Alissa

Capitulo VIII

         

 

 

         Ambas se encontraban teniendo una pequeña conversación a mitad del receso, o así quería llamarlo la maestra, aunque Alissa sabía perfectamente que se trataba de un regaño. Avery se acercó y se agachó a la altura de ella, que la miraba definitivamente despreocupada y sin remordimientos, cosa que realmente le preocupaba.

         Por lo general, los niños se mostraban arrepentidos o al menos enojados por esas situaciones, pero para Alissa no parecía más que algo sin importancia, lo que a los ojos de Avery y sin olvidar el hecho de lo que Alissa había causado, estaba rotundamente mal.

         ―No lo he matado ―aclaró Alissa con los ojos en blanco.

        Avery clavó sus ojos café sobre ella, mientras se acariciaba su frente morena y buscaba dentro suyo la mejor forma para hacerla hablar―¿Y cómo llamas a lo que le has hecho corazón? ―inquirió con pesadumbre.

         Alissa resopló fastidiada, tenía una seria manía con hacer eso―Le he dado la oportunidad de partir de este mundo, para que pudiese vivir en el siguiente― contestó tranquila, como si lo mas normal del mundo fuera que algo así saliera de una boca tan pequeña. Avery le miró pensativa, más confusa que cualquier otra cosa y abrió la boca un momento en el intento de refutar, pero en realidad no encontró del todo que decir.

Flashback

          El receso implicaba que todos los chicos fuesen a carreras al comedor y luego salieran al patio, para divertirse en lo posible bajo los rayos del sol de la mañana, lo que realmente era cómodo. Habían pasado varios días desde lo que sucedió con Alissa y Tommas, así que las cosas se habían normalizado en su mayoría, si era que eso podía ser realmente posible.

          Hablaban sin problema alguno, un poco alejados de los demás, como era su costumbre. Aunque en realidad no charlaban demasiado, cuál de los dos era menos platicador para con el otro, pero la compañía era algo bueno.

             ―¿Qué pasará allá? ―Tom levantó la mano y con el dedo índice señaló a un grupito de niños a la distancia. Alissa apenas subió el rostro y se encogió de hombros. Admitía que en realidad era muy desinteresada con respecto a todo el mundo, así que pasara lo que pasara a ella no le iba a importar, tal vez no lo suficiente.

            Aunque ella sólo desvió la mirada, Tommas siguió con la vista hacia la distancia, a su vez se mordía ligeramente el labio, como si realmente su corazón palpitara solo para saber. Alissa lo miró una vez más y luego al tumulto.

          ―Vamos a ver ―sugirió ella. Lo cogió de la muñeca y velozmente le llevó a rastras hacia allí.

        Tommas se detuvo tímido mientras Alissa se metió entre las masas. Los demás le dieron paso ella, que con interés buscaba visibilidad. Casi se le salió un suspiro de decepción, lo que provocaba el tumulto era simplemente un pajarito herido a causa de los juegos tontos de dos niños.

          ―Déjenla pasar, igual y se lo come ―entre todos, encabezando a la mayoría, se encontraba Lina Greaves, y como todos ya lo esperaban no desaprovechó la oportunidad para atacar a Alissa, que se tomó la molestia de girarse para verle y dar un paso hacia ella.

         Lina era engreída, no solo eso, sino eso y todo lo que seguía. Se escondió tras uno de los chicos del círculo mientras chillaba como cachorro al ver a Alissa. Las demás que la acompañaban comenzaron a reír mientras dejaban la escena de lado para ir tras ella, era una líder nata, o más bien una emperatriz tirana con muchos pequeños esclavos.

          Alissa resopló y volvió la vista al animalito que se retorcía como podía sobre el pasto del patio, cosa que era en su mayoría deprimente.

          ―Pobrecito ―agregó Tom acercándose a su lado, después que ya todos habían desaparecido.

         ―Sí ―contestó Alissa con pocos ánimos. Se agachó y lo cogió en sus manos, aun cuando tenía sangre sobre él y sus movimientos causaban repelús a cualquiera.

          Ella y Tom caminaron de regreso a su lugar. Se sentaron y Alissa analizaba detenidamente al pajarito, con los labios torcidos.

          ―Agoniza ―soltó en un susurro, Tommas asintió apretando un poco la boca. Alissa le acariciaba la cabecita y miraba con los ojos entornados su herida, no era como que fuese médico ni mucho menos, pero no era un secreto para nadie que simplemente ya no había remedio, eso era más que fácil de notar.

            ―¡Oye Miss Monster, ¿Está rico tu almuerzo? ―gritó Lina desde lejos, acompañada de algunos otros, entre ellos Christopher Clayton, que tuvo el descaro de guiñar un ojo a Alissa, teniendo aún incluso una venda cubriendo la mordida de la última vez.

             El pajarito se retorcía de dolor entre sus manos, a lo que ella se puso de pie, ignorando lo demás.

           Tommas siguió sus movimientos con la mirada―¿Qué vas a hacer? ―Alissa se mantuvo en silencio apreciando al pájaro, sin decir nada, así varios segundos. Le acercó a su rostro, estampándole un pequeño beso a un costado, le cogió la cabecita y de un repentino jalón se la separó del cuerpo, cosa que hizo a más de una parte de Tommas estremecerse.

           El grupito que los observaba se mantuvo sorprendido mientras que Lina Greaves dio una media sonrisa y eufórica corrió a la oficina de la dirección, con mucho veneno para esparcir, su especialidad.

...

          Las manos de Tommas temblaban y eso le causaba la mala maña que tenía de morderse las uñas hasta el tronco―¿Por qué hiciste eso?¿Por qué delante de ellos? ―reclamaba Tommas. Alissa llenaba una mini fosa que había creado tras el almacén del gimnasio, para dar una sepultura digna al pajarito que había liberado de sus penas o que al menos ella lo entedía de esa forma.



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En el texto hay: detective, secretos, paranormal

Editado: 19.05.2020

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