Los amigos de Joel estaban en la esquina del colegio.
—¡Chicos! —Saludó con su mano.
—¡Llegan demasiado tarde! ¡Corran!
Lisa y Joel llegan a donde están ellos.
—¿Qué pasó, Lisa?
—¿Eh?
Su amiga de Joel se había dado cuenta que Lisa había llorado.
—¿Todo bien chicos?
—Bueno...
Joel es interrumpido por Lisa.
—Solo me tropecé, lo bueno es que Joel estaba ahí y me ayudó.
—Oh... eso es bueno. Digo, que Joel haya estado ahí, pero lo siento por... lo que sea que te hayas chancado.
—Vamos... Kena, no estás solucionando nada.
—Toma, Lisa. —Le entregó Made una crema, Lisa lo miró—. Es para los dolores, ya sabes... esto —Señaló su brazo indicando la parte en donde había moretones.
—Oh, claro. Muchas gracias —dijo Lisa tratando de no mirarlo.
Ese día, Lisa pensó en lo que estaba sintiendo y de los problemas que se iban a formar. Pensó toda la noche y al pensar sentía como su corazón no podía dejar de latir cada vez que pensaba en Joel, pero se dio cuenta que era un error. Y ahí fue cuando se hizo la pregunta:
¿Está mal amar a alguien?
Tenía tantas preguntas esas noches, así que solo se respondió dos:
¿Tengo que terminar con todo esto? Sí.
¿Me está empezando a hacer daño Joel? Tal vez.
Ella necesitaba un poco de tiempo para seguir pensando, pero sabía que el tiempo no esperaría a su decisión.
—Tenemos que terminar.
—¿Qué? ¿Pero por qué? —Joel vio como Lisa lo miraba—. Dime algo. No me mires así, por favor.
—Lo siento, pero sabíamos que esto iba a pasar.
—Esto es una estúpida tontería, no te mientas. Te gusto. No estás enamorada de nadie más, es solo que tienes miedo de lo que todos van a decir. Yo estoy aquí. —Joel le agarró la mano.
—Lo siento, pero no. El problema no son los demás, el problema eres tú.
Lisa suelta la mano de Joel, no dijo nada, solo se fue caminando llorosa.
Cada momento que uno imagina ser feliz sabe que en algún punto de esa imaginación la felicidad se acabará.
Ese momento era el que Lisa estaba pasando ahora un amor imposible es el más doloroso, ella sufría, pero sabía que lo que estaba haciendo estaba bien. Aunque no había durado mucho... Los momentos que pasó con Joel no los olvidará, aunque le cueste mucho.
Cada minuto de su vida, en ese momento, para ella era una mierda. Se había arriesgado tanto para dejarlo en nada. Solo para que las personas no la juzguen por amar.
Joel no dijo nada después de ese día, no se comunicó con ella ni fue a buscarla a su salón. De nuevo, él se tornó gris. Y la química que surgía entre los dos no volvió nunca más.
Lisa quería verlo, pero no podía.
Joel se dio cuenta de que ese día ella había tomado una decisión y que ya no habría marcha atrás, sabía que todo terminaría así. No se culpó por nada.
Pasado un mes las cosas empezaban a tornarse aún más oscuras, Joel y Lisa no se veían, pero por cuestiones de los horarios se cruzaban, haciendo que la mirada de Lisa se quedara impregnada en la de él.
Lisa se chocó con Sebastián, Lisa recordó que ya no se hablaban, todo había cambiado. Sebastián se dio cuenta de que ella estaba sufriendo demasiado. Era la primera vez que ella se veía feliz por algo que no sea sus estudios. A pesar de ver su tristeza él no hizo nada. Solo pasó por su lado como un desconocido.
Él sabía que los sentimientos no se podían retener y mucho menos desaparecer, pero que más podía hacer. Solo callar y mantenerse lejos de ella. Él estaba seguro de que todo pasaría de alguna manera y que los dos algún día se olvidarían, empezarían su vida normal sin sufrimiento.
Por el otro lado, Lisa pensaba en como dejar de sentir todo. Tenía dos opciones, mandarlo todo a la mierda y arriesgar lo que había construido por Joel o dejar que las cosas fluyan. Quería preguntarle a Sebastián, pero no podía.
Así que se puso a pensar en la vez que se conocieron ellos dos, cuando ella le dijo esa frase espontánea a Sebastián. Ahora, ella también quería eso: un apoyo de él, sabía que lo quería más que nunca, pero como preguntarle si solo... la relación de ellos dos se había malogrado por malentendidos y desconfianza. Ella ni siquiera sabía que era lo que estaba pensando él ahora.
Quería saberlo, sin embargo, por alguna razón él había bloqueado sus pensamientos para ella.
Tenía más y más problemas. Se decía a sí misma que los problemas cada vez se volvían absurdos y complicados. No era lo que quería. “Quiero ser feliz, pero ¿cómo?”, se preguntaba.
Cada uno luego de no decir nada en el receso se fueron a sus respectivos salones. Se quedaron pensando en lo que deberían hacer. Sebastián queriendo ayudarla y ella, solucionar los problemas.
Ahora lisa tenía que fingir estar bien. Quería volver a lo de antes, pero ¿cómo? Esa era su pregunta sin respuesta.
Bajando las escaleras ella se olvidó su lapicero. Así que subió rápidamente, sin darse cuenta que chocaría con Joel. Este solo atinó a agarrarla por la cintura, de nuevo volvió esa aura que los mantenía conectados a los dos.
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Editado: 10.06.2022