Okey vamos, no es problema—Dice cambiando de dirección—Pero ¿Por qué necesitas cambiarte? —《Buena pregunta 》pienso.

—Larga historia, pero no es importante no te preocupes—《 ¿Enserio no es importante? 》me pregunto momentáneamente.

—De acuerdo —Acepta estacionándose—Te espero aquí, mientras voy a devolverle una llamada a mi madrasta—Comenta.

—Esta bien vuelvo en un minuto—Digo antes de salir del auto.

Al abrir la puerta, mi primera idea es buscar a mamá o papá para ver si notaron que no llegue, pero al parecer no es así porque no hay nadie a la vista, así que con confianza subo y me cambio a prisa para no hacerlo esperar mucho, sin embargo, al intentar salir mi gata que reclama la falta de atención por lo que decido cargarla.

—Lo siento bonita, te dejare comida—La acaricio camino a su plato—Vuelvo pronto, ¿sí? —Le digo, pero ella solo mira su comida así que la dejo para que coma no sin dejar una ultima caricia antes de caminar a la salida, aunque al salir siento una corriente de frio que me estremece por lo que le hago una seña a Mark y regreso por un abrigo antes de finalmente salir.

—Ahora sí, vamos—Digo al subir mientras me abrocho el cinturón.

—Vamos entonces—Sonríe.

El camino no es largo y de hecho es conocido como bien lo dijo Mark, así que al llegar bajamos y gracias al fuerte sol primero pasamos por un puesto de gorras y nos probamos algunas.

—No definitivamente no—Dice horrorizado ante el par de gorras que le muestro, una rosa y una negra, ambas con orejitas, nariz y bigotes de gato.

—Por qué, enserio te veras lindo—lo pico, aunque se que no lo podría hacer usar esa gorra, por lo que al final compramos unas simples el color azul y yo negra.

—Por donde comenzamos cervatillo—pregunta el mismo viendo los juegos para decidir uno, porque en efecto estamos en el parque de diversiones.

—No lo se te doy el privilegio de elegirlo ya que aún no abren la zona de casas encantadas—Me burlo, y al parecer surte efecto ya que se apresura a jalarme hacia el lado opuesto hasta un local en el que todo esta lleno de trampolines y toda clase de juegos de altura, por lo que pasamos lo que parece ser toda la mañana saltando y atacándonos con pelotas gigantes, e incluso peleamos con un par de niños por la piscina de pelotas, claro que huimos apenas vimos a los padres acercarse.

—Te dije que no lo molestaras—Le reclamo agitada por la reciente persecución.

—No me culpes, ese niño me lanzo una pelota a la cara y me llamo anciano—Se queja.

—Mark— lo miro incrédula—Ese niño tiene 8.

—Lo se, pero pega como de 10—Se queja de nueva cuenta fingiendo frotarse la zona “herida”

—De acuerdo bebito, la próxima te defenderé—Me burlo un poco más.

—Pero si tu has sido la que le ha dicho al comienzo que la piscina era nuestra.

—No lo sé… no recuerdo eso—Finjo indiferencia.

—Si, claro pequeña SA-BE—Lo miro de inmediato amenazante—LO-TO

—No termines eso si quieres vivir…—Lo amenazo, pero de nada sirve.

—DO, pequeña sabelotodo—repite y con eso pasamos un rato mas entre persecuciones sin importar nada, sin importar la mirada de desaprobación de los adultos, sin importar la segunda batalla con el niño que volvió ahora con amigos, sin importar que al final gracias a nuestros juegos terminamos con un calcetín roto resultado de caminar sin zapatos por todo el lugar y lo más importante sin importar que nos llamen pervertidos la banda de niños de 8 cuando por accidente caímos y nuestros rostros y en especial nuestros labios estaban tan cerca que fue inevitable no darnos un beso que fue cortado apenas un segundo después por la banda de niños y sus gritos.

—Bien luego de esto que te parece una vuelta en la noria para descansar—Propone y me parece bien ya que luego del anterior tomamos una soda y quisiera relajarme un poco antes de seguir.

—Vamos—respondo y acto seguido caminamos de la mano hasta subir, pero al hacerlo nos sentamos uno frente al otro ambos atentos a la vista durante un tiempo, alcanzando así casi la altura máxima, sin embargo, al voltear se me acorta la respiración, es más ¿aún respiro? 《seguro si lo haces》 me recuerda mi mente.

—Y que dices princesa, ¿aceptarías ser la novia de este tonto enamorado? —dice Mark mostrando su camiseta, una que se había puesto debajo de la ropa, en donde está escrito:

¿Quieres ser mi novia?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.