Nada y todo ha cambiado.
Las cosas con Emily siguen como siempre, Gavin me da miradas irritables y Mónica solo existe sin saber nada. No creo que sepa que yo soy la ex novia de su perfecto novio.
Violet intenta balancear el tiempo que pasa entre Emily y yo pero últimamente ella está casi todas las tardes con Emily y conmigo solo en algunas clases.
Roger sigue llegando por mí a la escuela y ha sido divertido ir a acompañarlo a comprar ingredientes para sus postres, ayudarlo a entregar algunos productos y también pasar a comer con él.
No sé cómo describir lo que sea que seamos con Roger, pero no quiero hacerlo tampoco. Solo sé que nos llevamos bien, que él es sutilmente atento conmigo, que me hace reír aun cuando dice cosas tontas y que ahora estoy ansiosa por verlo cada día.
Es contradictorio como en la escuela me siento irritada y luego cuando llega Roger con su motocicleta y esa sonrisa que puede hacer que tu corazón pegue un salto, me siento mejor.
No sé si puedo decir que me gusta Roger pero sí puedo confirmar que cada vez que me toma de la mano, que cuando vamos en la motocicleta y lo abrazo y cuando toma del mentón, él provoca algo en mí.
Así que tal vez, estoy un poco, atraída a él.
Es como una distracción de todo lo que está pasando y es todo lo que necesito últimamente.
Cuando podemos vamos a mi casa y en los ratos libres vemos alguna película o solo hablamos.
— ¡Molly! —Violet me habla cuando estoy en la puerta de la salida de la escuela.
Giro y ella camina a pasos rápidos para acercarse, a unos metros está Emily acercándose con la cara de molestia.
— ¿Qué pasa?
Me toma del brazo. —Ven, vamos a buscar mi vestido de cumpleaños.
Oh, es cierto. Esta también era una tradición que teníamos, solíamos ir a comprar vestidos para nuestros cumpleaños a la tienda de segunda mano.
Veo a Emily y sé que ella estará ahí. —Violet, no creo que debería ir.
Emily finalmente se acerca y cruza los brazos, se nota que está desesperada por irse. —Violet, ¿Para que la invitas? Se irá con su novio.
Emily no está haciendo esto fácil. Yo sigo esperando que se disculpe pero cada vez actúa peor contra mí.
Violet hace una mueca. —Emily, recuerda que Molly también es mi amiga así que las quiero bien a ambas. No pueden faltar a mi cumpleaños solo porque se niegan a perdonarse.
Emily me señala. —Ella es quien no quiere ser razonable.
La veo. — ¿De verdad, Emily?
Escucho el sonido de la motocicleta y sé que Roger ha llegado por mí. Ya no vale la pena seguir con esta discusión.
—Tengo que irme —le digo.
Violet me toma del brazo. —Espera Molly, necesito que ustedes arreglen esto ahora —toma también a Emily y la acerca—. Emily, tú hiciste que Gavin llegara a hacer las pases con Molly, así que ahora es tu turno. Hagan las paces, ¡Ahora!
Emily me mira, luego a Violet y de regreso a mí. —Bien, como sea, lo siento si te molestó eso que hice, no pensé que te afectaría tanto.
Miro hacia la salida, noto a Roger esperando por mí. —Está bien.
— ¿Ya estamos bien? —Violet sonríe, ilusionada.
No diría que estamos bien realmente pero al menos estamos intentándolo. —Sí, pero tengo que irme.
—Pero Molly, ¿Qué hay de los vestidos? —Violet frunce el ceño.
Tengo que ir a la fiesta de cumpleaños de Brooks y no puedo faltar, ya Roger les avisó que estaría ahí. —Lo siento, tengo que hacer algo pero iré a tu fiesta no te preocupes.
Escucho que Emily suelta un suspiro pero quizás lo imaginé.
—Bien, está bien —Violet hace una mueca—. Aunque ahora que estamos bien, tienes que venir a mi casa mañana y Emily, tu también. Hay que hablar sobre algo, ¿sí?
Asiento y comienzo a caminar al frente.
Roger se quita el casco y cuando ya estoy cerca de él, me lo extiende. —Hola, ¿todo bien?
Veo por encima de mi hombro y noto que Emily y Violet están viéndome. —Sí, todo bien, vamos.
—Ten —Roger me entrega un vaso transparente con lo que parece, café y hielo.
— ¿Qué es esto?
Hemos pasado a su casa para recoger el pastel y doce pastelillos que hizo también para la fiesta de Brooks. Estoy bastante impresionada por lo bien que le sale todo esto.
El pastel es de cubierta azul y al centro lo decoró con una imagen impresa en ese papel comestible, de un superhéroe con una espada. En los bordes está decorado también y le hizo un efecto como de cascada.
Los pastelillos son de cubierta azul, anaranjado y blanco, como el superhéroe que no reconozco. Tiene algo encima, pequeñas estrellas y una galleta de chocolate en la punta.
—Te hice un café, sé que te gusta —dice, bajando la mirada al contenedor de plástico donde está guardando los pastelillos.
Entorno los ojos. — ¿Tu lo hiciste?
—No es difícil, no se necesita ser un experto —se gira para tomar una servilleta y limpiar un poco de glaseado—. Espero que te guste.
Doy un sorbo corto y abro los ojos. —Esto lo compraste.
Finalmente me mira. —No, yo lo hice. No es difícil, Molly. Es solo café con hielo.
Niego. —No, es más que café con hielo, esto sabe bien.
Sonríe de lado. —Sí, tiene un toque extra pero para que te lo diga, tendrás que besarme.
Pensar en besar a Roger provoca algo en mi estómago y esta vez, no es nauseas. No, sin duda no lo es. —Um, no gracias.
—Entonces te gustó —cierra el primer contenedor con seis pastelillos perfectamente colocados—. Que bien.
Bajo la mirada y lo observo colocando todo con mucho cuidado. Muevo la mirada a la cocina, en el fregadero están algunos de los instrumentos de cocina que usó para todo esto.
Sonrío. —Creo que esto te gusta.
Ahora va por la caja con el pastel, en el refrigerador. —Esto es… lo mío.
Roger coloca la caja en la mesa y revisa por última vez que todo esté perfecto. Él tiene esa mirada de concentración, como si un dinosaurio pudiera pasar a su lado ahora y no lo notaría.
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Editado: 12.01.2025