Alma de Guerrero

CAPÍTULO TRES Déjalo estar

 

─¿Crees que saquemos la nota? ─pregunta Jack logrando que fije la mira en él ─Amigo es solo una simple pregunta, es que este trabajo en verdad que está muy pesado y complicado.

─Jack, lo estás haciendo conmigo ─digo y él solo ríe.

─Lo sé ─responde a la vez que levanta sus manos a ambos lados de su cabeza ─, parece que he tocado alguna especie de vena venenosa en tu ser que hace que me ataques cuando parece que cuestiono tu inteligencia.

Niego con la cabeza y no puedo evitar rodar los ojos.

─Es que a veces eres demasiado tonto, Jack ─respondo.

─¡Hey! Sin ofender ─me dice apuntándome con su lápiz.

─Bueno, pues en ese caso amigo deja de hacer preguntas tontas ─le respondo y me levanto de mi lugar en la mesa para ir por más agua ─. Ahora dime, ¿en qué tienes dudas?

─Pues mi duda es...

Escucho a Jack decirme su duda y le hago preguntas más específicas sobre ciertas partes en las que simplemente generaliza mientras sirvo el agua en la jarra y así él pueda servirse si tiene sed. Vuelvo a la mesa y lo escucho con más intensidad y mejor volumen lo que me dice.

─Bien Jack ─digo haciendo que se detenga ─, veo que tienes bastantes pero amigo estas generalizando mucho, así que detente un momento y lee el capítulo cinco del libro ahí se disiparan tus dudas.

─¿Estás seguro Alex? ─pregunta dudoso.

─Claro que lo estoy ─respondo con arrogancia.

─Que chistoso eres.

─Tengo buen sentido del humor Jack ─digo con suficiencia ─, algo que tu no tienes.

─Te lo advertí ─responde.

Lo próximo que sé es que nos encontramos aventándonos entre ambos las hojas de papel que se arruinaron al cometer un error o que simplemente ya no nos sirven para el trabajo hechas bolas de papel.

Escucho la puerta cerrar y así como la escucho sin que Jack lo hago, también escucho el jadeo de mamá al haciendo que me detenga y me gire rápidamente hacia donde provino el ruido de ella. Lo único que logro hacer es sonreír, sí, justo el tipo de sonrisa cuando sabes que te han descubierto en una travesura y ya no hay marcha atrás para la negación.

Jack por el contrario a mí no se ha dado cuenta de que mamá llego y de que ella realmente me mira con furia en sus ojos por lo que al recibir un empujón de él, me giro hacia él para susurrarle que se detenga. Mi mejor amigo mira hacia atrás y sus ojos se abren tanto que bien podrían salirse de su cabeza por lo que rio al ver su extraño gesto.

─Hola señora Mendoza ─saluda y al hacerlo parece nervioso. Aunque también hacer enojar a mamá no es algo que se deba de hacer seguido ─, ¿cómo está?

─Hola Jack ─responde ella ─, ya veo que tomaron mi comedor como zona de batalla...

─Sí bueno...

─No he terminado Jack ─lo interrumpe mamá, pero sé que no es buena señal ─, espero que para cuando la comida esté terminada mi comedor esté impecable o estarán en graves problemas. En especial tú, Alex.

─Pero mamá... ─digo y ella alza una de sus cejas mirándome solo como una madre puede hacerlo cuando la desafían ─Está bien mamá, estará limpio para cuando sirvas.

─Eso espero Alex.

Veo desaparecer a mamá en la sala y cuando ya no soy capaz de verla me volteo hacia Jack y lo miro mal. Él se encoge de hombros.

Pasamos los siguientes 10 minutos recogiendo todo de la mesa y el comedor mientras tiramos lo que no sirve y subimos a mi habitación aquello que pertenece a nuestra tarea. Para cuando volvemos veo a mamá colocar cada mantel en su lugar y me dirijo a ayudarla.

─¿Por qué lo manteles mamá? ─pregunto. Ella nunca pone los manteles a menos que sea por algo importante o alguna fecha especial. ─¿Qué celebramos hoy?

Ella me mira y me regala una bella sonrisa que me parece imposible no devolvérsela.

─Sí señora Mendoza, díganos que celebramos hoy ─dice Jack interrumpiendo como siempre, pero rio porque él es así de imprudente.

─Nada importante, mis niños ─nos dice y esa sonrisa que crece al ver la cara de Jack, que seguramente ha de reflejar indignación por no saber más ─. Siéntense ahora mismo traigo la comida.

Jack es el primero en sentarse y yo no puedo evitar negar con la cabeza porque simplemente Jack es tan Jack, que pedirle que se comporte de manera diferente sería como obligarlo a comer brócoli por lo que me siento frente a él y espero a que mamá llegue.

─Así que dime Alex...

─Ahora qué sucede Jack ─le digo mirándolo.

─¿Es acaso la chica que llegó tarde hoy, la chica linda con la que tropezaste en la mañana? ─su pregunta me sorprende. Sí, me sorprende porque yo simplemente no le dije que era linda o la describí. ─No me mires de esa manera Alex.

─¿Cómo quieres que lo haga si tú simplemente eres imposible? ─ pregunto riendo ─Pero respondiéndote para evitar que sigas siendo un fastidio te diré que sí, es la "chica linda" por la que hoy llegué bastante tarde.




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