30: EL MENTIROSO

El cumpleaños de Brooks fue ayer y me divertí pero ahora tengo que enfrentar a mis amigas.

Llego a la casa de Violet y me sonríe mínimamente pues lleva una mascarilla en el rostro. Toma mi mano y me adentra a la casa, cierra la puerta para después llevarme a las escaleras dirigiéndonos a su habitación en silencio.

Mientras más escaleras subimos, más escucho el sonido de la música. Finalmente estamos en la segunda planta donde ella abre la puerta empujándola con su cadera y veo que Emily está sentada con las piernas cruzadas sobre la cama.

Emily me mira y solo aprieta los labios.

—Hablen —Violet intenta no mover mucho los labios.

Emily rueda los ojos y baja el volumen de la música. —Hola Molly.

Violet me suelta. —Hola.

Violet levanta un dedo y se va corriendo al baño. Escucho el sonido de la llave y sé que está quitándose la mascarilla.

Emily se mueve sobre la cama para estirar las piernas y yo miro alrededor de la habitación como si no supiera donde está todo acomodado.

Violet regresa con una toalla rosa pequeña y se seca el rostro con toquecitos. —Oigan, dijeron que ya estaban bien, dejen de ignorarse.

Emily chasquea la lengua. — ¿Para qué tengo que estar aquí?

Violet me toma del brazo y se sienta sobre la cama, me obliga a sentarme también en la orilla. —Porque hay mucho que hablar. Mañana es mi cumpleaños dieciocho, mañana tendré una fiesta increíble y sobre todo, necesitamos saber todo sobre Molly y Roger.

— ¿Qué? —digo.

Emily toma una almohada de Violet para colocársela sobre las piernas. —Ah, cierto, ¿desde cuando tienes un nuevo novio?

Aun puedo escuchar ese tono filoso en su voz. —Roger no es mi novio.

— ¿Te gusta? —Violet cruza las piernas—. Molly, necesitamos que seas sincera. Somos tus mejores amigas y queremos saber qué está pasando entre ustedes.

—Se besaron y vas en su motocicleta —Emily recalca.

Suspiro. —No es nada de lo que creen.

—Entonces habla, mujer —Violet me sacude de los hombros—. Solo dinos qué está pasando.

Muerdo mi labio inferior. Considero hacerlo pero no sé qué debería decir. Hay muchos detalles que no me pertenecen, que es más sobre la vida de Roger que la mía.

Respiro profundo. —Roger y yo… creo que solo nos estamos volviendo amigos. Eso es todo.

— ¿Cómo ocurrió eso?

Emily pregunta: — ¿Por qué lo besaste? —puedo notar que ahora tiene curiosidad.

Me acomodo sobre la cama para poder verlas a ambas. —Bueno, lo besé porque… acepto que fue un poco chocante volver a ver a Gavin y no lo sé, Roger estaba ahí y no pensé mucho en ello.

—Pero, ¿Qué hay de ahora? —Violet muerde su labio inferior.

No sé qué tanto contarles. —Pues ahora realmente somos amigos, eso es todo, lo prometo. Roger y yo solo pasamos un poco de tiempo y pues, um, sé que hace postres y lo ayudo a llevarlos.

— ¿Hace postres? —Emily mira a Violet.

Se encoje de hombros. —Sí, eso hace —sonríe de lado—. Esos pastelillos que les he dado en su cumpleaños son por él.

Oh, ahora sé porque son deliciosos.

—Um, entonces, déjame entender Molly —Emily habla—. Ahora eres amiga del ex amigo de tu hermano.

Bueno cuando lo pone de esa manera suena mal. —Bien, escuchen —digo—. Roger y yo vamos a lugares y hemos pasado el tiempo con otras personas. Son agradables y eso es todo. No hay ninguna relación secreta y sé que él se peleó con Eduardo pero en realidad, no es una mala persona.

—No, no lo es —Violet hace una mueca.

— ¿Lo haces para darle celos a Gavin? —Emily pregunta.

Chasqueo la lengua. —No. Tal vez esa vez en navidad sí, lo admito pero ahora ya no. No me interesa Gavin… ya no.

Las tres permanecemos en silencio y no sé qué estarán pensando ellas pero yo solo repito mi última afirmación en mi cabeza. Es cierto, ahora mismo, ya no tengo la mínima esperanza que Gavin y yo regresemos.

No es como si ya lo perdoné o como que no tengo rencor pero ya no lo quiero de nuevo en mi vida. Ahora siento solo cosas negativas por él y aunque tal vez no sea lo mejor, lo tomo como progreso.

—Gavin… —empiezo—, creo que ahora sé por qué me dejó. Bueno, no sé el motivo realmente de por qué solo se fue así. Sé que se tenía que mudar pero no me habló y bueno, el punto es que ahora comprendo por qué no le importó despedirse.

— ¿Por qué? —ambas preguntan al mismo tiempo.

Suspiro. — ¿Recuerdan cuando les decía que aún no estaba lista para eso? Bueno, me lo confirmó, la vez que llegó a mi casa. Básicamente lo dijo, que soy demasiada niña para él.

— ¿Qué? —ambas, otra vez, dicen al mismo tiempo.

Me encojo de hombros.

—Gavin me dijo que tú estabas distante y por eso él prefirió dejarte así —Emily afirma—. Le pregunté una sola vez y me dijo que tú ya no eras como antes pero no sabía eso.

La veo abriendo los ojos. — ¿Eso te dijo?

—Sí, me dijo que tal vez ya te habías aburrido de él y que de todas formas él tenía que irse.

Niego sin poder creer lo que estoy escuchando. — ¿Yo? Por favor, ¡Estaba muy enamorada de él! ¡Ustedes lo saben! —siento una presión en mi pecho y mi garganta ardiendo—. Yo siempre lo quise, siempre fue el único para mí.

— ¿Entonces te dejó así porque no quisiste acostarte con él? —Violet baja la voz, aunque estamos solas en su casa.

Asiento.

Emily resopla. —Es un mentiroso y un cobarde —se levanta de la cama y toma su teléfono—. No puedo creerlo que también me mintió a mí, ¡Él sabía lo difícil que era intentar mantener la amistad con ambos! ¡Pensaba que tú tenías la culpa! Pero va a escucharme.

Me levanto de la cama y voy con ella. —No, espera, Emily, ¿Qué estás haciendo?

—Voy a llamarlo —aparta el teléfono de mí.

—No, no, por favor, no quiero que sepa que me quejé con ustedes —lamo mis labios—. Ya no importa, por favor.

Emily lanza con fuerza el teléfono a la cama y me rodea con los brazos sobre mis hombros. —Claro que importa. Molly, te vimos rota por él. Todo este tiempo pensé que exagerabas porque tú lo habías dejado a un lado pero es mi culpa, lo siento.