Alguien especial

2. TODO PUEDE SALIR MAL

—Ven conmigo —Roger me toma de la mano y tira de mí hacia la cocina otra vez.

—Molly, tenemos que hablar —Emily me mira como pidiéndome explicaciones de lo que acaba de suceder pero ni yo sé que decir.

—Ahora vuelve —Roger avisa sin detenernos.

Llegamos a la cocina y me suelta, se recuesta en una pared.

Yo respiro profundo. —Um…

—Tu ex está aquí —afirma, como si no fuera obvio.

Coloco un dedo sobre mi boca. —No lo digas así, no importa… ya no importa.

Roger eleva una ceja. — ¿Segura? Porque te vi, no parecías feliz con él y esa chica a su lado.

Aprieto los puños. —Ese no es asunto tuyo.

Se encoje de hombros. —No… pero quizás, sí podría serlo —da unos pasos hacia mí—. Digo, si quieres.

—No entiendo —respondo.

Se escuchan más aplausos y estoy segura que otra pareja se ha besado gracias al muérdago de Fred.

— ¿Quieres que Gavin y todos vean tus ojos tristes y tu expresión de mujer abandonada o quieres mostrarle que conseguiste al chico más guapo de todo el lugar? —Señala su rostro.

Ruedo los ojos. — ¿Y ese chico eres tú?

— ¿Hay otro? —Me guiña—. Mira, solo hazle creer que tú y yo estamos felices y él comenzará a preguntarse si fue lo mejor dejarte, los chicos somos así, queremos lo que no podemos tener.

—Pues son unos idiotas —digo.

Sonríe. —Sí, un poco idiotas —da un paso hacia mí—. Además, podrías besarme cuando quisieras.

Niego, sacudiendo la cabeza. —Esa fue la última vez en mi vida, no te preocupes.

—Entonces, ¿Qué te parece mi idea? —Da otro paso y yo no puedo retroceder por la pared, sube su mano por encima de mi hombro inclinándose a mi rostro—. No sé tú pero creo que haríamos una buena pareja, la chica buena y el soltero más codiciado.

Frunzo el ceño. — ¿Crees que eres el soltero más codiciado?

Coloca la otra mano en la pared también, encerrándome entre sus brazos. —Creo que a las mujeres les gustan más los malos, ¿no?

Roger se inclina más y en ese instante, Emily entra. — ¿Molly, que es eso que pasó? —se detiene cuando nos encuentra de esta manera.

— ¿Nos das privacidad? —Roger pide.

—Oye no… —empiezo a decir pero Roger se inclina tanto que nuestras narices se rozan.

Tengo que decir que, a su favor, huele a menta y a colonia masculina. —Está bien, no seas tímida con tu amiga —gira con Emily, quien tiene los ojos abiertos, como si estuviera frente al fantasma de su hámster que murió el año pasado—. Me gustan tímidas.

Emily abre la boca y la cierra.

— ¿Nos das un momento? Ahora vamos —Roger toca mi mejilla—. Vamos a continuar con lo del muérdago.

Emily asiente y se va, sin decir nada más. Yo rápidamente lo empujo. — ¿Qué rayos haces, Roger?

Sonríe de lado. —Estoy ayudándote, ¿quieres salir y ver a Gavin besarse con esa chica? Todos sabemos que él y tu…

—No importa —lo interrumpo—. No me importa si Gavin tiene novia o lo que sea, estoy bien sin él y sin ti.

— ¿Entonces porque aceptaste que te besara? —Cruza los brazos—. ¿O solo querías probar mis labios?

Cierro los ojos. —No digas eso, suena asqueroso. Además, la pregunta aquí es, ¿Por qué querías besarme?

Se encoje de hombros. —Tengo mis motivos, Gavin nunca me agradó, tuvimos una pelea hace unos años.

Ruedo los ojos. — ¿Quieres que te crea? ¿Me estás diciendo que me besaste solo para vengarte de alguna tontería cuando tenías quince o catorce?

—No me creas —se coloca a mi lado, recostándose en la pared—. Entones regresa ahí y diles que no está pasando nada entre nosotros, que solo querías darle celos a Gavin.

— ¡No quiero eso!

—Como digas —se empuja con el pie para acercarse donde están las galletas—. Yo seguiré en lo mío, solo vine por la comida.

Le doy un vistazo a Roger antes de salir hacia la sala otra vez. Pensé que podía solo fingir que nada pasó y esperar que todos ya se olvidaran de ese beso pero cuando cruzo miradas con Gavin al mismo tiempo que Mónica le rodea el cuello con los brazos, ya no soy tan valiente.

— ¿Qué fue eso? —Emily toma mi brazo y me mueve a un lado, cerca de una mesa donde hay un santa Claus en trineo y renos de vidrio.

— ¿Qué cosa? —finjo.

Ella niega. — ¿Cómo que Roger y tú? Por favor dime que no es cierto, Roger es la peor opción de todas, es un vago y un idiota que usa a las chicas.

—Yo…

—Molly —me toma de ambas manos—. Dime por favor que no haces esto por despecho. No te conformes con alguien así solo porque las cosas no funcionaron con…

—No es despecho —siento calor en mi cuello—. Lo que yo haga no tiene que estar obligadamente ligado con él.

Suspira. —Lo sé pero, ¿Por qué Roger? ¿Desde cuándo? ¿Cómo pasó?

— ¡Molly! —Violet se acerca a nosotras, usando un vestido dorando y su cabello recogido—. ¿Besaste a mi primo? Eso es asqueroso, no por ti sino porque jamás pensé que eso ocurriría de nuevo. ¿Por qué lo hiciste? ¿De verdad? Digo, yo…

—Basta —les pido a ambas, las amo pero me están dando una jaqueca—. Roger y yo… solo… no…

— ¿Es por Gavin? —Violet pregunta, bajando la voz.

Por supuesto que eso fue por Gavin pero no puedo admitirlo. Solo las personas patéticas se dejan llevar por lo que los corazones rotos le pide, las personas de mi edad, las casi adultas no se comportan como lo estoy haciendo.

—No hagas esto por él, mira no importa si ahora tiene una novia, tú no te conformes con Roger —usa un tono de condescendencia—. Recuerda todo lo que han dicho de él, no vale la pena. Yo lo quiero pero lo conozco, él será peor que Gavin.

— ¿Gavin, qué? —Luis se acerca a Emily para tomarla de la cintura—. ¿Qué están hablando?

Ruedo los ojos. —Nada Luis.

—Es algo de chicas, bebé —Emily le sonríe—. Um, ¿puedes dejarnos un minuto a solas? Estamos teniendo una intervención aquí.

Luis se encoje de hombros. —Como quieran.

Violet y Emily regresan su atención a mí. —Entonces, ¿lo vas a dejar, verdad? —Violet dice.




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