¿alguien quiere adoptarme?

capitulo 8

 

 

Esa horrible semana por fin había terminado. Monique se sentía mal por haber causado tantos problemas a los Smith. Claudia le decía en repetidas ocasiones que le explicara el por qué se había ido de la casa otra vez. Los empleados de la residencia Smith miraban con asombro, Gabriel le dijo a su madre que encontró a Monique llorando en las ruinas de la antigua casa de sus padres. 

Pasado el tiempo, las cosas volvieron a la normalidad. Lorenzo regresó a casa con una actitud diferente. Pidió hablar con su esposa e hijos sobre Monique, ya que, fue muy valiente al salvar la vida del joven Gabriel. 

Lorenzo: Escuchen, en un principio pensé que esa joven era un peligro, una mala influencia para ustedes, pero estaba completamente equivocado. 

Elena: El peligro entró a esta casa mucho antes que Monique. 

Lorenzo: Eso ya lo sé, y pido perdón por ello. 

Claudia: Amor, quien debe perdonarte es Monique. 

Gabriel: Mi madre tiene razón. 

Lorenzo: Es cierto. Díganle que suba, quiero hablar con ella. 

Gabriel, Claudia y Elena salieron del despacho. El joven fue en busca de Monique mientras que su hermana y su madre se dirigían a otra habitación para terminar algunos diseños. En unas semanas sería la exhibición de la colección “Sueño rosa" en las pasarelas de París, y Claudia no sabía qué hacer. 

Ya estando en la planta baja de la casa, Gabriel y Monique se encuentran y éste le dice que su padre desea hablar con ella. Monique estaba nerviosa pero aun así subió hasta la oficina de Lorenzo. Gabriel se escondió tras la puerta y escuchó la conversación entre la joven y su

padre. 

Monique: ¿Me llamaba? 

Lorenzo: Si, quiero pedirte perdón por todo el daño que pude haberte causado. Siempre creí que eras una mala persona, ahora ve lo equivocado que estaba. 

Monique: No se preocupe señor Smith, no hay nada que perdonar. Es solo que no se dio la oportunidad de conocernos mejor. 

Lorenzo: ¿Sin rencores? 

Monique: Absolutamente. 

Lorenzo: Ven ¡Siéntate! Háblame un poco de tu pasado. 


 

Una vez más, Monique contó los sucesos trágicos de su infeliz vida. Conversó con Lorenzo casi una hora. Al salir, una puerta captó su atención. Caminó hacia ella y sintió que del otro lado Elena y Claudia conversaban. Monique tocó y Claudia abrió la puerta. 

Claudia: ¡Hola Monique! Adelante. Necesito una opinión (muestra el diseño) ¿Qué tal? 

Monique: Creo que ese vestido quedaría bien sin mangas, y el azul se vería mejor un tanto más oscuro, pienso que resaltarían más las piedras doradas. 

Claudia: ¿Tú crees? 

Monique: Si. 

Elena: Monique... ¿Tú has estudiado diseño de modas? 

Monique: No, pero es mi sueño más grande. 

Claudia: ¿Qué tal si... ¿Tú haces este diseño? 

Monique: ¿De verdad? 

Claudia: Si, quiero ver como lo harías. 

Monique: Está bien. 

Monique estaba feliz, se esforzó tanto hasta terminar el dibujo con todos sus detalles. Claudia y Elena quedaron asombradas ante el talento de la joven. Al caer la noche, Claudia y Lorenzo hablaron sobre ella. A Lorenzo se le ocurrió una brillante idea, como no tenía una manera de enmendar su error, decidió ayudar a Monique a cambiar su destino. Claudia se puso feliz, pero Gabriel y Elena lo estarían aún más. 

Al amanecer, los Smith salieron y los empleados quedaron a cargo de la casa. Terminaron sus labores temprano para aprovechar y reunirse a conversar. Se sentaron debajo del mismo árbol en el que Gabriel vio por primera vez a Monique trabajar en el jardín. Salvador le pidió a la joven que les contara acerca de su charla con Lorenzo.

Salvador: ¿Y bien? Cuéntanos cómo te fue 

Monique: En realidad no me lo esperaba, pero les confieso que disfruté de una grata conversación con el señor Smith. Dijo que se sentía mal por todo lo que hizo, la forma en que me trató y que estaba completamente equivocado al pensar que yo era una mala persona. 

Sara: Él es un buen hombre. 

Renata: Así es, muy en el fondo. 

Marlon: Además está agradecido por haberle salvado la vida al joven 

Gabriel. Salomé: Verás que todo cambiará a partir de ahora. 

Marlon: Me alegra tanto que el señor Smith se haya dado cuenta de que cometía un gran error. 

Monique: Yo igual, siento que puedo respirar. 


 

Sebastián: Nosotros también, Monique. Sabes que te queremos mucho. 

Al escuchar tales palabras, Monique rompió en llanto, hace mucho que nadie le decía algo así. Sus compañeros le dieron un fuerte abrazo entre todos y la hicieron sentir protegida. Cuando llegaron los Smith, el grupo de empleados continuaron con uno que otro trabajo pendiente. Lorenzo trajo regalos para cada uno, pero el más especial fue el de Monique. 

Gabriel fue el encargado de entregárselo, la joven no tenía palabras para describir lo feliz que estaba. Era todo un paquete de lápices, borradores y material para diseño de modas. Claudia quería que Monique diseñara un segundo vestido, la semana del evento estaba cada vez más cerca. 

Gabriel: Monique ¿Podemos hablar un momento? 

Monique: ¡Claro! 

Gabriel: Ven, acompáñame. 

(Suben hasta la oficina de Lorenzo) 

Gabriel: Tengo una buena noticia para ti, alguien quiere adoptarte. 

Monique: ¿Bromeas? tengo 19 años ¿Quién querría adoptarme a esta edad? 

Lorenzo: Yo. Pero... No como hija. Verás... has sido muy buena con mis hijos y quiero darte las gracias por eso. Claudia y yo te daremos la oportunidad de estudiar diseño de modas. 




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