Sosei iba saliendo del palacio cuando lo detuvieron.
Voz: ¡Señor Sosei!
Sosei se detuvo molesto, se giró pesadamente.
Sosei: ¿Qué quieres ahora…?
Sosei vio a Reiko con un bolso y con una catana en la espalda.
Sosei: ¿Qué haces? Dije que no quería…
Reiko: A ningún hombre con usted… Así que vine yo, una mujer.
Sosei: Una niña… Mira, no quiero retrasos… Así que…
Reiko: ¿Tiene oro para algo? ¿Tiene provisiones?
Sosei: Las conseguiré por mí mismo… Además… ¿Cómo es que tu padre te permitirá ir?
Reiko: Le dije que quizás podría aprender sobre usted, y a defenderme.
Sosei: Morirás antes de aprender algo.
Reiko: No, usted dijo que no dejaría que nadie muera a manos de los demonios nunca más.
Sosei: Eres una…
Reiko: Por favor… Toda mi vida he estado encerrada en el palacio… Es la única…
Sosei: Te cuidas sola… Yo no tomo responsabilidades por enfermedades o cualquier cosa que te pase… Y si me molestas mucho, no dudaré en abandonarte.
Reiko: ¿Me dejará ir?
Sosei se giró y empezó a caminar, Reiko sonrió y lo siguió.
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Iban saliendo del poblado cuando Reiko recién habló.
Reiko: Me gustaría saber más de usted.
Sosei: ¿Eh?
Reiko: ¿En qué guerras combatió?
Sosei: Batallas… Solo fue una guerra… Y más que suficiente.
Reiko: ¿Qué era?
Sosei: Una invasión, luego vinieron los demonios y todo lo siguiente.
Reiko: ¿Cómo se llamaba…?
Sosei: ¿Quién?
Reiko: Su esposa… Y bueno… Su hija.
Sosei: Asa… Ese era el nombre de mi esposa… Y mi hija se llamaba Kira.
Reiko: Yo… Lamento mucho lo que sucedió.
Sosei: No estabas cerca de nacer siquiera cuando sucedió, no tienes por qué lamentarlo.
Reiko: ¿Usted es humano?
Sosei: Sí, nací de un padre y una madre… Humanos, yo era el distinto, y cuando lo notaron me abandonaron en el orfanato… Aunque algunos me han llamado ángel o hasta demonio… Sé lo que soy.
Reiko: No quise decir lo contrario… Es solo que… Tenía la duda… Todos…
Sosei: Sé lo que todos dicen de mí, y sé cuánto miedo me tienen.
Reiko: Yo no le tengo miedo.
Sosei: ¿Enserio…? Bien…
Reiko: ¿Dónde vamos?
Sosei: Al este… Al corazón de la invasión…
Reiko: Iremos… A territorio demoníaco.
Sosei: Exactamente al centro…
Reiko: ¿Será peligroso?
Sosei: Puedo morir varias veces quizás… Tú no tendrás tanta suerte.
Reiko: ¿Me dejará morir?
Sosei: Si tengo que elegir entre ti o continuar mi camino… No dudes que te dejaré morir.
Reiko: Hace un rato me dijo que no era de los que le hicieron lo que pasó… Pero ahora me trata como uno de ellos…
Sosei: No… Te trato como una imperial… Y como a todos los imperiales.
Reiko: Usted también fue imperial alguna vez.
Sosei la miró molesto, Reiko trató de ocultarse.
Sosei: Sí, fui un imperial... Y por eso sé cómo son ustedes…
Reiko: No somos todos iguales.
Sosei se detuvo.
Sosei: Te dije que si me molestabas te abandonaría…
Reiko: L-L-Lo siento… No quería…
Sosei: ¡Cállate…! Estoy hablando, no te gustaría que te interrumpiera yo.
Reiko: Lo siento.
Sosei: Te dije eso… Pero tienes razón, no eres como ellos… Eres sincera… Me agrada… Pero no me gusta… Sigue así…
Sosei continuó caminando, Reiko se quedó parada completamente desconcertada.
Sosei: Avanza… O te quedarás atrás.
Reiko continuó siguiendo a Sosei.
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Los dos estaban sentados junto a una fogata, Sosei revisó su mochila y sacó una chaqueta, se la pasó a Reiko.
Sosei: Ten úsala para cubrirte.
Reiko: ¿Qué es esto?
Sosei: Una chaqueta…
Reiko: ¿De dónde viene ese nombre?
Sosei: No importa.
Reiko: ¿Por qué?
Sosei: No lo entenderías.
Reiko: ¿Por qué?
Sosei: Porque eres una niña.
Reiko: No soy una niña.
Sosei: Tienes dieciséis, eres una mimada y no sabes pelear.
Reiko: Me ofende mucho… Pero… Sí, soy inexperta en… Muchas cosas.
Sosei: Silencio…
Reiko lo miró, este miró hacia la oscuridad.
Sosei: Hay sombras, no es seguro salir.
Reiko: ¿Eh?