Cuando Monique cumplió 26 y Gabriel 29, decidieron tener su primer hijo. La noticia no tardó en llegar a oídos de todos, ya era hora de ser padres luego de dos años de matrimonio. Gabriel: No sabes lo feliz que estoy. Siempre soñé con ser padre.
Monique: Ahora tendrás gemelas, una se llamará Claudia y la otra
Cecilia. Gabriel: ¿Cecilia?
Monique: Si, como mi madre.
Gabriel: ¡Oh! Vaya... ¿Y tu padre?
Monique: Guillermo.
Gabriel sonreía, Monique sintió curiosidad y le preguntó cuál era el
motivo. Gabriel: Así se llamaba mi abuelo, el padre de mi padre.
Monique: Genial.
Gabriel y Monique pasaban juntos largas horas durante el día. Había veces que el ingeniero no asistía al instituto, sino que trabajaba desde casa. Monique seguía con sus diseños a pesar de su embarazo, estaba muy inspirada creando lo que oficialmente sería su primera colección de ropa masculina, la llamó "Guillermo" en honor a su padre y al abuelo de su esposo. Monique tuvo un embarazo en buenas condiciones. Cuando nacieron más niñas, Monique miró a Gabriel le dijo:
Monique: Hace unos años, yo limpiaba tu cuarto. Vi una nota y llena de curiosidad la leí, decía que, a pesar de la fama, el dinero y los viajes no era feliz. Deseabas tener esposa e hijos, pero aún eras un niño.
Gabriel: Recuerdo bien la nota. La escribí un 3 de septiembre, tenía tan solo 14 años. Monique: El mismo día de tu cumpleaños.
Gabriel: Así es.
A los pocos días del nacimiento de las niñas, la familia llegó para conocerlas. Lorenzo cargó a una y Claudia a la otra, Monique miraba con ternura a sus hijas en brazos de sus abuelos. Era toda una escena de amor.
Se sobreentiende que los Smith alegraron la vida de Monique, Gabriel lo hizo al doble, pero esas dos hermosas bebés lo hicieron al triple. Cuando las niñas cumplieron un año, Monique y Claudia viajaron a Europa una vez más para exhibir la primera colección de la nueva diseñadora "Guillermo". Dicha colección tuvo tanto éxito que se hizo tendencia en casi todo el continente.
Monique Rosenrot se hizo muy popular en el mundo de la moda. Luego de eso "Guillermo" no fue su único éxito, Monique comenzó a diseñar prendas femeninas, perfumes, zapatos, bolsos, carteras y joyería. Hasta una línea infantil inspirada en sus hijas.
La exitosa mujer fundó sus almacenes de cadena y usó los nombres de sus padres como marca de algunas de sus prendas. Gabriel por su parte fue ascendido como jefe en el instituto y era el que dirigía la construcción de un satélite. La vida de tuvo muchos cambios, los empleados de los Smith ahora trabajaban en los almacenes de Monique, Elena se comprometió con un famoso cantante y los señores Smith vendieron la enorme mansión para vivir en un pequeño pero lujoso apartamento en la ciudad en donde solo vivieran los dos, y lo más importante cerca de los estudios y canales de tv. ya que Lorenzo no solo era un famoso actor, se había convertido en productor y director de cine.
Grandes personajes del mundo de la farándula usaban las prendas de Monique, desde ropa interior hasta su última colección de moda incluyendo accesorios de toda clase. Con el correr de los años, la mujer que una vez perdió todo, llegó a tener una gran fortuna.
Jamás volvió a ver a sus padrastros, compró la propiedad en la que estaba la casa de sus padres para crear una sucursal de sus tiendas de cadena. Pero, no todo era color de rosa para ella y su familia.
Isabela, en muchas ocasiones intentaba arruinarle la vida. No se daba por vencida, no le importaba si Monique tenía hijos, jamás se conformó con tener éxito. A Isabela Martinelli le dolía que su "enemiga" también lo tuviera, y peor aún, por cada triunfo que tenía, Monique tenía el triple.
A los Smith ya les daba igual lo que Isabela hiciera, la señorita Martinelli con el tiempo se cansó y los dejó en paz. Por fin estarían del todo tranquilos, el matrimonio Smith-Rosenrot continuaba con entera armonía.
Por otra parte, Isabela no contó con la misma suerte. En su afán por tener esposo no le importó conocer a su pareja, a ella solo le interesaba el dinero.
Elena y su novio Adrián se casaron después de dos años y medio de relación. Tuvieron un hijo llamado Lorenzo y una niña llamada Marinette. Al igual que su hermano mayor, Elena contó con suerte de encontrar un buen hombre y tener un bello matrimonio.
Gabriel y Elena siempre se reunían con sus familias en casa de sus padres para pasar juntos la navidad, acción de gracias, año nuevo, pascuas u otra fecha especial. Olvidaron todo lo malo que alguna vez pasó y disfrutaban al máximo la compañía de sus seres queridos.
Lorenzo y Claudia veían a sus cuatro nietos crecer sanos y felices, aunque ya no serían cuatro pues Monique esperaba a su tercer hijo. Anhelaba desesperadamente tener un varón, tanto
así que su deseo se cumplió. Pronto, Guillermo llegaría a la familia Smith. Cuando el niño nació, Gabriel y Monique se sentían muy felices. La familia estaba
creciendo. Elena: Parece que repetir nombres se hizo costumbre.
Monique: Eso veo. Pero es algo hermoso, llamar a nuestros hijos como sus abuelos, salvo la pequeña Marinette.
Gabriel: Es la primera con ese nombre en la familia.
Adrián: En algunos años alguien llamará a su hija igual. Pero, ser la primera Marinette en la familia la hace muy especial.
Monique: totalmente de acuerdo contigo, Adrián.
Claudia: cinco nietos, apenas ayer eran unos jovencitos aventureros.