Alguien especial

38: LUEGO DE MI GRADUACION.

Eduardo me habla como antes pero no menciona a Roger, mis padres tampoco. Creo que en parte están molestos pero por otra parte, se han dado cuenta que sigo siendo la misma Molly de siempre.

Además, un día hablé con mamá y le conté sobre Gavin y yo. Fue un poco raro, también incomodo pero siempre he sabido que mamá me ama y no importa lo mucho que le agrade Gavin, siempre estará de mi lado.

Por otra parte, Roger aceptó el trabajo que Roman le había ayudado a conseguir. Ahora está a una hora y media de distancia pero cuando vaya a la universidad, estaremos a tan solo treinta minutos.

No veo a Roger tanto como me gustaría pero me habla todos los días y siempre me envía notas de voz a la hora de dormir. Me gusta que me cuente de su trabajo, de las personas que conoce y de lo mucho que está aprendiendo.

Ahora que él está un poco lejos, ya no vamos al salón con los chicos pero seguimos siendo amigos. Helen y yo siempre estamos chateando, he visto a Iker y a Brandon también y siempre que puedo, paso a saludar a Roman y a Brooks. Todos están felices por Roger y Roger lo agradece.

Como supuse, su relación con su familia no mejoró de un día para otro pero por suerte tiene a su abuelo, a Violet y a sus amigos. También me tiene a mí.

Roger me ha hablado de muchas cosas. Me explicó que se fue distanciando de Eduardo poco a poco, que no fue algo abrupto. Me contó sobre una pelea que tuvieron y de cómo también se alejó de otros chicos no solo mi hermano.

Creo que aún tengo mucho que descubrir de Roger, de sus pensamientos y de su pasado pero tenemos tiempo, después de todo él siempre se asegura en recordarme que quiere que esto dure.

Sabía que hoy no estaría en mi graduación y no me molestó. Está ocupado, así es la vida después de la escuela supongo. Ya no tienes tanto tiempo libre.

Luego de la ceremonia fuimos a comer con mi familia y regresamos a casa. Eduardo tenía que conducir devuelta al campus así que se fue y mis padres fueron a su habitación temprano para descansar.

Yo le envié todas las fotografías a Roger y me quité el vestido. Me coloqué unos pantalones sueltos deportivos y una camiseta que ya se ha estirado por todas las veces que se ha lavado.

Escucho mi teléfono vibrar y me acerco. Seguramente ya me respondió.

“Te ves linda”

Sonrío. Roger siempre me llama así.

Antes que pueda responderle, envía otro.

“¿Por qué no sales? Tengo algo para ti”

Mi corazón se detiene. ¿Roger está aquí?

Antes de moverme, me veo en el espejo y me regaño por haberme cambiado tan pronto. Todavía tengo el maquillaje pero no encaja con mi atuendo.

Sin embargo, es Roger y me ha visto de peores formas.

Lentamente salgo de mi habitación con el teléfono apretado contra mi cuerpo. Camino casi de puntillas para no hacer ningún ruido. No es tan tarde pero no quiero que mis padres me pregunten a donde estoy yendo.

Salgo lentamente y aunque todavía hay un poco de luz natural, no es tan fácil ver que hay alrededor.

Busco con mis ojos a Roger pero no lo encuentro. Tal vez no se estacionó cerca.

Camino hacia la acerca y sigo buscando cuando alguien se asoma detrás del auto de mis padres. Mi corazón pega un salto cuando lo reconozco.

Roger, vestido con una chaqueta y el cabello hacia atrás. Él se acerca a mí y yo a él, me rodea con los brazos y me levanta unos centímetros.

Besa mi mejilla. —Te extrañaba —besa mi otra mejilla—. Eres perfecta.

Roger inunda mi estómago con mariposas como siempre. —Um, ¿Qué haces aquí?

Acaricia mi cabello. —Lamento que no pude ir a tu graduación, pero conduce hasta aquí porque necesito darte algo, en realidad, dos cosas.

Toma mi mano y me lleva a unos metros de mi casa, donde estacionó su motocicleta. He extrañado pasear con él.

Roger me suelta para abrir el compartimiento y sacar algo de ahí. Veo que lleva el casco. Se da la vuelta para mirarme de nuevo y me toma la mano otra vez.

—Estoy muy orgulloso de ti, estoy seguro que vas a lograr muchas cosas y vas a ser excelente, como siempre —no puedo ocultar mi sonrisa—. Molly, eres una persona única. Contigo me siento seguro, he encontrado eso que siempre quise, alguien que me viera tal y como soy.

Sus palabras me derriten.

—Entonces, esto es para ti —levanta la otra mano y veo que sostiene una cajita azul, la abre y me muestra una cadena delgada dorada con un dije que tiene las letras M&R.

Abro los ojos. —Roger, no debiste, estas pagando tu apartamento y ahora tu…

—Sí, sí debí —lo saca y me hace una seña para que voltee. Me levanto el cabello y dejo que él me lo coloque. A pesar de ser liviano siento que ha agregado un peso invaluable.

—Roger…

Me gira y se inclina para besar mis labios. Roger tiene los labios suaves y podría besarlo por mucho tiempo, pero lamentablemente, él tiene que regresar.

Sin embargo sé que un día no tendremos que decir adiós. No sé porque pero lo presiento.

—Y otra cosa —dice—. Quiero decirte algo. Molly, te amo.

Mi corazón se detiene. Roger y yo no nos habíamos dicho eso todavía. Hemos bailado alrededor de la palabra y hemos usado otros términos pero no ese.

Por supuesto que lo amo. Lo he sabido desde hace un tiempo pero una parte de mi estaba esperando que él lo dijera primero.

—Te amo, Molly. Te amo y pronto todo cambiará. Voy a trabajar duro, tú vas a ser la más exitosa, vamos a estar juntos por mucho tiempo —toma mi mentón—. Gracias por creer en mí.

Le sonrío, sintiendo ganas de llorar pero por la felicidad. —Tú también crees en mí.

— ¿Cómo no voy a creer en ti? Eres la chica más inteligente, dulce y guapa que existe —Roger sabe cómo derretir mi corazón—. Te amo, Molly.

Sonrío sintiendo calor en mis mejillas. —Te amo, Roger.

Acaricia mi mejilla por unos segundos. —Gracias por besarme en la fiesta de navidad.

Resoplo. — ¿Yo? Tú me besaste.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.