Alice y el Collar de Suller (saga #1)

Capítulo XIV: Sorin

  — ¡Alice!— se apresuró a decir Jimmy, quien se quedaba atrás— ¡Espérame!

— ¡Rápido, Jimmy!— me detuve y él me alcanzó. Jack y los demás habían logrado inmovilizar al Wolffen. Al llegar a la escena, la criatura estaba cansada y unos lazos brillantes los sujetaban pero aun así, forcejeaba. Podría quedarse libre en cualquier momento.

—Jimmy...— me posicione a su altura— Escóndete en el bosque, ahora— él asintió con rapidez, asustado. La bestia aulló y produjo un viento— ¡Ahora Jimmy!— le ordene y él se echó a correr.

Yo desenvaine mi espada, corrí hacia donde estaba Jack.

— ¡Jack!— le grite con mi espada en manos. Él se volteó, tenía un líquido negro en todo el rostro, a duras penas tenía sus manos elevadas, como si fuera él quien produjera los lazos. Su mirada me expresó todo, mire a la criatura y corrí hacia ella. Cuando iba atravesarle el pecho, este se inmovilizo y se dejó caer, dejando un humo negro que nos produjo una tos. Busque a Jack con la mirada, estaba de rodillas tosiendo. Me aventure hacia él. Me agache y le tome de los hombros.

— ¿Estás bien?— le musite, él asintió, respirando con dificultad.

— ¡Otra vez!— estallo una voz gruesa, yo me voltee— ¡Otra vez!— se lamentaba. Buscaba al acompañante de esa voz, desde un espeso humo oscuro, la figura de un joven alto de tez pálida y ropas negras, venia caminando. Jack se puso una mano en el abdomen, estaba lastimado. Se levantó a cuestas con el ceño fruncido. Yo me puse de apoyo junto a él.

— ¡En el nombre de la Corte Luz, yo te ordeno que te retires!— le vocifero Jack y este se dio vuelta y sonrío. Me miro directo a los ojos.

— ¡¿Retirarme?!— Se estremeció— ¿Cuándo apenas acabo de llegar?— pregunto en general.

—Esto es considerada una proclamación de guerra contra la Corte Oscuridad, los suyos tienen prohibido pisar estas tierras— le aclaró.

— ¡Ah sí!— se sobresaltó— Pero vine por algo...— esbozo una sonrisa oscura.

— ¡Llévate al Wolffen y vete!— le bramo con fuerza.

— ¡Sí!— sonrío— El Wolffen... disculpas mis amigos, deje su jaula abierta...— hizo un gesto con las manos— Ya saben ustedes como son los perros...— me miro. Paseo su mirada en todos y volvió a mí, un punto fijo. Mi collar. Sonrió levantando su mirada. Yo lo desafié con la mirada— La portadora...— pronunció casi tan bajo que, me costó entender. Jack me miro.

— ¡Vete Sorin!— le ordeno acercándose, pero se tambaleo y yo lo socorrí. Este ladeo la cabeza con un gesto de aburrimiento, observo de nuevo a los presentes.

—Me iré...— aclaró con un tono triste— Pero ella viene conmigo— me señalo y yo fruncí el ceño.

—Me vas a tener que matar... porque ni en tus más profundos sueños, me voy contigo— le brame y él río.

—Entonces si eres fastidiosa como dicen...— se acercó y yo apreté mi espada.

—Vete...— le recordé. Él jugo con mi mirada, sus ojos eran azules como el mar. Sus expresiones eran tétricas.

—Me estoy aburriendo...— hizo una mueca, paseo nuevamente su mirada y se detuvo en punto fijo, sonrío— Bueno, ya que no quieres ir conmigo, me deberé ir. Eres cruel, sabes...— se volteó— Mi reina me castigara si no te llevo, pero...— se encogió de hombros— No iré con las manos vacías, eso no— en un parpadeo se tele—transporto al otro lado y tomo el brazo de un niño... El brazo de Jimmy. Él forcejeaba con lágrimas. Yo me adelante, dejando a Jack en el suelo, quien jadeaba.

— ¡Suéltalo!— le mostré mi espada— ¡Suéltalo, yo iré contigo!— lágrimas bailaron en mi rostro.

—Ah no, no me parece...— hizo un gesto— Te ofrecí el paseo pero me rechazaste— apretó el brazo de Jimmy— ahora él vendrá en tu lugar...— Jack trato de levantarse y gritaba.

— ¡Jack! ¡Jack ayúdame!— lloraba Jimmy, yo apreté una vez más la espada y empecé a correr hacia Sorin. Cerré los ojos en llanto, pero él había aparecido frente al Wolffen, del otro lado. Yo respiraba por la boca, aceleradamente.

—Déjalo... por favor...— le suplique con la mirada. Él sonrió con esmero.

—Ya sabes...— aparto mi vista hacia la de Jack, quien se arrastraba adolorido— Donde estará...— y el humo apareció, haciéndolos desaparecer con el Wolffen.

—¡No!— corrí hacia allí— ¡No! ¡No!— gritaba en llanto. Mire los alrededores con suplica— Jimmy... no...— musite. Jack se había desmayado.

Sentí que me hundía en un aguacero, me sumergía en el. Los pies me temblaron, haciéndome perder el equilibrio. Mi vista se ponía nublosa y la cabeza me palpitaba con fuerza. Sentí calor y un dolor me recorrió el cuerpo. Caí de rodillas, mi espada se me resbalo de las manos. Mi vista se apagaba, no quería. Tenía que buscar a Jimmy... pero sin vacilar mis ojos hallaron la oscuridad que tanto temía.




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