El ascensor subía a toda velocidad hacia el piso de sus padres mientras ella miraba con cuidado a Shin. Su novio estaba espléndido y parecía todo un imperial. Había estado molestándola con el muchacho del bar, pero ahora solo estaba acariciando su espalda.
“¿Estás nerviosa?” Preguntó divertido.
“Un poco… tal vez ya se olvidaron de mí.” Dijo pensante Alara. “O me culpen por sus problemas…”
“No lo sabremos hasta que te vean, preciosa.” Dijo sonriente Shin. “Sin importar lo que pase, tienes a tu esposo a tu lado.”
“Me gusta que seas mi esposo…” Dijo con malicia Alara mientras se apoyaba contra él. “Incluso si estamos jugando…”
“Eres un sith extraña, Alara.” Dijo jocoso Shin. “Espero que no quieras atarme a la cama…”
“¿Por qué haría eso?” Preguntó confundida Alara para recibir un amoroso beso de su novio. “¿Qué?”
“Nada… después puedes hablarlo con las chicas.” Dijo sonriente Shin.
El ascensor se detuvo en un vestíbulo. Todo era de piedra y estaban rodeados de ventanales. Shin apretó su mano y tocó el timbre. Nerviosa, Alara se apoyó contra él mientras alguien abría la puerta. Un hombre de traje con una postura perfecta abrió la puerta para revisarlos con la mirada.
“No queremos comprar nada.” Dijo para cerrar la puerta en su cara.
Alara no entendía lo que estaba pasando.
“¿Quién era?” Preguntó confundida. “¿Debería conocerlo?”
“No, es el mayordomo… Bastante maleducado.” Dijo divertido Shin. “Dame un segundo.”
Alara vio a Shin saltar por la ventana ella se asomó para notar que ya estaban muy alto, pero su novio era demasiado ágil como para lastimarse por algo como eso. Lo siguió con la mirada hasta perderlo en un callejón. Se apoyó contra la ventana a esperar por él pensando en como serían sus padres, sus memorias no estaban siendo útiles, ya que solo recordaba la sonrisa de su madre y los zapatos de su padre. No tuvo que esperar demasiado para que el ascensor se abriera a su lado. Su novio tenía su armadura y su máscara puerta.
“Veamos si nos atiende ahora.” Dijo divertido mientras caminaban hacia la puerta.
Alara tuvo que sonreír cuando el mayordomo saltó hacia atrás para recibirlos.
“Milord.” Dijo sorprendido mientras abría la puerta. “Es un placer recibirlo. Ya voy a buscar a mis…”
“Buenos días.” Dijo jocoso Shin. “Supongo que no tengo que presentarme.”
El hombre se paró derecho para recobrar por completo su postura y tocó una campana que tenía en su bolcillo. Una azulada twi’lek apareció para mirar a su novio con mucho respeto.
“Ve por los maestros.” Dijo con seriedad el estirado mayordomo.
“Enseguida…” Dijo apenada la twi’lek para detenerse frente a él. “Es un placer conocerlo, milord.”
“Encantado, señorita.” Dijo divertido Shin.
El mayordomo los llevó por el lugar hasta una hermosa sala, estaba repleta de libreros y había una mesa para té. Shin destruyó las cámaras del lugar sin recibir represalia alguna. Alara apretó su brazo cuando notó a la pareja venir hacia ellos. Su madre era rubia y tenía ojos claros, su vestido era dorado y se movía con mucha gracia. Su padre, en cambio, tenía canas en sus cabellos del mismo color que los suyos. El mayordomo ni se atrevió a presentarlos y se marchó en el momento que aparecieron sus empleadores.
“Milord.” Dijo con respeto su padre. “Es un placer recibirlos en nuestra casa de la ciudad.”
Shin acercó a Alara con cuidado para presentarla.
“Buenos días.” Dijo sonriente mientras se quitaba la máscara.
Alara notó la sorpresa en la cara de sus padres.
“Quiero presentarles a alguien.” Dijo mientras la ponía entre ellos. “Alara, estos son tus padres. Mikel y Karol Domo-Sareh.”
“Hola…” Dijo apenada Alara sin saber qué hacer con sus manos.
“Mikel, Karol esta es su hija, Alara. Supongo que la recordarán.” Dijo jocoso.
Karol tomó las manos de Alara para mirarla con detenimiento, seguido, terminó llorando mientras la abrazaba.
“Ali…” Dijo al aire la mujer. “Ni en mis sueños eras tan hermosa…”
“Madre…” Dijo entre lágrimas Alara. “Padre…”
“No lo puedo creer…” Dijo asombrado Mikel.
“No se preocupen por mí, después repongo sus cámaras. Prefiero que nadie conozca mi cara en este lado de la galaxia.” Dijo jocoso Shin mientras se sentaba en la mesa de té y los utensilios se acomodaban por su telequinesis.
“Ali…” Dijo contenta Karol. “No lo puedo creer… ¿Cómo estás? ¿Qué haces aquí?” Preguntó llena de entusiasmo.
“¿Cómo conoces a Darth Ihsahan?” Preguntó con curiosidad su padre.
Alara recibió un abrazo de su padre sin saber que decir.
“Es una larga historia.” Dijo apenada mientras miraba a su padre. “No sé por dónde empezar…” Agregó mirando a Shin que ya estaba sirviendo el té.
Alara se arrojó a los brazos de su novio.
“Ah, disculpen a su hija… Los jedis… destruyeron su salud emocional y a veces su corazón la… complica.” Dijo sonriente Shin mientras acariciaba su espalda. “Alara escapó gracias a ustedes y fue encontrada por un… jedi en la ciudad.” Agregó mientras los invitaba sentarse. “Años después ella me encontró a mí y me convertí en su padawan.”
Mikel no sabía a quién mirar y Karol tomó el té con mucho cuidado.
“Perdón…” Dijo apenada Alara mientras Shin la sentaba a su lado. “Este es mi… novio. Su nombre es Shin.”
“Mucho gusto.” Agregó sonriente.
“Como dijo, solía ser mi padawan.” Dijo apenada mientras acariciaba la mano de su madre. “Ahora es mi pareja y vivimos juntos. Estoy encantada de saber que están bien…”
“Ha sido un camino extraño, Alara.” Dijo pensante Mikel sin poder quitar los ojos de Shin.
“Ya no es un sith, padre.” Dijo apenada Alara. “Es mi… novio. Él fue quien los encontró.”
“Gracias por traernos a nuestra hija… Shin.” Dijo con cuidado Mikel. “Tu hermano siempre ha sido un… monstruo, Alara. Cuando decidió que quería ser un sith de pequeño... Todo se fue al demonio, cuando volvió simplemente nos encerró por haberte ayudado.”
“Por alguna razón nos quería vivos y terminamos siendo dueños de una empresa…” Dijo pensante Karol. “No sé cómo…”
“¿Dónde está Daneil?” Preguntó de la nada el padre para ponerse de pie y salir en busca de alguien.
“Ali… eres hermosa.” Dijo contenta Karol. “¿Cómo…? Tú sabes…” Terminó mirando a Shin.
“Se enamoró de mí cuando nos conocimos.” Dijo con malicia Shin. “Pero como éramos jedis simplemente…”
“Cierra la boca.” Dijo divertida Alara. “Lo que dice es cierto, pero hace poco que estamos juntos. Es una larga historia…”
“Ya veo, espero que esté cuidando a mi hija... Shin.” Dijo con cuidado Karol. “No sé si tengo la posición para decirlo, pero…”
“Es un placer cuidar a su hija, Karol.” Dijo sonriente Shin. “Tenerla a mi lado es lo único que…”
Alara lo interrumpió con un codazo que dio en su armadura.
“Es un poco violenta, pero ya aprendí a calmarla.” Agregó con malicia.
Karol sonrió divertida.
“Madre… No sé que decir, estoy encantada de verte y saber que están bien…” Dijo sonriente Alara mientras apretaba el guantelete de su novio. “¿Están bien en el Imperio?”
“Son épocas tumultuosas, pero… tu hermano nos dejó bien posicionados…” Respondió mientras su esposo entraba con un joven por la puerta. “Tienes que conocer a alguien.”
El joven era el mismo del bar.
“Milady…” Dijo mientras hacia una reverencia. “Milord.”
“Alara quiero presentarte a Daneil, es tu hermano menor.” Dijo sonriente Mikel.
Alara se acercó a apretar sus manos.
“Mucho gusto, Daneil.” Dijo sonriente para luego mirar a Shin.
Shin la apretó con fuerza, ya que no sabía que hacer con lo que sentía.
“Eh, querías seducir a tu hermana, Daneil… Todo un donjuán.” Dijo con malicia Shin. “Mucho gusto.”
“Este es Shin, es la pareja de tu hermana.” Dijo pensante Karol. “¿Ya se conocen?”
“Los encontré en el bar de enfrente…” Dijo divertido Shin.
“¿Esta es mi hermana perdida?” Dijo sorprendido el joven.
Alara estaba mirándolo con curiosidad.
“Por suerte no se parece a mi maestro…” Dijo con malicia Shin. “Voy a cambiarme, gente. Cuiden a mi Alara.” Agregó para abrir una ventana. “Espero que su mayordomo quiera atenderme esta vez.”
Alara estaba distraída con su hermano y se sintió un poco desprotegida cuando se fue su novio, pero estaba en familia.
“Me disculpo por lo de más temprano, Alara.” Dijo apenado Daneil.
“Sentémonos un rato.” Dijo con cuidado Mikel.
Alara apretó su taza y resumió un poco de su vida mientras esperaba por su novio, su familia la estaba escuchando con atención.