Alma.

Cruel.

Estoy sentada frente al espejo, me gustaría saber que se siente ser bonita, o bueno, como eres adorada por los demás. Tomo mi cabello y hago una coleta, mientras toco mi rostro de manera delicada, si fuera bonita para nadie sería un estúpida, para nadie seria invisible, me levanto y tomo mi mochila.

-Hola. -Me esboza una sonrisa mi madre. A lo que respondo. –Hola. -Sabes…hoy es un lindo día. -sí. -La miro y siento un nudo en la garganta. -Hoy entras a la secundaria. ¿Cómo te sientes? -¿Cómo debería sentirme? Si te da igual lo que diga, nunca te interesa saber que me pasa. -Tomo mi mochila y salgo-

El auto bus no tarda en pasar cuando… -Sabes que no me gusta que estés hablando con esas chicas. –Dice Bianca. -Ya te he dicho, son solo amigas. –Responde un chico robusto de ojos cafés. -Da igual, no creo que esa tal Estefany piense lo mismo, desde que te vio no te quita el ojo, además es muy fastidiosa, cree que todos los hombres la desean es muy patética.  -No debes decir eso, además ella es muy buena onda, no sientas celos, solo te quiero a ti. -Se le acerca y la besa. -No lo digas, no lo digas. -Suena en mi mente la voz de Áster. -Que estupidez. -Murmure. -Dijiste algo? –Me dice Bianca, -Me quede en silencio y solo pude escuchar mi corazón latir. -¡Te lo dije! –Replico Áster. Los miro y respondo: -Dije: Que estupidez, ¿tantas pollas que te has comido te han dejado sorda? -Buena esa! Se la merecía. –Grita Hash. -Oye, que te pasa, loca, mírala que pesar su vida es tan miserable, ¿No te da pena salir así y que todos se burlen de ti? -¿Notaste que hay más alumnos? –Dice Áster. -Si ya lo noto, cállate. –Responde Hash.

En carcajadas pude escuchar a aquellos que nos miraban. Respondo sin tapujos ni pelos en la lengua: -¿Sabes algo? Si  no te da pena a ti cogerte a todos los soquetes que hay, para creerte la mejor y ser la zorra de la escuela, creo que estoy mejor así.

El bus llego y noto todas las miradas estaban puestas sobre mí y todos soltaron una carcajada. Como era posible que hubiera enfrentado a la perra más perra de la escuela, la más nombrada en todos lados, me siento bien y al mismo tiempo no. -¡Esta perra! ¡Que se cree! ¡Joder! Esta me las pagaras estúpida y muy caro.  –Subí al bus y nadie dejaba de verme. Me burlo en su rostro y respondo: -Dime, ¿crees que te tengo miedo? –Sonando retador, ella solo se alejó, creo que he ganado esta vez.

Empieza el recorrido y apoyo mi cabeza sobre la ventana. -Te pasaste. –Escucho la voz de Áster. -¿Y que querías que hiciera?, ¿Dejar que ella me insultara? No, no creo. -A mí me pareció bien, la dejaste donde debía estar, en el suelo. –Interrumpe Hash. -No me parece la mejor manera, pero veo que aquí no cabe mi comentario, me voy Adiós. –Responde Áster. -¡No te vayas!, Hola, ¿Hola? ¡Maldita sea! ¡No de nuevo! -Déjala.

Llegamos a la escuela, empecé a caminar, con mi ropa más negra que la oscuridad, acompañada de unos lentes de sol redondos y negros, con los audífonos puestos escuchando esa hermosa canción de “Asking Alexandria, -The final episode” puedo enloquecer con esa canción, ojala toda esta put* gente se muera de una vez. Olvide mencionar, no tengo “amigos”, porque creo que no existen, soy la marginada de la clase, la que solo escucha Dead Core; llamada, Greta. Falta algo por mencionar, pero veré el momento para hacerlo 




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