Alguien especial

36: Como una princesa

ROGER

—Tú eres una chica, ¿Qué me aconsejas? —le pregunto a Helen.

Waldo está atendiendo a unos clientes así que ahora Helen está en el mostrador, hablando conmigo.

—Um, no lo sé. Soy una chica pero Molly y yo somos diferentes. Si mi hermano hubiera entrado así, yo le hubiera roto la nariz.

—Lo sé —respondo.

—Y si mi ex novio hubiera hecho eso, le hubiera roto la nariz también —Helen suelta una risita.

Ruedo los ojos. —Sé que sí.

—Pero, ¿has hablado con ella? ¿Acaso no ibas por ella a la escuela siempre?

Me encojo de hombros. —Hemos estado hablando por mensajes pero ahora su familia sabe todo y la tienen condicionada —resoplo—. Molly… siento que es mi culpa, estoy complicándolo todo.

Helen toma un paquete de dulces y apunta algo en una libreta, seguramente es su forma de comprarlos a crédito en la tienda de su tío que probablemente no se los cobrará.

—Creo que Molly es como el sol y tú eres una planta —me ofrece un dulce y lo acepto—. Cuando te conocí eras tan serio y parecías enojado todo el tiempo, me mirabas raro y a Roman mucho más. Está bien, todos llegamos así.

Suspiro. —Estaba confundido.

Levanta un hombro. —Pero ahora eres mi amigo, tal vez incluso puedo llamarte mi mejor amigo, Roger. Eres especial y lo sabes, no creo que estés arruinándole nada a Molly, tú eres mejor de lo que crees.

Resoplo. — ¿Sabes? Iker dijo algo así.

—Iker tiene razón entonces —me ofrece otro dulce y este lo rechazo—. ¿Sabes qué? La vez que yo les conté sobre ese embarazo, sobre como me… bueno, ya lo sabes… tú no cambiaste de expresión. Es como con Brooks, jamás lo has tratado como si no entendiera y tampoco con Brandon o Iker, nunca actuaste “rudo” para estar a su nivel.

Entorno los ojos. —Solo soy una persona decente.

—Siempre respondes eso pero no, Roger. Sabes bien que este mundo está lleno de personas basura, sé muy bien que este mundo puede llegar a ser cruel y horrible, entonces en un mundo lleno de gente mala, personas como tú son más que decentes.

Me volteo hacia a ella y le sonrío. —Eres mejor de lo que piensas, Helen. De verdad.

Creo que Helen también es mi mejor amiga. En realidad, ellos se han convertido en mis amigos cercanos, personas con quienes puedo ser yo, sin ocultarme.

—Es lindo que estés enamorado —Helen afirma, siguiendo masticando sus dulces.

Suspiro y recuesto mis codos sobre el mostrador. —Sí, es lindo hasta que llega el hermano de la chica y casi te mata a golpes.

Bufa. —Oye, dile a ese chico que tienes amigos con músculos y tatuajes —sonríe de lado—. Deberías tomarte una fotografía con Iker y Brandon, así, sin camiseta.

Arrugo la nariz. — ¿Es tu excusa para verle los abdominales a Brandon?

Su rostro se enrojece rápidamente. — ¿Qué? ¡No! No me gusta Brandon, me agrada como todos.

—Sí, claro.

Rueda los ojos. —Como sea, no hablábamos de mí. ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Acaso no tenías una cita con Molly?

—Mañana, supuestamente —suspiro—. Pero será mejor que me vaya, tengo pedidos.

—Oh, el señor pastelero —se mete todos los dulces a la boca—. Hazme uno.

Arrugo la nariz. —Primero intenta no ahogarte con esos dulces y segundo, no.

Se cubre con la mano mientras habla. —Roger, ¿ya pensaste sobre lo que te dijo Roman?

Me muevo hacia a pequeña puerta de mostrador para salir de este espacio. —Lo sigo pensando.

—Deberías pensar más rápido —finalmente traga—. Creo que tienes talento y eso te ayudará, ¿no lo crees?

Suspiro. —Ya… veré.

Chasquea la lengua. —Bien, pero sabes que todos estamos apoyándote.

Lo sé y eso me motiva a tomar esa decisión pero al mismo tiempo, tengo que pensarlo realmente bien. Antes tenía una razón para no aceptar, ahora tengo dos.

— ¿Qué pastel harás ahora?

—Chocolate y fresas —digo—. Es para el cumpleaños de un niño, conocido de Roman.

Asiente. —Envíame fotos.

—Lo haré.

Levanto la mano para despedirme de Helen pero ella vuelve a llamarme. —Espera, Roger, escúchame, ven.

Me acerco al mostrador. — ¿Ahora qué pasa?

—Mira, te daré un consejo: sé feliz —junto las cejas—. No, escúchame. Tú ahora mismo estás enamorado y Molly te correspondió, eso que ustedes tienen yo no lo he tenido nunca y no quiero que lo dejen a un lado por alguien más. Usa tu cabeza y encuentra una forma de llegar a ella, haz algo grande y olvídate de su hermano.

Asiento. —Gracias.

Me doy la vuelta otra vez, paso a un lado de Waldo y me despido.

Es justamente cuando salgo a la plaza y veo hacia una boutique que tengo una nueva idea y para esto, voy a cobrarle los favores a mi prima.

~ ~ ~

—Pasa, rápido.

Ahora es viernes, el día del baile escolar de la escuela a la que yo ya no voy, pero sí la chica que me gusta y por ella, no me importa verme ridículo en un traje.

Violet me ayudó y no tuve que insistirle tanto como creía. Le pedí que convenciera a Molly de ir al baile con ella, que se arreglaran en su casa y que estuviera lista para la hora a la que yo iba a llegar.

No he visto a Molly en varios días y tengo muchas preguntas. Quiero saber qué pasó con Gavin, con Eduardo y con su familia. Me ha dado algunas explicaciones pero siempre me dice que prefiere hablar de algo más.

— ¿Cómo me veo? —Violet posa con su vestido azul.

Asiento. —Te queda bien.

Suspira. —No lo arruines, Roger —me sonríe—. Voy a darles privacidad, estaré en el auto pero no tarden.

Asiento.

— ¡Molly, ya déjate el cabello así, baja! —Violet grita desde abajo y sale rápidamente al auto, riendo.

—Tú fuiste la que me insistió que me hiciera estos rizos y… —Molly finalmente aparece.

Mi corazón pega un salto cuando la veo. A diferencia de como lucia en la fiesta de cumpleaños de mi prima, esta vez ella luce como una princesa. Ambas versiones me gustan, la Molly un poco más madura y esta, dulce y linda como lo es.




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