15: MUCHAS PREGUNTAS SIN RESPUESTAS

Recuerdo cuando regresamos del asilo, fue un viaje silencioso e incómodo, incluso me bajé sin problemas pues solo quería escapar de ahí. Y no hablemos de mi regreso en la motocicleta, fue lo peor.

Han pasado días desde que los vi y no creo que vuelva a hacerlo, Roger era lo único que me unía a ellos y ya no le hablo. Ahora entiendo de cierta forma a Edu, una persona así no es un buen amigo.

Navidad está tan pronto de llegar, en tan solo dos días contando hoy. Mañana es noche buena. Me he pasado todo el tiempo con Emily y Violet, haciendo lo que siempre solíamos hacer. Ha sido reconfortante convivir con mis mejores amigas y regresar a mi rutina, a pesar que en esa rutina exista Gavin.

Me preocupa verlo hoy, es domingo y mis padres lo invitaron a comer más tarde. Lo he evitado lo mejor que puedo pero esta vez tendré que fingir que estoy bien y feliz, que ese chico no me rompió el corazón.

Veo la pantalla de mi teléfono cuando recibo una notificación sobre el servicio dominical de la iglesia de Roman. He estado curiosa por escucharlo, es una persona tan opuesta al resto de pastores que he visto antes.

Hace tres años teníamos una compañera que su papá era un pastor y él era uno de esos hombres que siempre estaba serio, con traje y siempre gritaba cuando hablaba. Una sola vez vi un video de él en internet pero no me gustó lo que hablaba, parecía que quería enviar a todos al infierno.

Entro a la transmisión en vivo y ahí está él, saludando y dando anuncios. Por un segundo pienso en Roger y me pregunto si él también está entre la audiencia aunque lo dudo, Roger no es el tipo de personas que iría a una iglesia.

Ni siquiera termino de entender por qué o como llegó a conocerlos.

Sacudo lejos todos los pensamientos sobre Roger y me acomodo en la cama para escuchar a Roman hablar.

—Ya pronto es navidad, eso es emocionante —sonríe—. Cuando era niño, como saben, no pasé nunca una feliz navidad. Recuerdo que mi madre siempre estaba alcalizada y mi padrastro llegaba a romper cosas y gritar, les he contado de cómo me golpeaba.

Mi corazón se detiene.

No me hubiera imaginado que esa fue la niñez de Roman, él ahora luce tan feliz y es tan amable.

—Para las personas que no conocen mi historia les contaré que yo he visto demasiado, estuve muy joven en la correccional, estuve involucrado en crecían oscuras e incluso vi a gente haciendo cosas horribles a otras con tal de ganarse el respeto de las pandillas en mi barrio —niega—. Créanme, yo no tenía nada de esperanza, era un caso perdido, ¿Quién apostaría algo por alguien así? Nadie, absolutamente nadie, hasta que mi hermana menor enfermó y tenía cáncer, ella era todo para mí así que me encargué de cuidarla por un tiempo. Ella también tuvo su propia historia, pero lo más importante fue el amor que llevaba en su corazón.

Hace una pausa.

—Mi hermana y yo crecimos en el mismo entorno, con las mismas dificultades y los mismos problemas pero ella llevaba algo que nadie le quitó, su bondad. Ella creía que si estabas vivo, todavía no habías llegado a tu final. Creía que todos merecemos una segunda oportunidad y gracias a ella, conocí a Jesús.

Sonríe de lado. —Entonces, quiero hablar de él y de su nacimiento, de esta gran fiesta que celebran incluso las personas que no creen. La navidad ahora está rodeada de regalos, comida, fiestas, luces y tantas cosas bellas pero el nacimiento de Jesús fue todo menos bello. Imaginen esto, él vino a salva a la humanidad, era el personaje principal, era quien estaba por encima de todo ser humano y nació humildemente, entre animales y soledad, entre el miedo e incertidumbre.

Continua: —Cuando pienso en Jesús pienso en alguien que abrazó a los que el mundo rechazaba, alguien que amó tanto que murió por nosotros, alguien que no juzgaba a pesar de ser el único con autoridad de juzgar, alguien que nunca se rindió en la humanidad aunque nosotros mismos nos rindamos. Jesús no es el salvador de los perfectos, es quien vino por personas como tú o como yo. Personas rotas, solas, confundidas, que cometen el mismo error una y otra vez. ¿Te has sentido abandonado? ¿Solo? ¿Qué nadie te quiere?

La congregación responde: —Sí.

—Perfecto, porque ahora te contaré algo, siempre le vas a importar a alguien y ese alguien resulta ser el creador de absolutamente todo. Le importas más que las estrellas, que los planetas, que los hermosos atardeceres y los deslumbrantes paisajes. Le importas mucho más que todo lo que a tus ojos es hermoso, porque a sus ojos en la cruz, solo estabas tú.

Sonrío conmovida por sus palabras, no imaginé que él hubiera sufrido tanto. Sus tatuajes y apariencia me daban curiosidad y ahora entiendo que quizás él hizo muchas cosas de las cuales se arrepiente pero ha encontrado paz.

Me acomodo sobre la cama y termino de ver su sermón.

Unas horas después, alguien toca el timbre de la puerta.

Mi corazón entra en pánico y me ruega que huyamos como la última vez pero no puedo hacerlo, no ceo que tenga opción. Esta vez sí tendré que afrontar a Gavin me guste o no.

Tiro del borde de mi manga larga, este suéter rosado me gusta mucho pero también lo odio. La primera vez que Gavin me besó, yo lo llevaba y siempre que lo veo me recuerda al peor momento de mi vida, el comienzo de una mala historia de amor.

Ojala nunca hubiéramos estado juntos.

Veo a mamá moverse hacia la puerta, sonriendo anticipadamente por el visitante de esta tarde. Muevo mis ojos a la sala, se está reproduciendo un video en la televisión que es tan solo una imagen de una chimenea con canciones en piano de navidad.

Por un segundo dudé si quizás Mónica estaría aquí también pero por suerte no es así, cuando veo al frente solo veo al fantasma de la navidad pasada que es Gavin.

— ¡Hola! —mamá lo abraza y él sonríe.

Solían gustarme tanto sus sonrisas, ahora quisiera no verlas más.

—Gavin, ¿Qué tal? —papá se acerca para saludar también y Gavin no luce incomodo en absoluto.