Alma de Guerrero

CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO ¿Y si no nos cree?

 

 

Jack se estaba impacientando, seguíamos Alysa y yo metidos en la sala y ambos podíamos escucharlo caminar de un lado a otro por la casa y entrar y salir de lo que suponía era mi habitación, pero no podíamos hacer nada si no aparecía la voz que siempre nos acompañaba y era entrometida. Así que por tiempo dejaríamos a Jack impacientarse.

─Todo el tiempo estás siendo un constante dolor de cabeza ─dije en voz alta con Alysa a mi lado ─y ahora que te necesitamos presente y activa en la conversación no apareces, eso resulta hasta gracioso, Reina.

»Ven y muéstrate ante no nosotros, por favor ─pedí, pero no obtuve respuesta. Era como si estuviera hablando a la nada y estuviera loco─. Es muy curioso y molesto que nos haga justo eso ahora que el secreto parece que será revelado, Reina.

 ─Si yo no estuviera aquí, te dirían loco, Alex ─mencionó Alysa y tenía razón si ella no estuviera aquí y mamá entrara en este preciso momento seguramente pensaría que he perdido la razón. Después de todo le ha dado motivos para que lo piense en varias ocasiones y el hecho de decir que se trata de cambios en la adolescencia no sería algo que me beneficiara ─. Estoy segura de que aparecerá.

─¿Pero si no lo hace?

─…

─Esa es la cuestión, Alysa ─contesté, porque ambos conocemos quien no esperará más tiempo─ ella debía aparecer sí o sí.

─¿Y si no lo hace?

─En ese caso deberemos hablar con él ─contesté observándola a los ojos ─y rogar porque no nos crea locos y le diga a mamá; ya bastante tenemos con lo que ha pasado en las ultimas semanas.

─Y si mejor no…

─No Alysa ─La interrumpo, eso en definitiva no es una opción para mí. Esta situación es algo que iba a pasar tarde o temprano; una que nos iba a explotar en la cara y en la cara de los que nos rodean y de quienes conviven con nosotros. A mí ya me explotó en la cara y casi muero ahí y Jack posiblemente haya sido maldecido; aunque por mi bien y el de él espero que no hay sido así y que la reina haya hecho bien su magia.

Y todo eso se lo digo.

─Alex no nos va a creer ─su preocupación era la misma que la mía, pero no había más que hacer.

─Ya lo averiguaremos entonces ─respondí con la esperanza de que no fuera cierto y que de una extraña y muy retorcida manera mi mejor amigo nos creyera ─¡Jack!

Grité esperando que me escuchara. Lo hizo porque podía escuchar sus pasos por la planta de arriba y más tarde por las escaleras.

Dios, si es que existes por favor que nos crea y no nos considere locos.

» ─Dios no debería ser su referente ─Con que ahí estaba, pensé ─. Él no es de fiar, guerrero.«

Miré a Alysa en cuanto escuché la voz, pero ella ya me estaba viendo así que ella también la había escuchado. Está aquí.

─¿La escuchaste?

─No solo eso, Alex ─¿Qué? ¿A qué se refería?

Mi ceño seguramente se encontraba fruncido, a qué se refería. Cuando estaba a punto de preguntar algo más extraño pasó, era Jack.

─Al fin amigo, ya pensaba yo que…─No terminó la oración y cómo la iba terminar si lo siguiente que escuché seguramente a mí también me habría robado las palabras ─¿Quién es ella?

De inmediato mi mirada pasó de él hacia el lugar que él señalaba. Ahí estaba, parada en medio de la sala, su mera presencia irradiaba magnificencia y magia. Juro que abrí la boca para decir algo, pero no pude pronunciar ni una sola palabra.

─Hola Guerrero ─dijo ─, me llamaron y aquí estoy.




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