Alguien especial

37: ESTE NO ES UN FINAL

Estoy nerviosa pero cuando Roger toma mi mano, me siento más tranquila.

Pasamos el pasillo de la escuela y llegamos al gimnasio donde es el baile. Es extraño caminar con alguien sosteniendo mi mano, después de Gavin, ya no tenía a nade que me acompañara.

Pero ahora Roger está conmigo y a pesar que sigue siendo inesperado todo esto entre nosotros, se siente bien y genuino.

Roger me da una irada y me sonríe. Es realmente guapo pero eso no es todo lo que es. Roger cada día me demuestra lo asombrosa persona en que se ha convertido.

—Estoy un poco celosa, pensé que Iker vendría conmigo —Violet recuesta su cabeza en mi hombro.

Roger la escucha y suelta una risa. — ¿Crees que alguien como Iker vendría a un baile escolar?

Lo fulmina con la mirada. —Pues tú estás aquí.

Roger me voltea a ver y sonríe. —Sí, yo estoy aquí.

Lo miro a los ojos y le devuelvo la sonrisa. Violet se queja y suelta un suspiro. —Creo que mejor busco a alguien más con quien quejarnos de las parejas cursis, ni siquiera me quiero encontrar con Emily y Luis, seguramente están todos empalagosos ahora mismo.

Violet se aleja moviendo su cabeza al ritmo de la música. Yo regreso mi atención a Roger. —Gracias por estar aquí.

Lleva su mano a mi mentón. —Solo una chica como tú me haría venir a un lugar como este.

Mi estómago se llena de mariposas. —Gracias.

Se inclina hacia mí. —Me agradeces mucho, no tienes que hacerlo.

Creo que sí tengo que hacerlo, realmente me siento agradecida con él. —Lo sé.

Roger se inclina un poco más pero antes que pueda suceder lo que ambos queremos, esa persona indeseable se aparece a un lado de nosotros. Giramos al mismo tiempo para encontrarnos con Gavin.

— ¿Qué quieres? —Roger endereza la espalda.

Gavin tiene esa pequeña sonrisa que es tan fastidiosa de ver. — ¿No puedo saludar a mi ex novia?

Sé lo que está haciendo, quiere arruinar nuestro momento. —Gavin, solo vete —ordeno.

Gavin entorna los ojos y me mira. — ¿Por qué? ¿Acaso no recuerdas nuestro último baile? —Ahora mira a Roger—. Ella no es la mejor besando pero está bien.

Roger da un paso hacia él. —Será mejor que te calles.

— ¿Por qué, Roger? ¿Vas a golpearme? ¿Quieres hacer eso, no? —Gavin sabe cómo ser una molestia.

Roger aprieta la mandíbula e inclina la cabeza. —Un día vas a salir de este lugar y te darás cuenta del tipo de persona que eres —toma mi mano y me lleva lejos apartándonos de Gavin.

Se detiene en una esquina, intento ignorar algunas personas que nos ven. No creo que todos aquí conozcan a Roger pero tampoco pasa desapercibido.

— ¿Alguna vez se calla? —exhala.

Sonrío de lado y me acerco para abrazarlo rodeando la cintura. —No te preocupes por él.

Su expresión cambia y ahora me sonríe. —No quiero que te fastidie, Molly. En serio podría golpearlo o hacer cualquier cosa.

—Estoy bien —afirmo.

Roger se inclina para besar mi frente, permanece contra mi piel durante unos segundos, se separa y me mira directamente a los ojos. Nunca, ni en mis más locos sueños, hubiera creído que Roger sería quien estuviera en este momento a mi lado.

—Te ves bien —creo que ya se lo había dicho pero lo repito porque es verdad.

—Molly, si tú quieres podemos quedarnos aquí y fingir que esto es uno de los momentos más geniales de tu vida o podemos hacer algo que planeé, ¿Qué decides?

Sonrío. — ¿Cuál es el plan?

—Es un secreto, ya lo sabes.

Miro a las personas bailando y a otras que solo están hablando entre ellas. Emily y Luis son de los que hablan pero tan cerca del rostro del otro, Violet ya encontró un grupo con quien divertirás.

Muerdo mi labio inferior. —Está bien.

Toca mi mentón y acaricia mi mejilla con su pulgar. —Entonces sígueme.

Elevo una ceja. — ¿Nos vamos de la escuela?

—No —toma mi mano y me mueve afuera del gimnasio donde todos están.

Pensé que se dirigiría al estacionamiento, pero en lugar de eso, cruza al lado contario y me sostiene la mano mientras avanzamos por los pasillos desolados y apenas iluminados.

Si no estuviera con Roger, me daría miedo estar aquí pero él parece muy segundo de a dónde nos estamos dirigiendo.

Subimos las escaleras y seguimos caminando, aquí en la segunda planta la luz es escaza y solo dependemos de la que entra por las ventanas. Aun así, Roger sigue caminando hasta llegar al fondo y me sonríe.

— ¿Lista?

Su rostro se ve bien, aun si solo puedo verle la mitad. —Sí.

Toma mi mano y me lleva dentro luego de empujar esta puerta blanca. Es el salón de Ciencias y Biología, no sé por qué pensó que deberíamos venir aquí.

Pero no nos detenemos, él sigue hasta el fondo y me suelta la mano. —Dame un segundo.

Va al escritorio de profesores, se inclina sobre sus rodillas, mete casi todo su cuerpo abajo del escritorio y yo muevo mis ojos a la puerta. No sé porque pero pareciera que estamos haciendo algo incorrecto.

— ¿Qué haces? —susurro.

—Listo —celebra, se mueve para ponerse de pie y abre el cajón sin problema.

Entorno los ojos. — ¿abriste el cajón? ¿No se supone que tiene un candado?

Me guiña el ojo. —Yo sabía muchas cosas cuando estaba aquí.

Niego. — ¿A esto te dedicabas en la escuela? ¿Abrir cajones?

Lo revisa y saca una llave, mostrándomela. —En realidad, t hermano me enseñó ese truco. Quien sabe cómo lo aprendió.

Suspiro. —Como sea, ¿para qué es eso?

Ahora se mueve a la esquina, donde hay otra puerta. Esta regularme está cerrada siempre y solo he estado ahí con mis compañeros en un par de ocasiones. Sé lo que es.

Es una terraza con muchas plantas. Todas ellas se han sembrado y se usan para lecciones y clases, tienen rótulos frente a ellas con los nombres científicos de cada una. Como Lilium o Filicopsida.

Roger guarda la llave en su bolsillo y luego estira la mano hacia mí. Gracias al alumbrado del exterior es mucho más sencillo verlo. — ¿Quieres bailar?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.