Alma de Guerrero

CAPÌTULO VEINTICINCO ¿Cálida bienvenida?

 

 

El tiempo pasa rápido, incluso cuando piensas que no es así. Así que no me sorprendía que la semana del baile hubiese llegado más rápido que de costumbre. Contenía aun las esperanzas de que nada extraño volviera a pasarnos, pero teniendo en cuenta todo lo que nos rodeaba parecía que no sería una semana tranquila. Yo por fin había regresado a clases presenciales y me sentía extraño de estar caminando por esos pasillos, pero también me sentía mal que no pudiera estar acompañada por Alysa.

Ella seguiría permaneciendo en casa con clases en línea, no le gustaba la idea y tampoco a mí me gustaba la idea de dejarla sola, pero había tenido una recuperación excelente que solo me dejaba caminando con una bota especial para que no lastimara mi pierna y un bastón.

Me sentía extraño porque jamás me había imaginado que algo así me llegara a pasar. No me quejaba, pero no puedo evitar tener esa sensación de extrañeza en mi cuerpo y en la forma en la que me sentía por ser y parecer una persona completamente diferente.

¿Mis esperanzas de que el furor haya pasado? Bueno… Esas se fueron en el momento en que puse un pie en la puerta principal de la escuela a lado de Jack y todos se callaron observándome en silencio más de lo educadamente permitido. Me hacía sentir más incómodo de lo que me sentía, pero nada podía hacer cuando ni siquiera podía caminar con rapidez para alejarme de las miradas de todos.

Solo pude suspirar y no bajar la mirada para seguir caminando por ese pasillo lo más rápido posible, después de todo caminar con una sola pierna y otra apoyándola parcialmente era cansado. Usar bastón era cansado, tener esa enorme bota que protegía mi pierna era cansado.

Todo en mí se había vuelto cansado.

Jack apretó mi hombro sano, con el que tomaba el bastón y me sonrió para después alentarme a caminar y llegar primero a mi casillero.

Estaba tan lejos de la entrada del salón en el que me tocaban clases que ni siquiera tenía ganas de caminar todo ese camino.

Aún tenía el cabestrillo puesto para evitar que nadie me empujara o me tocara ese hombro. Era solo una forma de precaución para evitar futuros inconvenientes.

Terminé asintiendo hacia Jack y traté de no hacer caso al silencio incómodo y curioso que me envolvía y de manera casi asfixiante; y comencé a caminar finalmente de una manera muy lenta. Sabía que debía ignorar las miradas, pero por alguna razón me había vuelto poco tolerable mas si se trataba de algo tan delicado como lo fue allanar una casa y sacar de ella a una adolescente ensangrentada e inconsciente.

Me llamaban héroe, pero no me sentía así ni siquiera sabía cómo debía sentirme al respecto sobre todo lo que pasó aquel día y los días posteriores a ese. Sin duda las personas que se encontraban a aquí no sabrían jamás las consecuencias que trajo consigo todo lo sucedió y todo lo que hice.

Mantuve la vista al frente tratando de no mirar por más de unos segundos a todos los que permanecían a los lados del pasillo. Saludé a unos pocos y cuando por fin creía que había librado la primera batalla me vi rodeado de muchos varones.

El equipo de Baloncesto.

─¡Nuestro capitán ha vuelto! ─gritó alguien ─Una porra para nuestro capitán y ahora héroe de Stowe.

Negué con la cabeza, pero no evité nada así que tenía dos opciones porque todo el mundo coreaba y lanzaba bitores en mi honor; me quedaba callado reprochando su orden o simplemente sonreía un poco y disfrutaba de la cálida bienvenida con la que mi equipo me había recibido.

Elegí la segunda porque necesitaba de su energía para poder recuperarme de todo lo sucedido en las últimas semanas.

Era una pena que no pudiera seguir jugando por al menos otras tres semanas. Las universidades no estarían muy de acuerdo con mi situación, pero era mejor no pensar en ello y disfrutar del momento supongo que habría tiempo de sobra para pensar en mi futuro y pensar en universidades.

Observé a mi alrededor de nuevo y fue curiosos que saliera de mis pensamientos cuando Dylan y Chad pedían por favor que todos guardaran silencio para decir unas palabras.

─Capitán, estamos orgullosos de ti ─comenzó Chad cuando el ruido a nuestros alrededores comenzó a silenciarse, así que concentro toda mi atención en él ─, tanto que apreciamos tu valentía aun sabiendo que podías perder mucho más que lo podrías ganar.

¿Qué? No hablará en serio ¿o sí?

Cierro los ojos por unos segundos y los vuelvo a abrir mirando a todos a mi alrededor hasta que llego a Jack y abro la boca para aclarar algo que no tendría por qué hacerlo.

Jack niega con la cabeza, pero no me importa es estúpido lo que dijo, ¿Cómo puede comparar salvar la vida de alguien con dejar de jugar por unos meses? ¿Cómo siquiera puede decir que el baloncesto es más importante que una vida? Que su vida.

Volteo a verlo de nuevo y cuando menos me doy cuenta veo su mano acercarse a mi hombro aún en rehabilitación y como puedo retrocedo para que no me toque.

¿Es que está ciego?

─¡Aléjate! ─grito, no puedo aguantar más.

Ahora todos me miran más.

Jack posa su mano en mi hombro sano y me observa con fijeza antes de observar a Chad. Está disgustado, yo lo estoy, todos deberían.




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