Alguien especial

20. HUIR

La cena familiar ocurrió ayer, sin embargo, mamá me dijo que hoy veinticinco de diciembre tendría un almuerzo aquí en la casa con algunas amigas del vecindario y conocidas.

Eso es nuevo pero no me quejo, después de todo es tradición comer recalentado hasta que se acabe y tal vez esta vez se acabará pronto al servirles a los demás.

Eduardo vino ayer una hora después que regresé y fue extraño pues a pesar que estoy segura no sabe nada de nada, me sentía culpable aunque después lo olvide.

Mamá me regaló un vestido que quería y papá me regaló un sobre con dinero y un perfume caro. Mi hermano me regaló un set de cuidado facial y me sorprendió, luego me explico que una de sus compañeras le ayudó a escogerlo.

Recibí dinero por parte de mis tíos y algunos caramelos también, fue una buena navidad.

Hoy he estado hablando con Violet y Emily, nos mostramos nuestros regalos y hablamos de nuestras cenas navideñas.

Finalmente llega la hora de recibir a las amistades de mis padres y seguramente son vecinos y padres de algunos de mis compañeros. Solo por amabilidad me he arreglado un poco aunque es probable que pase el resto de la tarde en el sofá viendo publicaciones y videos en mi teléfono mientras todos ellos charlan.

Eduardo salió hace un rato, dijo que iba a saludar a algunos amigos y conocidos de por aquí así que no tengo con quien hablar pero de vez en cuando respondo las típicas preguntas de los adultos sobre mi futuro, la escuela y todas esas cosas.

Mientras estaba ayudando de guardar unos platos en la cocina, escuché varias voces como si alguien acabara de llegar. Camino hacia ahí y veo que es Eduardo y por eso todos están felices de verlo.

Pero detrás de él están Gavin y Mónica.

Mi corazón se detiene. Una cosa era convivir con Gavin cuando mis padres lo invitaron pero otra muy distinta es que esté aquí con ella. Esto se siente tan incorrecto y más por la manera en que me está tomando trabajo respirar.

Ellos no me han visto y antes que lo hagan, retrocedo y voy de nuevo a la cocina pero sin pensarlo, salgo por la puerta de atrás como un escape, como si yo hubiera sido quien cometió un crimen y escapar fuera mi única opción.

Me llevo una mano al pecho mientras salgo por el jardín trasero y no volteo. Mónica es una extraña para mí pero, me recuerda a una vez que estaba comiendo hamburguesas con Gavin y él le sonreía mucho a la cajera.

Cuando ya no pude más, le pregunté por qué lo hacía y él solo me respondió que no estaba haciendo nada malo, que solo estaba siendo amable. También dijo que no era su culpa que yo fuera tan insegura.

Aprieto los ojos por unos segundos, con una presión en el pecho. Ya no quiero a Gavin, lo juro, ya no quiero estar en su vida y mucho menos que él esté en mi vida pero estos recuerdos duelen y verlo tan feliz con alguien más, sigue provocando lágrimas.

Entonces quizás, no lo he superado.

¿Cuántas veces más tendré que salir corriendo de Gavin? ¿Qué haré cuando los vea en la escuela de la mano o besándose?

Desearía que Emily o Violet estuvieran aquí, podría ir a sus casas y ocultarme con una buena excusa. Podría desaparecer y fingir que jamás lo amé.

Abrazo mi cuerpo con los brazos y camino sorbiendo por la nariz, en parte por el frio y en parte por algunas lágrimas que se me han escapado. No sé a dónde voy pero no importa, mientras que esté lejos de ello todo estará bien.

Sigo avanzando y no puedo creer que hoy sea navidad y que Gavin incluso haya arruinado esto para mí. ¿Por qué llegó? ¿Por qué llegó con ella? sé que mi hermano y Gavin se llevaban bien y es probable que lo haya invitado o que mis padres lo hayan hecho, pero, ¿no podía alejarse de mi al menos hoy?

Es trágico como todas las calles están vacías y silenciosas pues la mayoría está adentro, descansando o conviviendo con sus familias y solo yo soy quien va por aquí exiliada de mi propio hogar.

Tengo que resolver esto de Gavin, no puedo dejar que él siga arruinando mi vida. Fue suficiente con el hecho que me haya roto el corazón, ya no quiero que seguir sufriendo por su culpa otro año más.

Llego a un pequeño parque infantil y ni siquiera escucho pájaros. Me siento en un columpio que rechina cuando lo hago, tomo las dos cadenas frías con las manos y cierro los ojos forzándome a no llorar más.

El viento mueve mi cabello y lo dejo así, ya no importa.

Con los ojos cerrados recuerdo esa vez que Gavin se fue. Él había estado actuando raro por varios días y temía que fuera a cortar conmigo, cada vez pasábamos menos tiempo pero temía preguntarle pues nunca era directo.

Me dijo que tal vez pasaría las fiestas en la casa de sus abuelos y lo entendí, era normal que algunas personas hicieran eso excepto que cuando el calendario seguía avanzando, él nunca me habló otra vez.

Lo llamé y no contestó, le envié mensajes y solo los dejaba marcados como “leídos” estaba confundida y le pregunté a Emily, pues era su amiga y con lástima en sus ojos me dijo que Gavin ya no iba a regresar, que se había ido a vivir con su madre.

Ya no importa, Molly, solo olvídalo.

Finalmente me levanto y estoy decidida a regresar y ser valiente, afrontarlo como sé que puedo hacerlo. Pero es difícil, vuelvo a sentarme en el columpio y suspiro.

Escucho el lejano ruido de un motor y poco a poco se va a cercando, cuando lo veo no tardo en reconocer esa motocicleta y por alguna razón, me alegro de verlo ahora.

Roger pasa cerca del parque, voltea el rostro y aunque lleva el casco sé que me ha visto. Desacelera y se detiene, me hace una seña con la mano para que me acerque.

Es curioso como en este preciso momento siento que lo único bueno que me ha pasado, es que él se aparezca.

Me levanto y camino hacia él, la distancia es corta pero hago lo mejor para limpiarme las lágrimas disimuladamente. Roger se quita el casco pero sigue montado sobre la motocicleta.




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