Alice

Capítulo 9

El sol rebosaba en el cielo en su punto más alto, las ventanas del auto se encontraban bajas, mi brazo salía por el espacio abierto, trataba de mantenerme lo más concentrado posible mirando a la carretera que se extendía por kilómetros detrás y frente al vehículo en movimiento, pensaba en la teoría de la relatividad del tiempo espacio impuesta sobre mí en ese preciso momento, como el tiempo me afectaba de manera diferente a los individuos bajo el auto, un pensamiento extraño, un poco fuera de contexto pero mi cerebro buscaba cualquier subterfugio de la gran incomodidad que acompañaba el ambiente tenso dentro del coche y aquello era lo único que encontré.

Nos encontrábamos a 15 minutos para lograr entrar al limité de Memthsy, durante todo el largo trayecto lo único que nos acompaño fue curiosamente el sonido de un grillo que hacia eco de vez en cuando, nuestras respiraciones y el sonido de las llantas sobre el asfalto, en mi cabeza el nombre tallado sobre la banca entraba derrumbando cualquier otro pensar Alice Oswald daba vueltas, brincos, se paseaba por cada pensamiento y los invadía.

Todo el trayecto estuvimos callados, no hable por falta de valor, no podía decir cualquier cosa, no podía hablar como si nada, comenzar a bromear o intentar tener una conversación profunda ya que de decir alguna mala palabra, algo puesto en el punto equivocado terminaría como consecuencia que mi compañero de viaje decidiera arrojarme por la ventana, Taylor era extraño al enojarse, su temperamento era fuerte, sus reacciones tardaban en disiparse, el enojo particularmente, por ello es cuando comenzó a hablar justo en el instante en el que el gran letrero de "Bienvenido a Memthsy" se dibujó en el gran cartel sobre nosotros mi reacción simplemente fue de verlo boquiabierto, escuchar cada cosa como si de un profeta se tratará hasta que su primer comentario me golpeo.

-Eres un idiota- fue con lo que comenzó.

-¿Un idiota?- repetí, estaba enojado y por ello decía aquello, probablemente iba a algún lado, pero es que siempre carecía de delicadeza para cualquier cosa.

-Cállate y escucha- suspiro, exasperado y con pesadez, no me miro debido a que manejaba, pero de haberlo hecho probablemente el disgusto saldría por cada poro de su piel. Yo no volví a decir nada, recargue la cabeza en el respaldo y cerré los ojos, aquí venia uno de sus regaños épicos y lo peor es que no podía contradecirle, sabía que la palabra me sentaba como anillo al dedo muchas veces y ni siquiera había escuchado el porque me decía de tal forma– Eres un idiota por muchos motivos, porque tus emociones dominan tus acciones en primer lugar, siempre haces locuras por todo, el enojo te impulsa y saca lo peor de ti en ocasiones en otras lo mejor, la tristeza te destruye y aunque te reconstruyes quedas echo trizas, la culpa te manipula haces todo para quitártela y darle redención a tu mente caótica, la alegría te enloquece pareces un infante lleno de azúcar, el amor, maldita sea cuando te enamoras es lo peor, sacas todo en uno, y no se diga de la curiosidad.

-¿Tan insoportable soy?- metí el brazo que hace segundos tocaba el aire frío y lo pose sobre mi frente tapando parte de mis ojos, todo lo que dijo era cierto y se quedó corto.

-Déjame terminar maldita sea- gruño un poco, o maldijo quien sabe, apenas le escuché, como fuera no seguí hablando.- Eres un impulsivo, Cameron, lo eres y no te controlas, eso te hace un idiota pero no puedo estar molesto contigo, no me disculparé por hacerte sentir que me decepcionaste porque la noticia me dio una bofetada pero tampoco continuaré con tal actitud.- abrí nuevamente los ojos y lo miré, su mandíbula estaba un poco tensa, seguía conduciendo con los ojos fijos en la calle, negó un segundo la cabeza y suspiro de nuevo, esta vez relajado, como si se quitará un peso de encima.

-Creí que me odiabas ¿Por qué no lo haces?

-Porqué eres mi amigo, porque sé que no eres el tipo de chico que va a esos sitios por que le apeteció, ni por curiosidad, no sé porque fuiste, también fuiste estúpido al quedarte dormido allí, al ir solo, al no contarme, al hacer tantas cosas, pero es parte de tú encanto.

-¿Actuar sin pensar?

-Actuar como tu corazón te dicta. Yo soy muy lógico, todo lo planeo, nunca actuaría sin meditar las cosas un millón de veces, tú no, y eso te trae muchos problemas, pero a la vez siempre terminas por solucionarlos, por tener apoyo y demás, no sé porque fuiste, pero cuando te sientas listo para decirme te escucharé y te daré un zape a ver si tu cerebro por fin sirve para algo ¿Entendido?

-Entendido- repetí afirmando.

-Bien ahora quita esa cara de muerto viviente, me deprimes. - solté una pequeña risa de labios cerrados. - En serio a veces me pregunto como es que sigues entero.

-Es otro de mis encantos.

-Tus encantos son muy inútiles- dijo, me volteo a ver y una sonrisa se dibujo en su rostro, esa sonrisa sarcástica que siempre tenía en la boca.

-Mínimo yo tengo encantos. - le conteste un poco más relajado, había pensado que llegaría el día de mañana y las clases serian de lo más incomodas.

-Louis no creo que piense lo mismo.



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En el texto hay: asesinatos, misterio, romance

Editado: 18.03.2019

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