Capítulo 2

La luz se colaba por entre las cortinas amarillas que cubrían la ventana llegando hasta mis ojos provocándome un dolor en estos, por un segundo los presione con más fuerza tratando de que los rayos dejaran de traspasar mis parpados, no funciono del todo, resignado a tener que despertar termine por abrirlos lentamente mientras trataban de acostumbrarse a la luz sin poder controlar mi gesto de desagrado, me sentía enceguecido y aturdido, todo me daba vueltas, no podía enfocar nada con total claridad, mi cerebro estaba apagado probablemente, porque ningún pensamiento rondaba mi cabeza hasta de repente la realidad me llego de golpe al sentir la manta que me cubría, la aparte en un movimiento brusco ni siquiera me di cuenta de a dónde había ido a dar, mi corazón estaba acelerado y mi respiración era profunda, comencé a sentir una ola de calor enorme invadirme hasta el punto en que el aire comenzó a escasear aun sin el cobertor encima , tenía la piel de gallina y sudaba frío era algo parecido a cuando despiertas de una pesadilla. Desconcierto, ninguna palabra describía mejor mi estado, me trate de tranquilizar o comenzaría a hiperventilar.

Mire a mi alrededor aun con un zumbido intenso amenazando mis oídos y presionando mis sentidos, entorne los ojos analizando cada centímetro de un lado a otro, las paredes eran blancas, había una televisión antigua sobre un pequeño mueble de madera al otro lado de la habitación, me percate de que tenia una intravenosa conectada a la vena de mi muñeca, seguí la pequeña manguera transparente hasta toparme con una bolsa llena de suero, mire mi cuerpo, tenia puesta una bata en color azul... estaba en el hospital, era mas que obvio, me tomo por sorpresa quizás solo un poco, no es que lo deseara pero me imaginaba estando muerto.

Me trate de sentar en la camilla, una pequeña punzada se situó en mi bajo vientre complicándome la misión así que me apoye en los codos y me moví lentamente como un gusano hasta lograrlo, una vez sentado con la espalda recargada en la pared pase los dedos por la herida aun encima de la ropa, apenas y sentía el pequeño dolor, pero allí estaba.

La puerta se abrió de repente haciendo que mi atención se desviará en dirección a la entrada, una enfermera de cabello pelirrojo de no más de 30 años entro, ni siquiera me dijo palabra, se me quedo viendo unos segundos y luego saco una libretita apunto unas cosas y posteriormente se dirigió hacia la bolsa colgada de suero, verifico unas cosas, reviso el informe a los pies de la camilla, yo solo la miraba con atención, expectante ,hizo todo tan rápido que apenas lo note ya iba de vuelta a la salida de la habitación. Cuando creí que saldría sin mas giro y se mantuvo viéndome de nuevo, como si me analizara, detenidamente su vista viajo desde mis pies hasta la punta de mi cabeza con la vista entornada y una notable molestia, luego de escrutarme por completo y hacerme sentir incomodo empezó a hablar.

-Avisare a sus padres que ha despertado- dijo antes de salir con un tono frio, distante como si odiara estar allí.

Apenas volví a quedar solo un millón de preguntas me atropellaron mentalmente ¿Qué día era? ¿Cuánto tiempo llevaba allí? ¿Cómo me encontraron? ¿Cuál habría sido la reacción de mis padres? Me quede pensando un poco de más en la última duda que había surgido...

Me comencé a sentir culpable, la imagen de mi madre al enterarse del suceso llego a mi como una ráfaga de imágenes, probablemente se habría negado a la idea, su mente habría vuelto a la muerte de Tommy, seguramente estaría devastada, me la plantee llorando de rodillas frente alguna cruz, rezando hasta no poder más, con dolor no uno de los que puedes quitar con medicamentos, ni antidepresivos ni siquiera, no quería que se sintiera así, no me la quería imaginar así.

Mi padre por el contrario seguro actúo de una forma impulsiva, de seguro tomo el auto y manejo a toda velocidad aún bajo la lluvia, sin importarle nada más que llegar a este lugar y al hacerlo comenzaría a gritarle al mundo entero... si seguro eso hizo.

Pasaron unos 20 minutos, y me comenzaba a dar ansiedad por no poder pararme de allí ni hablar con nadie, así que solo me dedique a ver por la ventana que la enfermera dejo abierta, desde mi cama, hasta que de un segundo a otro mis padres entraron a la habitación siendo escoltados por la misma chica pelirroja que había estado aquí momentos atrás, me reacomode lentamente en su dirección, me provocaron una sonrisa apenas divisarlos, ellos se dirigieron rápidamente a mis lados, ella por otro lado se quedó como autómata de pie junto al televisor frotando sus manos sobre el uniforme blanco con nerviosismo y mirándome con una mueca que me daba mala espina pero no le tome demasiada atención, pensé que solo podía estar cansada, los turnos en los hospitales son bastante largos así que trate de ignorar el hecho de su extraña actitud y concentrarme en la dicha que me daban mis padres, volví la vista a ellos el verlos pasar por esa puerta fue de lo mas especial, un sentimiento parecido a la melancolía me invadió y aun prevalecía.

El rostro de mi madre se veía rojo, sus ojos color miel estaban llenos de lágrimas, una sonrisa se dibujaba en su boca y sus manos temblaban mientras sostenía cientos de papeles usados en las manos, una punzada me ataco justo en el estómago, pensar que estaba de tal forma por mi me estaba matando, no quería volver a ver esa expresión en su rostro al menos de que fuera por una película ya que es tan sentimental que llora casi en todas, apenas logro llegar conmigo se abalanzó sobre mi abrazándome con fuerza mis brazos quedaron pegados a mí pecho, ni siquiera tuve oportunidad de responderle el abrazo, solo podía sentir el cuello húmedo por sus lágrimas y escuchar su voz repitiendo una y otra vez entre sollozos Gracias a Dios estas vivo.