XXIV
—Vamos, déjala ya Ric—insistía burlona la peliblanco, haciendo unas cuantas burbujas de humo en el aire, el ojigris volvió a su posición anterior y Alissa aun seguía consternada por el extraño suceso de antes. —, pero ven, no seas tímida, no pasa nada —Raven se acercó y cogió a Alissa del brazo, haciéndola volver en su realidad.
—¿Segura que no quieres uno? —preguntó el chico aun con los ojos cerrados mientras al mismo tiempo balanceaba una bombita de nicotina entre sus dedos.
—Ya he dicho que no, es un habito muy poco higiénico —recalcó Alissa frunciendo el entrecejo.
El chico rió entre dientes—Como quieras—culminó—, ¿Y de verdad te llamas Alis? —inquirió él
—¿Tratas de decir que soy una mentirosa? —preguntó Raven fingiendo unos cuantos pucheros infantiles.
—No he dicho eso monstruito, pero tienes la manía de cambiar los nombres de la gente a tu antojo, yo me llamo Eric, pero desde que le dije mi nombre la primera vez se le llenaron los ojos y no lo pensó demasiado para bautizarme como "Ric" —narraba él sonriendo para sí mismo.
Alisa no había prestado atención desde que el castaño había llamado a la niña monstruito, agitó la cabeza y trató de enfocarse nuevamente en la plática.
—Y no sabes cuánto me costó sacarle el nombré a este, me ignoraba, pasaba de mi por completo, cuando me lo dijo dudé tanto de que fuera real que fui a los archivos y lo busqué en el expediente —la niña se sentó en el suelo con las piernas en mariposa mientras contaba
—Como la bicha intrusa que eres —murmuró él
—Gracias cariño, yo también te guardo algo de aprecio, por no decir que te quiero —bufó graciosa, a Alissa se le soltó una risotada al fin, al ver la relación que llevaban ambos, el chico la miró de reojo y sonrió.
—Entonces eres ¿Alisia? ¿Alisson?
—Alissa —nombró ella en voz baja
—Alis —corrigió la peliblanca.
La ojiazul resopló—Alis entonces —se resignó y Raven alzó la barbilla en señal de victoria y orgullo de la misma.
...
—La mayor parte del tiempo nos reunimos aquí en las noches, luego de que todos se van a la cama —musitó Raven, ambas niñas se habían sentado al borde de la azotea y balanceaban los pies mientras que el sereno nocturno jugueteaba con sus cabellos.
—¿Por qué exactamente? —cuestionó Alissa mirando hacia el cielo, que estaba algo nublado esa noche, pero eso no eliminaba su belleza. Muchas veces se había comparado a sí misma como un cielo nocturno nublado, que podía parecer gris y triste o hasta un poco tenebroso pero que sabía que el fondo estaba lleno de estrellas.
—Creo que no hay que tener una explicación para todo —comentó mirando al cielo por igual
—¿No?
—No. Apréndetelo, no a todo hay que buscarle explicación, hay respuestas que simplemente no existen y algunas que incluso es mejor no conocerlas —la chica ladeó la cabeza y la volvió hacia Alissa que reflexionó por unos segundos sus palabras y mentalmente le dio la razón.
—Ya veo —sonrió solo con los labios; sintió aquella sensación de una mirada sobre ella y poco a poco se giró para toparse con los ojos grises de Eric que la observaba de reojo, el chicho volvió a apagar su cigarro estampándolo en su muñeca y metiendo las manos en sus bolsillos se fue del lugar.
—Le has caído bien —disparó Raven
—¿Eh? —la pálida volvió a su acompañante
—Digo que le has caído bien a Ric —repitió componiendo una sonrisa deslumbrante. —, es muy raro que él se interese por los nuevos, la primera vez a mí me evitó completamente, a los demás solo les obsequió un "hola" o una simple mirada, pero creo que contigo ha sido más especial—puso una expresión picara y comenzó a darle golpecitos con el codo a la pelirroja
—Lo dices por eso que...—no cabía mas sonrojo en su rostro, pero para su suerte el exterior estaba oscuro casi en su totalidad y su expresión a penas se apreciaba.
—No solo por eso, él es un rebelde sin causa, pudo haber hecho eso para incomodarte —expuso—, a lo que me refiero realmente es a que él, sonrió a la primera, te puedes considerar maga de ahora en adelante —rió cubriendo sus labios para que en cuestión de segundos Alissa se encogiera olímpicamente de hombros.
—Imaginas cosas —se excusó la pelirroja—, creo que es un grosero que no sabe respetar el espacio personal, eso es todo —apretoo los labios con vergüenza e hizo que su comentario pareciera más agresivo de lo que era en realidad
La chica se puso de pie y de un saltito se bajó del borde—Eh, tranquila, que a mí no me interesa Ric en lo absoluto, los locos pirómanos no son mi tipo —rió y le tendió la mano a Alissa ayudándola a levantarse.
—¿Es pirómano? —inquirió la pelirroja con algo de sorpresa, pero muy poca, estaba en un instituto psiquiátrico y no era como que pudiera sorprenderse demasiado.
—¿No lo has notado? Completamente jodido de la cabeza, es adicto al fuego y a la adrenalina, que es prácticamente lo mismo, se estampa los cigarros gastados en la muñeca, porque le gusta sentir como se quema —hizo un ademan con la mano, señalando que estaba loco de remate y al mismo tiempo soltó una risotada.
—Definitivamente está loco —concluyó Alissa componiendo una media sonrisa.
—Sí, pero que más da —la peliblanca se encogió de hombros y alzó ambas manos—, al fin y al cabo por eso estamos todos aquí
. . .
La llamada del hospital llegó muy temprano a los oído de Dereckk Moore ese día, sin pensárselo demasiado cogió las llaves que decoraban en la mesita de noche y corrió al auto, condujo los kilómetros necesarios y al llegar se encaminó a zancadas hasta el ascensor. Aquella enfermera joven que había tenido la amabilidad de atenderle salía otra vez de la recámara donde tenían interna Laura Wells, pero esta vez a diferencia completamente de la anterior su rostro irradiaba preocupación y angustia.
Editado: 19.05.2020