Alara había necesitado el mes que pasaron en el templo, había descansado apropiadamente y ahora podía decir que estaba tranquila. Estaba contenta con su rutina, que tenía más placer de lo que esperaba, y la salud de Shin estaba en perfectas condiciones. Visitaban seguido a los Karadin seguido y hoy era el turno de ellos para conocer el templo. Su parte favorita del día era esta, estar en las termas enjabonando a Shin, descasando después de tanto entrenar. Shin la tenía atrapada entre sus brazos y podía estar así toda la mañana.
“¿Ya estamos preparados para visitar el Imperio?” Preguntaba divertida mientras Shin la acariciaba.
“Sí, Vera ya tiene mi armadura lista y hablé con Hussan, todo está listo…” Respondió sin cuidado. “¿Quieres hacer algo más?”
“No sé, venían tus padres y tu tío, así que ya estamos ocupados…” Dijo divertida Alara. “Me encantan mis días a tu lado, Shin. Me gusta bañarme contigo, me gusta entrenar en la playa, me gusta estudiar en los archivos…”
“Yo estoy en un sueño, Alara…” Dijo sonriente Shin. “Tienes que decirme si no te gusta algo…”
“Tienes a tu novia contenta, Shin…” Dijo divertida Alara para luego besar su pecho. “No me esperaba estar encantada con todo esto.”
Mientras sentía la mano de su novio en su vientre, todas las mujeres del templo entraron a las termas. El vapor cubrió sus desnudos cuerpos mucho menos de lo que quería. Celosa, se sentó entre las piernas de Shin para ocultarlo de ellas.
“No sé porque las dejas entrar, Alara…” Dijo divertido Shin.
“Me molestan todo el día…” Dijo ofuscada la jedi mientras Vera se sentaba frente a ellos.
“Ya nos conocemos, Alara.” Dijo jocosa Shia mientras se sentaba a su lado. “La única sorpresa es Vera.”
“Me gusta este lugar y a ustedes no les molesta mi presencia.” Dijo con seriedad la artesana. “Es más divertido con compañía.”
Vitti se sentó del otro lado mientras Mirana dejaba un pilón de toallas sobre una roca.
“Yo sé que vienen a espiar a mi novio…” Dijo divertida Alara. “Prefiero que te espíen conmigo cerca.”
“Ya lo conocemos bastante bien, Alara.” Dijo divertida Vitti. “Además, hoy vienen los Karadin, tenemos que estar presentables.”
“Hasta la mandaloriana quiere estar limpia…” Agregó con malicia Mirana.
“Cierra la boca, chofer…” Dijo divertida Shia. “Ya estamos listas para visitar Dromund Kaas, Shin.”
“¿Podemos pasar por casa? Hussan me dijo que guardó nuestras cosas y quería recuperar algunas.” Dijo pensante Vitti.
“Por supuesto…” Dijo pensante Shin.
“Deberías estar incomodo, estúpido… Rodeado de mujeres desnudas que quieren usar tu cuerpo.” Dijo divertida Alara.
“Recuerda que no tengo pudor, preciosa.” Dijo Shin mientras apretaba a Alara.
Artrisa entró a las termas para sentarse frente a ellos haciéndose un rodete con mucho cuidado. Sus ojos rojos se clavaron en ellos.
“Alara, eres demasiado generosa.” Dijo con seriedad la tiradora.
“Creo que tus novias me están manipulando…” Dijo jocosa Alara. “Es todo lo que voy a ofrecerles, no me molesta que lo miren.”
“¿Por qué lo estás tapando entonces?” Preguntó con malicia Shia.
“Es mío…” Respondió celosa Alara. “Ayúdame…”
“Creo que voy a construir un sauna…” Dijo al aire Shin. “Tú eres la autoridad de las termas, Alara. Ellas solo están aquí porque lo permitiste.”
“La verdad es que queremos agarrarlos en el acto…” Dijo con malicia Mirana.
Alara se sonrojó al instante.
“Es lo más cerca que vamos a estar de él…” Dijo divertida Vitti. “¿Puedo darle un masaje?”
“No sé, el otro día parecía que estabas saboreándolo con tus manos…” Dijo divertida Alara.
“Puede ser que lo haya disfrutado un poco, pero soy bastante buena.” Dijo sonriente la twi’lek.
“Podrías aprender de ella, Alara…” Dijo divertido Shin.
“Es parte de mi entrenamiento en celos…” Dijo pensante Alara. “La dejo que te toque un rato, además… No sé, parece difícil.”
Shin la apretó con cariño.
“Recuerda que tú eres la que duerme en nuestra cama…” Dijo sonriente Shin para ponerse de pie. “Yo me encargo del desayuno, Vitti.”
Alara pudo ver como todas lo seguían con la mirada.
“Solo pueden mirar.” Dijo celosa la jedi.
Alara estaba viendo la nave de Cen aterrizar en la playa junto a su novio, que estaba encantador con su túnica negra. Sentía que estaba mucho mejor que antes y que sus sonrisas eran mayormente verdaderas. A veces pensaba que lo tocaba demasiado.
“¿Te molesta que siempre te esté tocando?” Preguntó de la nada.
“Para nada.” Respondió al instante Shin. “Puedes tocarme más si quieres…” Agregó mientras la miraba. “Yo no quiero… abrumarte, te tendría entre mis brazos todo el día… Soy bastante… no sé, cariñoso no es la palabra apropiada. Simplemente te necesito.”
“Quería saberlo…” Dijo pensante Alara. “Me gusta mucho tenerte cerca y no era algo que estaba planeando… Solo sucedió.”
Shin sonrió encantado.
“Así que voy a manosearte más seguido…” Dijo apenada.
“Mi culo es tuyo, Alara.” Dijo jocoso Shin. “Todavía no estás lista para ser manoseada en público…”
“Perdón…” Respondió divertida.
Cen bajó primero para guiar a Mara y Shintou hacia ellos. Mara, como siempre, se lanzó a los brazos de hijo mientras Shintou miraba una de las palmeras en la costa.
“Buenos días, madre.” Dijo sonriente Shin. “Bienvenidos.”
“Este lugar es fantástico, Shin…” Dijo contenta la mujer.
“Me encanta tu vestido, Mara… Es la primera vez que los veo así.” Dijo divertida Alara mientras Mara la abrazaba.
“Creo que es la única ropa de verano que tengo… En Bosan no puedes pasearte con tan poca ropa.” Dijo sonriente Mara. “Tu padre encontró una de sus viejas camisas…”
“Hijo, tu tío no me mintió cuando dijo que vivían en un paraíso.” Dijo pensante Shintou.
“Depende que te guste, padre. Si la arena y la playa es lo tuyo, estás en el lugar correcto.” Dijo sonriente Shin. “A mí me gusta más el frío, así puedo abrazar a Alara para que me de calor.” Agregó mientras empezaba a caminar.
“Pasen, ya conocen a todos…” Dijo contenta Alara. “Les tomó tiempo venir a visitarlos.”
“No queríamos molestarlos…” Dijo pensante Mara. “¿Ya estás mejor, mi amor?”
“Pregúntale a mi novia, madre.” Dijo jocoso Shin. “Es mi enfermera favorita.”
“Ya está bien, puede que me esté preocupando demasiado…” Dijo apenada Alara. “Es más difícil de lo que esperaba ser su novia…”
“Todavía puedes saltar del barco, maestra.” Dijo con malicia Cen.
“Me tiene atrapada con sus trucos del lado oscuro…” Dijo con malicia Alara. “Debe ser magia…”
Shin se aferró a ella para besarla.
“Ves…” Agregó divertida.
“No sabe qué hacer si mi cariño.” Dijo con malicia Shin.
Alara estaba feliz de tener visitas.