XXX
Sus ojos estuvieron de alguna forma entrelazados por un largo rato. Alissa se mantuvo quieta, solo mirándole, él hizo lo mismo, pero mientras, recuperaba el aliento como podía. Dereck levantó la mano muy lentamente, para colocarla en la mejilla pálida de ella, en cambio solo recibió un manotazo brusco que la tumbó de inmediato.
Ni una sola palabra se escapó de la boca de alguno de los dos, solo eran miradas eternas que no dejaban de estar ahí, como si ninguno de ellos se pudiese creer lo que estaba pasando, aunque Alissa no parecía muy contenta con el asunto.
Otro intento de roce apareció, y con él, otro alejamiento áspero. Ella dio un paso hacia atrás al mismo tiempo que él intentó acercarse. La acción se repitió varias veces, hasta que Alissa se decidió a darle la espalda y marcharse de forma rápida.
—Espera —disparó él, cogiéndole de su delgada muñeca, a lo que ella respondió con una guantada que terminó en un rasguño, justo en la mejilla—, maldición —farfulló de dolor, soltándola. Se recompuso de inmediato del golpe y esta vez frunció el entrecejo, frustrado.
Se encaminó hacia ella aun de rodillas, ensuciando su pantalón con el verdor de la hierba, e intentó cogerle nuevamente, esta vez mas fuerte, rodeándole de la cintura con ambos brazos. los manoteos y zapateos no se hicieron esperar. Con unos cuantos gritos ahogados y golpes que se zafaron sobre su parte delantera, los rizos rojizos se estrellaban contra su rostro, mientras intentaba que Alissa no se le escabullera de los brazos.
—¡Déjame! —reclamó ella en un grito, sin dejar de comportarse de manera tosca, haciendo que entablar plática fuera imposible.
—¡¿Qué es lo que te pasa?! —inquirió él intentando girarle para rodearla entre sus brazos, ella se quedó tranquila por un instante, al quedar cara a cara con él, pero luego reanudó la lucha, dándole una patada justo en el estomago que le cortó la respiración demasiado rápido.
—¡Vete! No quiero verte —alegó con voz exaltada, alejándose.
—Está bien, no tienes que verme, solo dame un abrazo —suplicó el castaño volviendo en sí.
Alissa empuñó las manos nuevamente y emplató los ojos al sentir como se le jaló de manera menos gentil.
—Deja de actuar de esa forma —le suplicó él.
—¡Que no quiero! Largarte ya, no te conozco, no sé quién eres, te pareces a alguien que está muerto para mí —chilló
—Escúchame bien mocosa malcriada —la cogió con una delicadeza nula y la estampó contra el pasto, acostándole boca arriba para luego acorralarle. Apretó los labios y sus ojos se humedecieron a la vez que se enrojecían—, he estado moviendo el maldito universo para verte —dijo entre sollozos con un tono de severa frustración en la voz—, el maldito universo—repitió sobre su pecho dejando que las lagrimas le corrieran por la nariz—, no puedes hacerme esto, ¡No puedes maldita sea!
Los labios de Alissa temblaron al tratar de contener lo que pronto pasaría, dos lágrimas bajaron por sus sienes, recorriéndolas hasta caer sobre la hierba, sus delgados y pálidos brazos le rodearon el cuello al él, que sollozaba sobre ella.
—¿Dónde estabas idiota? —preguntó Alissa, gimoteando.
Dereck se reparó un poco y levantó la cabeza —Buscándote, te juro por Dios que estaba buscándote —disparó, restableciendo su aliento—, y espero que tú me hayas estado esperando —culminó.
. . .
—Te ves horrible —soltó Alissa volviendo en sí, ambos estaban sentados en en el patio, Dereck le había explicado unas cuantas cosas pero había tenido la gentileza de guardarse otras cuantas.
—Gracias —le sonrió él, había extrañado con todas sus fuerzas ser ofendido por ella, como acostumbraba a hacer la mayor parte del tiempo. —Estaba a punto de enloquecer si no volvía a escucharte decir algo como eso —declaró en voz baja, pero los demás chicos le escucharon claramente.
Alissa sonrió con el entrecejo fruncido y luego apartó la mirada con la barbilla elevada, en un gesto actuado de superioridad.
—Vaya, que romántico todo —bufó Ric, levantándose—, llámeme cuando algo interesante esté pasando. Si quisiera ver una telenovela encendería la televisión —se metió ambas manos en los bolsillos y se encaminó dentro, todos le miraron alejarse con paciencia y mostrando desinterés, o al menos eso intentaba aparentar.
Raven y Melania soltaron una risotada entre ellas.
—¿Cómo está mamá? —indagó Alissa mientras que las otras dos ñinas seguían en lo suyo.
Dereck neutralizó la expresión de su rostro.
—Señor, tiene que irse ya —dijo una enfermera que se acercaba, lo que fue como un soplido de paz dentro de él, porque aunque no quisiera despegarse nuevamente de Alissa, no había elaborado una historia para ocultar la situación que le estaba inquietando y que era posible que lo hiciera también con ella.
—Sí —asintió él poniéndose de pie—, todo está bien, ya luego lo hablaremos —mintió con una sonrisa forzada.
Editado: 19.05.2020