Joel se acercó a Lisa y le agarró la cara. Acariciándola con su mano, tocando suavemente, mirándola a los ojos y bajando su mirada a verle sus labios. Siguió acariciándola mientras bajaba su mano hacia sus labios y se acercaba lentamente y cerrando los ojos, pensando Joel que mientras la besaba lentamente la iba a apegar hacia pared y morderle los labios. Manoseándola por dentro y sin pensar en un mañana. Solo pensaba en tenerla ese día y cargarla hacia una superficie para que pueda besarla mejor y así quedarse hasta que se canse. Y ella luego lo agarré y siga besándolo, quitándole la camisa y agarrando lo indecente.
Pero…
Con los ojos cerrados y hablando en voz baja, Lisa dice:
—¿Qué haces? ¿Piensas que esto está bien? ¿Quieres meterte en problemas?
—No me importa. Solo quiero… —Le desabrocha la camisa.
—Te meterás en problemas y eso es lo último que quiero.
—Pero quieres que lo haga, ¿no?
—Yo… quiero…
—Solo será un…
Lisa lo aleja.
—Lo siento, pero no estoy lista. —Se pone de pie—. Me tengo que ir.
El amor es algo que nadie puede controlar ni el más poderoso ni el que tiene más dinero, pero algo que si podemos hacer es tratar de no verlo. Solo pensar que es una ilusión y no un amor próspero. Sin embargo, el amor es como una máquina que, aunque sabes que en algún momento se acabará igual lo sigues teniendo hasta que se desgaste y verlo sin utilidad. Y ahí es cuando se termina todo.
—¿En serio te vas? ¿Me dejaras aquí?
—¿Eh? ¿De qué hablas? —Se abrocha la camisa.
—Dices que gustas de mí y no quieres hacer nada. Hasta engañaste a Mario para estar conmigo...
—Me gustas, pero eso no significa que deba hacer todo lo que quieras. —Se alza las medias.
Pero quien juzga. Como dicen, el amor viene cuando menos te lo esperas. Sin embargo, eso no significa que tienes que engañar a alguien para amar o bueno esa es la lógica que todos utilizan.
—No hay que fingir ser algo fuera del colegio a menos que salgamos con mis amigos.
—¿Qué? ¿Por qué…?
—Porque sí y ya. Además, falta poco tiempo para terminar.
—No... ¿Aún no sientes nada por mí?
—No.
—Ja, que idiota.
—¿Por qué te molestas? Sabias eso desde el inicio.
—Entonces, ¿por qué te acercas a mí como si me quisieras tener? Si sabes que esto es solo una mentira.
Joel solo se puso de pie suspirando. No dijo nada, pasó por el lado de Lisa y se fue.
Lisa se desvaneció en el suelo, empezó a llorar.
«Pensé que era importante»
Mientras Joel bajaba las escaleras veía su celular y suspiraba.
Jimena miró a Joel. Fue corriendo hacia él.
—Hola, Joel. El profesor me dijo que te necesitaba en el salón del primer piso.
—¿Eh? ¿A mí? ¿Estás seguras?
—Bueno, eso es lo que me dijo.
—Ok, gracias... —se queda mirándola— ¿Cuál es tu nombre?
—Yo... soy Jimena.
Joel se fue. Jimena subió a la azotea, se sentó al lado de Lisa. Esta se asustó.
—¿Pensabas que era otra persona?
Lisa le dijo que no, que solo le había parecido raro que ella suba. Jimena la interrumpió diciéndole que se estaba saltando demasiadas clases y que ya no tenía ninguna excusa para el profesor. Lisa solo la miró y le dijo que iría a clases más seguido, que solo la deje descansar en su regazo. Jimena aceptó.
Jimena le preguntó si todo estaba bien. Lisa contestó que hay cosas que quisiera arreglar, pero que no puede. Lisa se tapó los ojos con sus manos. Quería que todo vuelva a ser como antes.
Jimena abrazó a Lisa, le dijo: “Todo se arreglará, tenlo por seguro”.
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Editado: 10.06.2022