Alguien especial

26: EN ESA CASA

ROGER

—Ten —le llevo el helado a Molly me siento frente a ella.

Molly toma la cuchara y saborea el helado de uva con crema batida. —Necesitaba azúcar —afirma.

Después de ir por Molly a la escuela le pregunté si quería ir por helado. Ella aceptó y conduje por unos veinte minutos, así llegábamos a una heladería que no estuviera tan cerca.

Veo su rostro, luce triste y quizás es por Jakes. Sé que él está en su escuela ahora y seguro eso le molesta. — ¿Todo bien?

Limpia sus labios. —Sí.

Pero no parece estar diciendo la verdad. — ¿Segura? ¿Te pasó algo hoy?

Hace una mueca y mira hacia el exterior. —Es solo que, mis amigas y yo no estamos bien.

Entorno los ojos. — ¿Te refieres a Emily y Violet?

Asiente. —Bueno, es con Emily el problema realmente. Ella no entiende por qué me afectó tanto ver a Gavin antes de la fiesta de año nuevo y ahora sigue comportándose como si fuese mi culpa. Es tan molesto, además, estuve en algunas clases con Gavin y Mónica y… —baja la mirada—. Lo siento, Roger, estoy siendo inmadura ahora, ¿no?

—Ey, no digas eso —estiro mi mano para tomar la suya por encima de la mesa—. No eres inmadura porque eso te afecta, se nota que aprecias mucho a tus amigas y solo quieres estar bien con ellas.

Me sonríe levemente. — ¿Esta es tu forma de conquistarme?

Suelto aire por la nariz como risa. — ¿Qué? Hablo enserio Molly, estoy intentando ser comprensivo —le quito la cuchara para tomar un poco de helado.

— ¡No hagas eso! Es asqueroso, iré por otra si quieres compartirlo.

Sonrío ampliamente, moviendo la cuchara lentamente a mi boca como amenaza pero finalmente la regreso a su helado. —Molly, tú y yo ya nos besamos dos veces, ¿no crees que mis gérmenes están en tu boca?

Arruga la nariz. —No seas asqueroso ahora.

Ruedo los ojos. —Como sea, entonces, ¿Emily está siendo una tonta egoísta?

— ¡No le digas así! —la defiende—. No es una tonta pero tal vez si está siendo egoísta, ¿no? Digo, yo jamás le haría eso si Luis fuera mi amigo. Sé que es difícil para ella pero, lo es para mí también —toma mucho helado y se lo lleva a la boca, está frustrada y ahoga su enojo en azúcar, claramente.

La veo comer por un rato hasta que recuerdo algo. —Um, por cierto, Helen me ha estado preguntando sobre ti —me muevo sobre el asiento—. Y también Iker…

Acomoda un mechón suelto de su cabello. — ¿Iker?

—Y Helen —repito, ¿Por qué solo le interesa Iker?

— ¿Qué te dijo? —pregunta, abriendo los ojos.

Me encojo de hombros. —Que quieren volver a verte, te extrañan —no le digo sobre Iker preguntándome más cosas sobre Molly.

—Um, sí, yo también quisiera volver a verlos pero, ahora con la escuela será difícil, ¿no? A menos que tengan alguna actividad como en diciembre.

Chasqueo mis dedos y la señalo. —En realidad, sí. En más o menos dos semanas es el cumpleaños de Brooks, todos estamos invitados y si quieres, puedes ir.

—Ah —mira al techo, asintiendo levemente—. Como el de Violet, ¿no?

Claro, el cumpleaños de mi prima que totalmente no había olvidado. —Sí, casi. El de Brooks es el viernes y el de Violet es el domingo.

—Um, ¿Entonces lo celebrará? —Sigue con lo poco que queda de helado—. ¿Vas a ir?

Me señalo, sonriendo orgulloso. — ¿Ir? Yo tengo que llevar el pastel y los postres.

Abre los ojos y levanta las cejas. — ¿Tu harás eso? ¿Todo?

Afirmo con un gesto. —Roman me contrató, será un buen día para ganar dinero e ir con mis amigos.

Sonríe, entrecierra los ojos. —Nunca pensé que ese chico tonto que jugaba a las cartas con mi hermano mientras se reían escandalosamente de un tonto programa de internet que nunca entendí iba a decorar pasteles.

Molly acaba de recordarme ese momento con Eduardo. Se refiere cuando teníamos trece años y él y yo, junto a otros de la escuela, veíamos a un chico en internet que hacia animaciones imitando películas de acción. Ahora que lo pienso, los videos eran bastante estúpidos pero nos divertíamos y era una gran forma de pasar las tardes.

Muevo los ojos a la venta y no puedo quitarme la sensación interna en mi pecho. Odio saber que en el fondo, muy en el fondo, extraño a Eduardo.

— ¿Cómo está… tu hermano? —pregunto, sabiendo que es un error.

Molly se toma unos segundos para responder. —Supongo que bien, está en la universidad y creo que estaba saliendo con alguien pero ya no.

Respiro profundo y exhalo, obligándome a dejar de pensar en mi antiguo amigo. Eduardo no solo era eso, era como un hermano, uno que sí me sentía cercano con él y podíamos divertirnos a diferencia de mis hermanos mayores.

Pero eso es el pasado.

—Entonces… —Molly empieza.

Me obligo a sonreírle. — ¿Entonces vendrás conmigo para la fiesta de Brooks? No esperes nada grande, solo seremos los de siempre y tiene una temática de un dibujo animado, pero Brooks es feliz así que nosotros también.

—Claro, será divertido —se encoje de hombros—. De todas formas ya te dije que soy aburrida.

Niego, inclinando el rostro. —Deja de decir eso —me levanto de la silla para recostar mis brazos sobre la mesa y acercar mi rostro al de Molly—. Nunca me fijo en las chicas aburridas.

Estamos cerca y podría besarla porque realmente quiero hacerlo pero no lo hago, no podría cruzar sus límites. Un día ella me dejará que lo haga, espero. Realmente lo espero.

— ¿Cuántas novias has tenido? —pregunta, moviéndose un poco hacia atrás.

Yo sigo inclinado sobre la mesa. — ¿Para qué quieres saber?

—No sé, es una duda —rasca del recipiente lo poco que ha quedado de helado y crema en los bordes.

Me reincorporo, coloco mis manos en mi cadera. — ¿Novias? Ninguna. No he tenido nada oficial nunca, no es mi estilo —baja la mirada y parece que cree que con ella no sería nada oficial, así que lo arreglo rápidamente—. Porque odio el compromiso y porque sé que yo puedo arruinarlo y no quiero arruinarlo, pero si un día alguien con un nombre que rima con Bolly me da una oportunidad, me encargaría cada día de ser quien merece.




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