Alma de Guerrero

CAPÍTULO TREINTA Y TRES Las razones de tu existencia y de lo que sucede conmigo.

PRIMERA PARTE

 

Faltan 3 días para luna llena.

3 días para el baile.

 

» ─¿Qué más tienes que mostrarme? ─Pregunté de nuevo a la misteriosa voz en mi mente ─Esto es un tanto misterioso tratándose de ti. «

Como era usual, Jack llevaba consigo mis cosas, después de todo aún era un inservible para poder hacerlo por mi cuenta. Sabía que él me preguntaría qué es lo que me sucedía y porque es que parecía tan distraído, y aunque yo quisiera explicarle no podría y él no entendería porque detrás de todo lo que me sucedía a raíz del accidente todo lo referente a mí me resultaba extraño e incomprensible.

Así que en silencio en medio del bullicio del pasillo de la escuela andábamos ambos de camino a la siguiente clase.

»─Paciencia Guerrero ─pidió y en medio de un suspiró me resigné a solo mirarme avanzar en medio de tanta gente ─¿Por qué pareces tan impaciente?

─Será porque cada cosa que me dices tiene menos sentido ─Le hice saber. «

─¿Qué sucede amigo? ─Escuché a Jack preguntarme finalmente ─Has estado algo raro.

─Lo sé, amigo ─dije sin más─, pero ni siquiera yo entiendo lo que me pasa.

─Entonces solo dilo ─sugirió deteniéndose en medio del pasillo y no tardó en estar frente a mí ─, puedo ver que algo te hace mal. ¿Qué es lo que no nos dices, amigo?

»¿Acaso tiene que ver con Nicolas? ─Su pregunta me descolocó un poco, lo estaba mirando, pero el que lo mencionara solo hacía que cuestionara a mí mismo qué tan mal me veía en este momento.

No hablaba de que me viera mal físicamente porque eso era más que obvio. Jack estaba mirando más allá de las heridas y consecuencias de mis actos, parecía que podía ver mi agobio y mi incertidumbre.

─¡No! ─exclamé ─No se trata de él, no lo he vuelvo a ver desde que fue a mi casa aquella vez, pero sí pasa algo.

─Entonces dime, Alex.

¿En verdad podría explicar todo lo que había estado pasando últimamente?

 

» ─No deberías ─De nuevo su voz en mi mente o a mi alrededor. Ya ni siquiera podía diferenciarlo, solo se encontraba ahí ─, lo expondrás a un gran peligro. «

 

─Es ilógico que me digas que lo expongo a un gran peligro cuando hace poco lo vi en peligro y convertirse en algo que no era Jack ─le respondí, pero tan pronto como lo hice me arrepentí ─. No…

 

» ─No debiste, Guerrero ─dijo confirmándome lo que me temía. «

 

─Alex, ¿qué carajos dices? ─Me habló Jack, pero yo solo pude observarlo ─¿Por qué dices que hace poco me viste convertirme en algo que no era yo? No tiene lógica amigo, he estado a tu lado desde hace dos horas en la clase.

─Jack, yo…

Las palabras no salían de mi boca y tenía la sospecha que todo lo que había estado viviendo en las últimas semanas pronto explotaría, pero en mi contra por lo que tenía ver la manera de encontrar una forma de explicarle a mi amigo; sin embargo, esto era más que complicado y no solo por el hecho de lo descabellado que sonaba todo esto sino porque incluía de una manera muy retorcida a Alysa. Tenía sin duda alguna que hablar con ella, platicarlo cuando mamá no estuviera y hacer que la reina que hasta ahora lograba ponerle un rostro accediera a que yo hablara con él.

Lo miré y cuando abrí la boca para intentar hablar con él, de nuevo las palabras no salieron de mí por lo que muy a mi pesar terminé negando y mirando al techo del pasillo hasta volver la vista al frente. Ahora que lo notaba, estábamos solos, ya no había bullicio ni adolescentes a nuestro alrededor, supongo que ya no entraríamos a la siguiente clase.

─Alex, ¿por qué parece que te has quedado mudo? ─insistió y yo simplemente negué de nuevo ─¿Vas a decirme que te pasa amigo?

Cerré los ojos un momento suplicando a lo que sea que estuviera allá arriba para que me mostrara el camino y no recibí respuesta alguna, tal vez no exista el Dios del que todos hablan y al que le dedican sus plegarias. Volví a abrir los ojos y suspiré para volverlo a ver.

─Vayamos por Alysa ─las palabras por fin salieron de mi boca ─. Necesito hablar con ella primero si voy a contarte todo.

En este momento, no me sentía para nada especial, las historias que me había contado la reina o aquella versión de ella sobre mí y sobre lo que estoy destinado a ser, pero sobre todo lo que justo había vivido en medio de la clase y lo que ella había tenido que hacer para que nadie a mi alrededor se enterara solo me decían que era una mala jugada del universo y que posiblemente el un extraño karma estaba pagando.

Jack suspiró y pude notar algo de decepción en su rostro, así que intenté hacer de cuenta que no la percibí y esperé pacientemente a que mi amigo me empujara y me llevara hacia donde se encontraba Alysa.

 

De camino a casa...

No fue difícil lograr salir de la escuela, solo bastó digiera que el dolor estaba siendo insoportable y el decano aceptó que Jack me acompañara a casa, después de todo hoy no habría práctica así que no había necesidad para mi amigo que tuviera que regresar. El camino a mi casa fue silencioso, más de lo esperaba teniendo en cuenta cuan entrometida era a veces la Reina.




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