Alissa

Capitulo XXV

XXV

4 días después

       Las mañanas acostumbraban a ser la parte más caótica del día, cada enfermera debía despertar muy temprano y con fuerza de voluntad mas allá de los límites de la humanidad e ir a por su grupo de pacientes para suministrarle higienización y el alimento más importante del día, el desayuno, que la mayor parte del tiempo terminaba en el suelo luego de las miles rabietas y no en la boca.

       —¡Ten cuidado idiota! No queremos perder el puto brazo —regañaba la voz infantil de Raven, que sin querer salió un poco mas exaltada de lo que ella hubiera deseado; para su mala suerte Hera deambulaba con tranquilidad por los pasillos del último piso, realizando como la mayoría de las veces su patrullaje matutino. El murmullo venia de la enfermería del cuarto piso que decoraba entre abierta, lo que no acostumbraba a ser muy usual.

       Más de una risita salía del cuarto, también unos cuantos gemidos ahogados entre dientes que hicieron a la alta rubia pensar en lo peor. Cautelosamente caminó despacio hacia la enfermería, se asomó a la puerta sin encontrar rastro de nadie, frunció el entrecejo y empezó a sospechar que sus palabras se habían vuelto realidad y que la locura había llegado a por ella luego de tantos años de servicio. Entornó la mirada, fijándola en unos pies que se notaban bajo la cortina azul cielo de uno de los cubículos de las camillas, cuidadosamente se aproximó, casi de puntillas, y de un solo tirón destapó a los y las que allí se ocultaban, quienes soltaron un grito de horror.

       —¿Qué están haciendo mocosos? —preguntó la rubia poniéndose la mano en el pecho, por el espanto.

       Los infantes se miraron entre ellos y apretaron los labios, poniendo las manos hacia atrás, volvieron a mirarse y luego se escabulleron como pudieron cada uno por su lado mientras la enfermera trataba de capturarlos como si de bichos roedores se trataba, pero sin conseguir cazar a ninguno. Sobre la camilla había una especie de aguja, una botella de alcohol medico y un encendedor, Hera no entendía la finalidad del acto pero no pretendía quedarse sin averiguarlo.

. . .

          —¿Te duele? —inquirió Ric en un susurro a la pelirroja que se escondía junto a él tras las lavadoras del cuarto de lavado. En la muñeca de la pálida pintaba una especie de tatuaje hecho con la quemadura de una aguja, justo en la parte inferior de la muñeca, no muy lejos de donde terminaba la palma de su mano; formaba una especie de corazón un poco deforme y dentro de él la letra ℳ y junto a ella un ancla diminuta y muy bien hecha, más arriba dos flechas atravesadas formando los puntos cardinales. Desde muy niño Eric había sido buen dibujante, solo que como muchas otras cosas había preferido guardarlo para sí mismo.

       —No mucho ¿Y a ti? —el ojigris enarcó una de sus pobladas cejas, expresando la ironía que sentía por la pregunta, pero aun así sonrió un poco. Alissa le sonrió por igual pero con algo de torpeza, lo que no solía ser parte de su personalidad, pero que luego de haber ingresado a ese lugar había adquirido la capacidad de no estar siempre a la defensiva.

       El desliz de la puerta les hizo engranujar la piel, Ric se incorporó más cerca de la chiquilla, para que su espalda no se notase desde ese ángulo.

        —¡Ouch! —masculló ella, el chico abrió sus grisáceos ojos un poco más de lo normal y puso su dedo sobre sus labios indicando a la pelirroja que guardara silencio; los pasos se acercaban y a medida que eso ocurría sus corazones aumentaban la velocidad de los latidos gradualmente, así mismo el ritmo de sus respiraciones. Los pasos se detuvieron no muy lejos de ellos y ambos solo esperaban el susto de la llegada de Hera.

        —Con que aquí están los tortolitos —invadió la voz de Raven, provocando un susto pero a la vez alivio para la pelirroja y el castaño. —, y miren en qué condiciones —agregó pícara

       El adolescente resopló agotado—Muy graciosa monstruito —bufó fatigado—, me has metido un susto de muerte ¿Sabes?

       —Uy, ¿Estaban ocupaditos dándose besos? —cuestionó ella en forma de juego.

       —Déjalo ya Raven —musitó Alissa con las mejillas coloradas en su máximo esplendor, Eric se puso de pie y luego le tendió la mano a la pecosa, que antes de entregarla miró hacia la peliblanca quien la observaba traviesa; se puso de pie por sí sola, sacudió su trasero con ambas manos y pasó del muchacho dejándole con el brazo al aire.

       El ojigris rió para sí mismo—Como quieras muñeca —se resignó y la siguió hasta la puerta. Raven y Alissa monitoreaban que en pasillo estuviese libre de la enfermera en persecución, miraron hacia ambos lados y los tres salieron aliviados del cuarto.

       —Monstruito, ¿Te duele mucho? —preguntó el adolescente a la infante de pelo canosos mientras caminaban tranquilos.

       —Me arde un poco pero... ¡Ouch! —soltó en un quejido al sentir como se le cogió de la misma muñeca donde recientemente se había realizado la marca.

       —Creyeron que se escaparían mocosos pandilleros, pero no se puede esconder de mí —Hera había aparecido, con los sudores choreándole de la frente y con llamas resplandeciendo en sus ojos.

. . .

           La cazadora había dado con todos y cada uno de los cómplices en la escena de lo que ella llamaba un "casi" crimen, no por los tatuajes que se habían marcado en la piel sino por el riesgo de incendio que pudo haber al mezclar el fuego del encendedor con el alcohol medico, "Una catástrofe se pudo crear" repitió Hera en más de una ocasión a la hora del regaño grupal.

       Las ropitas blancas y brillantes que vestían los niños ya no estaban tan blancas y en definitiva ya no se encontraban tan brillantes. Alissa, Raven, Eric, Alan y Melania habían recibido un solo castigo, uno que valía por cien, y era sencillamente, pero muy complicado limpiar todo el jardín trasero del lugar, y eso no era pequeño, ni tampoco estaba muy limpio, luego de que el sitio haya sido prestado para una obra teatral para recaudación de fondos que darían los niños de la casa hogar que no estaba muy lejos de allí.



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En el texto hay: detective, secretos, paranormal

Editado: 19.05.2020

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