El día estaba estupendo, preferiría estar afuera, que aquí adentro hablando de estas boberías. Me encontraba en este mismo momento en casa de Darling, hija del duque y duquesa de Freilen, en una especie de fiesta de té. Digamos que no estaba aquí por que quisiera, sino que mi tía me obligaba a "sociabilizar" con estas niñas.
—Claro, ¿No has visto a Stuart? Es el más guapo de todos—comentaba Jaqueline, hija del conde de Logan.
—Tonterías Jaqueline, Simón es más tentador— opino Isabela, ella era hija de Lord Pascual.
Estaban hablando de los hijos del duque de Winston. Estaba Stuart, quien era el mayor y por tanto heredero del ducado. Simón, el segundo y James, pero él solo tiene seis años, así que no lo mencionaban.
—Esta vez estoy de acuerdo contigo Isabela— agrego la anfitriona, Darling— Stuart puede ser el próximo duque, pero Simón, él es más guapo— Todas rieron, yo solo escuchaba atenta, con los brazos cruzados y en una mala postura. Ellas en cambio, estaban sentadas muy, muy derechas.
— ¿Y tú Alice? Dinos, ¿Quién te parece atractivo? —pregunto Jaqueline, levante una ceja y me senté mejor para responder.
—Nadie— dije serenamente— la verdad, no me atrae ni me parece atractivo ningún duque, lord ni nada de eso— ellas me miraron y rieron.
—Ay querida, algún día deberás casarte— aseguro Isabela y casi al mismo instante respondí:
—No está en mis planes casarme Isabela— ellas abrieron los ojos como platos y se miraron.
— ¿Disculpa? ¿Eh oído bien? — dudo Darling sorprendida— ¿No planeas casarte?
—Has oído bien, no planeo casarme— me encogí de hombros y mire hacia la ventana, ganas de salir de aquí no me faltaban.
—Por dios— rio Darling— Y... ¿Qué planeas hacer entonces? ¿Cómo te mantendrás sin un esposo?
—Viajare— ellas se quedaron viéndome— seré como mi padre, hare su trabajo.
— ¡Vaya! Qué locura—los ojos de Jaqueline se abrieron aún más.
Mi padre trabajo transportando productos y mercaderías a todas las regiones del mundo, siempre amo su trabajo, hasta el día en que se fue.
—Ya verás Ali, pronto conocerás un chico y olvidaras esa idea— aseguro Isabela. Estaba equivocada., yo jamás me enamorare.
—Supongo— agregue. Luego de una pausa, empezaron hablar de los vestidos que usarían para la gran fiesta que daría la reina, con quienes bailarían y como actuarían, incluso, pensaron que tal vez le propondrían matrimonio y todas se rieron y emocionaron. Con tan solo dieciséis años ya pensaban en casarse, algo muy común en toda la sociedad. Ellas se morían por contraer matrimonio y tener hijos, en mi caso, ni siquiera se me cruzaba por la cabeza esa idea.
—Han oído que descubrieron a Lady Gruell, besándose con Lord Frinton en la fiesta del duque de Hamilton— chismeo Jaqueline con asombro.
— ¿¡De veras!?— dijeron las demás. Jaqueline asintió y mostro grandeza por poseer tan grande información, o mejor dicho chisme.
—También dicen, que el Conde de Hasoller, no planea casarse con ella después de esto— agrego en voz baja—incluso dicen, que ya anulo el compromiso.
—No puedo creerlo— canturreo Darling— ¿Cómo sabes tú esto?— dudo y se acomodó el cabello.
—Las paredes tienen oídos, Darling— rio y las demás igual.
—Además es...— tocaron la puerta dos veces y entro el señor Darius, mayordomo de Darling.
—Discúlpenme que las interrumpa señoritas, pero Lady Hansen, me ha enviado por usted señorita Alice—. Por fin, me iría de este lugar. Me levante e hice una reverencia.
—Gracias por haberme invitado Darling, la pase muy bien— lo cual no era cierto.
—Espero verte de nuevo querida— ella se levantó e hizo una reverencia— estate atenta, que pronto te invitare a una nueva fiesta— sonrió.
—Oh, estupendo. Me muero por venir— mentí. Me despedí de las demás y me dirigí hacia la puerta.
Cuando ya estaba afuera de la mansión, vi a mi tía Dorothy en el carruaje. Camine hasta ella y subí.
—Oh, por fin—me deje caer sobre el asiento.
— ¿Qué tal tu fiesta? —pregunto ella.
—Oh, estuvo estupenda tía— sonreí y ella se rio.
—La primera que te gusta, que maravilla.
—Olvídalo, realmente no sé por qué debo hacer esto— resople.
—Vamos Alice, de seguro te agradan las chicas— propuso ella.
—Lo dudo tía, solo hablan sobre vestidos, joyas y enserio, no paran de hablar sobre el matrimonio— regañe.
—Recuérdalo Alice, ellas han sido criadas bajo el estima de sus madres y sin libertades, se las educa para ser esposas y madres— me recordó— No tienen la misma libertad que tú tuviste, a ti te crio tu padre.
—Lo sé, lo sé— me apoye en la ventanilla y cerré los ojos.
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Editado: 20.11.2021