La verdad para Jack.
Parte dos.
Alysa
Jack estaba tomando bastante bien toda esta situación, me parecía increíble y me daba de nuevo una confirmación de lo hermosa y noble que era su alma, quisiera en este momento poder abrazarlo en agradecimiento, pero mis brazos vendados me lo impedían.
─Lamento que te hayamos involucrado en todo esto, Jack ─Me disculpé por ¿tercera vez? ─sé que puede ser mucho para procesar, no dudes en decirnos si necesitas un descanso podemos esperar el tiempo que desees.
─No creo que sea conveniente eso ─Comentó Luna, recordándome que su presencia en la casa de Alex era genuina. La miré con lo que esperaba fuera severidad en mis ojos, no podía pedirnos agilizar una situación que bajo ningún contexto podía ser tomado como algo fácil de digerir u aceptar ─, cuida tus miradas princesa.
─¿Princesa? ─preguntó Jack.
No me quedó más remedio que suspirar y asentir con la cabeza.
─Sí Jack, soy una princesa ─dije mirándolo ─, pero aguarda un momento que ya te explico esa parte o ella ─señalé a Luna ─podría hacerlo si yo no lo explico bien.
Asintiendo en silencio fue señal para Alex y pudiera continuar.
Lo siguiente que dijo, no era muy diferente a lo que yo recordaba a excepción de algunas cosas, cosas que deseaba no recordar o que simplemente no había manera de que pudiera explicarlo, entonces llegó un momento en que Alex no podía continuar con la historia sin mí. Era extraña ahora que analizaba, porque todo lo que nos pasó fue tan rápido.
─Hay algo que no entiendo.
─¿Qué cosa? ─preguntó Luna.
─¿Por qué Alex? Él es solo un adolescente, casi adulto algo traumado ─Podría reír en este momento, eso muy gracioso ─, además ¿por qué yo tampoco recuerdo ver a Alysa hasta después de la desaparición del entrenador Davis? Eso sin duda es muy extraño, me pasó lo mismo que Alex, parece que Alysa comenzó a existir en mi mundo u universo hasta el señor Davis se marchó.
Jack tenía un punto yo tampoco los recordaba, recuerdo a Cindy quien es con quien siempre me he relacionado, recuerdo varios rostros de la clase, pero no los recuerdo a ellos y más siendo tan conocidos en la escuela.
─Yo tampoco los recuerdo a ustedes ─confesé mirando fijamente a Luna ─, parece que el señor Davis tuvo que desaparecer para que yo los notara.
Entonces lo supe, no tuvo que decir nada Luna, pero algo me decía en el fondo sin saberlo que ella tenía mucho que ver.
─¿Lo mataste? ─no pude evitar preguntar, eso hizo que su mirada se descompusiera y su semblante temblara.
─¡¿Cómo puedes insinuarme algo tan grabe?!
Parecía que la había ofendido, pero a decir verdad no me importaba ya que ella no nos estaba diciendo toda la verdad, sentía que había más de lo que nos decía y mi deber si yo estaba involucrada y formaba parte de la trama principal; era sin duda averiguar todo lo que estuviera o no a mi alcance después de todo se trataba de mi vida y la vida de personas que ahora comenzaba a amar.
─No tienes porque enojarte ─comenté con tranquilidad y con mirada impasible ─, tú misma nos has dicho que eres una guerrera nata en el mundo en donde vives, además las historias que nos cuentas describen a una reina implacable con cada movimiento, audaz y que está dispuesta a matar a cualquiera que quiera alterar el curso del destino.
»Y tal parece yo y Alex formamos parte de ese destino. Uno en el que aquel que no esté dispuesto a aceptar el mandato y deseos de una Reina que podría morir en cualquier momento se enfrentará a las ultimas gotas fiereza que contiene dentro de su ser; así que no encuentres insultante mi pregunta.
Alex y Jack no pronunciaron palabra alguna, no esperaba que lo hicieran porque después de mi pregunta esperaba que al menos Luna, la Reina mística de Garla comenzara a decirnos el destino al que nos enfrentábamos porque sí, entendía que en cierto punto dentro de las siguientes semanas nuestras vidas cambiaran aún más de lo que ya habían cambiado.
También sabía que no había mucho que me atara aquí, la Tierra misma porque de una u otra manera mi alma y esencia nunca conectaron este mundo, con las personas. Así que porque no hacer las preguntas que ningún otro se atrevería a hacerlas.
─Eso ha sido directo, Aly ─dijo Jack en lo que supongo fue su intento por aligerar el ambiente ─pero al igual que a Aly me gustaría saber que sucedió con el entrenado Davis.
Luna parecía acorralada, no me importaba ciertamente porque después de todo y dentro de muy poco tiempo mi vida cambiaría y tenía la corazonada de que al dar el paso que ella aún por cobardía o precaución mi vida comenzaría a correr aún más peligro.
Ella había sido clara en los “sueños” que había inducido en mi subconsciente cuando dormía, mi vida correría mucho peligro y el lugar a donde originalmente pertenezco el momento en que yo llegara se encontraría en guerra. Una que devastaría tribus en la búsqueda de resistir y otras simplemente desaparecerían.
Su silencio solo aplazaba lo obvio y lo inevitable ya que si yo accedía a seguir al pie de la letra mi destino llegaría sabiendo nada, y eso claramente sería una desventaja para mí porque no tengo control sobre mí y sobre lo que sé que soy capaz de hacer.
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Editado: 11.04.2024