Después de dar un tour por el pueblo donde Murazaki vivía, arribamos al hogar de mi amigo. Murazaki llevaba un par de años viviendo en Japón, ya que las ambiciones de él y de sus padres eran completamente diferentes; sus padres adoptivos querían que Murazaki fuera el sucesor de su empresa textil y Murazaki anhelaba continuar con su proyecto que cambiaría el mundo. Según Murazaki, en Japón encontraría los materiales faltantes.
Al caer la noche, Murazaki me ofreció una habitación vacía. Nanashi acostumbraba desde que estoy en el orfanato, a dormir conmigo.
Fue complicado conciliar el sueño, para ser exactos, eran más de las tres de la mañana y no podía pegar los párpados. Algo me inquietaba y no era el único; Nanashi permanecía plantado frente a la puerta, dándome la espalda.
"¿Nanashi?", Murmuré.
Nanashi no respondió; la preocupación comenzó a surgir desde mi corazón y tuve que levantarme de la cama. Caminé hacia Nanashi y coloqué mi mano sobre su hombro; fue la segunda vez que pude tocarlo.
"Nanashi, ¿no puedes dormir?"
"Murazaki... el niño fantasma... no está bien lo que Murazaki está haciendo.", Nanashi Balbuceó.
"¿Qué quieres decir con eso?", desconcertado pregunté.
Nanashi volteó a verme, me sorprendió que mi mano pudiera seguir reposando sobre su hombro, era como si Nanashi fuera un humano. Me hubiera gustado seguir tocándolo por mucho tiempo más; lamentablemente tuvimos que salir de la alcoba y fuimos hacia el taller de Murazaki.
En el taller de Murazaki no solo estaba él, había artefactos futuristas, metálicos y extraños, de diferentes tamaños cada uno. Recipientes de vidrio, algunos vacíos, otros con líquidos de diferentes colores, algunos contenían gases y esos estaban sellados. Lo que más me impactó además de la tecnología, fue el cuerpo momificado que estaba sobre la mesa de hierro de Murazaki. ¡Era el cuerpo del pequeño fantasma! Y el pequeño fantasma se mantenía en una de las esquinas del taller, observando a su hermano.
Murazaki no tardó más de medio segundo en enterarse de nuestra intromisión. Retiró su máscara de gas y volteó a vernos.
"Que sorpresa, ¿no puedes dormir?", preguntó Murazaki y añadió: " 'Tu pregunta está de más', es algo que dirías, si no me equivoco."
"¿Qué es todo esto?", fruncí el ceño.
"¿Recuerdas nuestra primera conversación? Te hablé sobre mi proyecto que cambiaría al mundo, incluso lo recalqué hoy. Me complace anunciarte que este es mi proyecto. ¿Qué te parece? Estoy por terminarlo, te hablaré un poco de que trata."
Nanashi y yo intercambiamos miradas, así como siempre fue, él supo que hacer con verme a los ojos; mi querido espectro fue con el niño fantasma con el propósito de conversar con él sobre la barbaridad de Murazaki y así obtener información. Mientras tanto, no dije ninguna palabra en absoluto hacia Murazaki y él continuó con su discurso.
"Hace mucho tiempo, hubo una guerra en donde nosotros solíamos vivir. ¿Sabes que es lo absurdo de esta guerra? Que fue provocada por el profundo enfado del emperador y ese enfado fue provocado al enterarse que un hijo ilegítimo por parte de su madre, estaba vivo. El emperador le ordenó a su ejército buscar al bastardo de casa en casa, asesinaron a personas inocentes, las brasas derritieron a toda mi familia, mi casa y nuestras pertenencias.
Mi hermano y yo huimos del lugar antes de ser aplastados por los escombros o incinerados por el odio, sin embargo, el odio, la furia y el resentimiento tomaron a mi hermano; uno de los soldados del emperador lo asesinó con un arma de fuego.
No sabes cuánto tiempo me negué a aceptar la realidad. Me quedé sin nada, todo me lo arrebataron de la noche a la mañana, por culpa de un bastardo. Entonces me propuse a hacer todo esto; mi proyecto 'identidad'. Llevo cargando el cuerpo de mi hermano desde ese incidente, conseguí un reemplazo de órganos para usarlos en él ¡e incluso conseguí electricidad! ¿No estás orgulloso de mí, Hansen? Mary Shelley estaría sumamente orgullosa de haber conocido un joven huérfano que pudo hacer realidad lo que escribió. ¿Qué tal si se lo preguntamos? Podría ser la siguiente persona a la que ambos podríamos revivir, a menos que propongas a Isabelle.
¡Es verdad! Te he incluido en este discurso y no te he dicho el porqué. Oh, mi estimado y único amigo Hansen, le agradezco tanto a la bella Isabelle por permitir nuestro reencuentro. Tú traerás de vuelta el alma de mi difunto hermano Masayuki."
Más que petrificado por el soliloquio de Murazaki, estaba enfadado, no "enfado" no es la palabra adecuada para describir toda la furia que mi pequeño e insignificante cuerpo trataba de contener. Ese pobre niño fantasma... estaría descansando si su estúpido hermano no viviera con el resentimiento de la pérdida de aquel día. Todo comenzaba a cobrar sentido. No podía creer que un sujeto como Murazaki, quien era mi gran amigo, tuviera una mente así de retorcida, es más, debí haberlo supuesto desde el principio, gracias a él Nanashi y yo nos conocimos.
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Editado: 03.09.2020