Alma de Guerrero

Capítulo Treinta y ocho Hiere mucho

 

 

Las realidades golpean de manera inesperada,
pero la magia al fin despertó.

 

Alex

 

Eran ciertas muchas cosas, pero también me parecían irreales otras tantas que hoy mis ojos habían visto, ya que de un momento a otro a la chica tímida que no hablaba se había convertido en este hermoso ser que no aun lograba entender por completo.

Tampoco entendía las razones de muchas cosas, pero henos aquí en mi sala con muchas preguntas, una madre furiosa y confundida que miraba a su hijo de pie y a su protegida envuelta en un halo de luz a lado de una mujer que desconocía; un mejor amigo convirtiéndose en el guardián de innumerables secretos, una Reina Mística practicando magia antigua y a su vez la misma joven con severos daños en su cuerpo a causa de una magia que comenzaba a despertar  sanando y por último en este repaso de todo en el que siento que no hago más que repetir una y otra vez los hechos y lugares de lo que sucede justo ahora estoy yo, un joven de 18 años que en el fondo sabía de alguna manera que pronto debía tomar una decisión importante así que solo me quedé callado esperando que el silencio diera todas las respuestas a las dudas que mamá tiene en su cabeza pero sobre todo suplicando en el fondo para que mamá no se moviera ni un milímetro más.

Pasaron algunos minutos, mismos que se sintieron eternos para mí, tenía frente a mí a Jack, mi mejor amigo protegiéndome cual guardián con la vista clavada en mamá esperando que no hiciera ningún movimiento con la esperanza de que no saliera dañada o eso lo que yo esperaba que estuviera pensando, porque he de admitir de nuevo que en este preciso momento no comprendía mucho y a decir verdad no razonaba nada y eso de alguna manera me hacía sentir mal porque no tenía una solución a lo que estaba viendo.

Claro que estaba sobre pensando todo porque nada de lo que veía, y lo repito de nuevo, tenía sentido alguno. De hecho, ni siquiera tengo noción del tiempo…

 

 

─Entonces… ─La voz de mamá hace que salga de mi trance y vuelvo a ver aun por encima del hombro de mi amigo que se mantiene frente a mí ─¿Alguno me va a dar una explicación?

Yo balbuceo mas no logro decir nada, así que mi amigo luego de una larga exhalación que pudiera tomarse como un suspiro, la observa y por unos breves segundos gira un poco su cabeza para verme antes de verla y decir:

─Señora M, yo en verdad sé que esto debe lucir como algo super loco, pero…

─¿Solo algo loco? ─Lo interrumpe.

─Mamá…

─¿Mamá qué Alex? Quiero una explicación ─Nos exigió.

─Puedes entonces callarte y dejarnos…dejarlo hablar ─Me corregí y en ese momento también me arrepentí de hablarle de esa manera, así que negué y tomé la decisión de caminar y colocarme a un lado de Jack y por un momento cerré los ojos llevándome un par de dedos al tabique de mi nariz para tomar valor ─, mira yo sé que esto te tiene sorprendida ─dije aun sin mirarla ─, pero te pido que nos escuches y no nos interrumpas.

Abrí los ojos finalmente y manteniendo fija la mirada en el halo de luz que era Alysa y Luna escuché a mamá decir:

─Bien ─pude sentir su mirada ─, espero que valga la pena tu explicación para que me hayas hablado de esa manera.

Jack se rio y pidió a mamá que no nos juzgara locos y que tomara asiento si no quería caer de incredulidad tras nuestras palabras…

─…pero primero y por favor, debe esperar a que ella terminé ─señaló con un movimiento leve de cabeza hacia Luna y Alysa ─. Ellas sabrán explicar mejor de lo que su pasmado hijo podrá.

─¿Ellas quienes?

─Luna y Alysa ─contesté mirándola de nuevo ─; en especial Luna. Tengo el presentimiento que ella tiene más que contar de lo que yo o Alysa podemos decir.

─Alex…

Negué con la cabeza recordando toda la historia y los pormenores que momentos antes Jack había escuchado de lo que nos ha estado sucediendo a Alysa y a mí; entonces con esa declaración comprendí que había más de lo que sabíamos.

Mamá no tuvo que esperar demasiado, pero estoy más que seguro que se sintió como esperar una eternidad.

Una que no hacía más que sofocar el ambiente de la habitación y crear más preguntas en nuestras mentes. En mi caso era de esa forma, pregunta tras pregunta a las que solo algunas podían dar una respuesta, pero que a su vez me llevaban a más preguntas.

Esas preguntas y esas respuestas solo contestar ella, porque no había otro común denominador más que Luna, la Reina Mística de un mundo que bien podría ser producto de mi imaginación. Así que solo quedaba esperar, aunque no fue por mucho.

 

─Bien, eso fue bastante intenso ─Escuché decir a Luna y eso por poco me hizo solar una pequeña risa, pero me contuve porque no podía creer que algo como esto en el fondo no le pareciera serio ─, así que tenemos a una invitada más Alex.

Su tono de voz había cambiado, parecía molesta y justo antes de que yo pudiera decir algo mamá habló y una vez más agradecí no tener que ser yo quien tuviera que hablar.




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