Alma de Guerrero

Capítulo Treinta y nueve Y rompe el corazón, pero la decisión está tomada.

Una magia antigua se ha despertado y todo
 tiene una consecuencia.  

Alex

 

Existen proverbios que alimentan el alma, algunos hasta curan heridas intangibles, pero nada cura lo cruda que es la verdad y la realidad en sí misma. Nada puede endulzar el hecho de que una madre posiblemente pierda un hijo, mucho menos existen palabras que curen y borren las expresiones y recuerdos en el rostro de una madre que comienza a notar las consecuencias de un poder no conocido.

Y es que pocas veces he visto el temple de mamá quebrarse, hoy ha sido una de esas pocas veces y por su expresión me atrevo a afirmar dentro de mí que la magia de cierta forma es inmune a su mortalidad y ha logrado ver en Jack lo que yo he notado desde hace varios minutos.

Su mirada se descompone y sus ojos se llenan de lágrimas, se levanta de su asiento y corre hacia Jack para tomar su rostro y observar cuidadosamente su cuello, toma su camisa y levantándola nota lo que yo con esperanza me temía no fuera tan grande, entonces jadea y con sumo cuidado baja su camisa y lo atrae hacia ella envolviéndolo en firme y largo abrazo mientras la escucho jadear y llorar. Quiero acercarme, pero no sé cómo hacerlo. Me siento inútil completamente porque una parte de mí comprende las palabras que dijo y le asusta las consecuencias, pero otra parte de mí y puede que esa sea la parte menos racional de mí, acepta el hecho y hasta cierto punto le da paz el hecho de tener que irse de aquí.

Ni siquiera sé a que me enfrento aceptando tal realidad de manera tan abrupta, pero tampoco entiendo cómo es que de repente no siento ansiedad respecto al tener que irme. Tampoco me parece coherente la forma en la que muy en el fondo parece no importarme el hecho de tener que dejar atrás una vida que no conocía, pero también una parte de mi cerebro procesa esta forma como una oportunidad de salir del mismo circulo vicioso sobre sentirme bien y luego de un momento sentir como todo a mi alrededor me oprime y me hace sentir pequeño.

Por otra parte, la idea de perder a mamá a Jack me hace sentir culpable por querer macharme a un lugar desconocido, seguramente se enojaría, tal vez gritaría y posiblemente me ataría tratando de detenerme; así que como muchas ocasiones y aunque no parezca no sé que hacer con esto y con mi vida en general.

─¿Alex por qué piensas tanto lo que tienes que decidir?

De nuevo su voz me saca de mis pensamientos y eso hace que mueva mi cabeza y mi vista enfocándola en la Reina que sigue parada en medio de la sala. No le contestó porque no sé que contestarle y ni siquiera sé si deseo darle una respuesta porque me encuentro cansado de todo lo que representa ser yo.

─Alex no lo pienses tanto ─vuelve a hablarme ─, esto ya está escrito en el destino y solo debes…

─¿Por qué le hablas así a mi hijo? ─Mamá habla soltando a Jack ─Sus palabras no van a influenciar a mi hijo, mis hijos.

Se corrigió.

Usted no se va a llevar a Alysa o a Jack ni mucho menos a Alex ─se giró para encararla ─, no mientras yo viva.

─Sus palabras no tienen poder sobre lo que usted desee ─contestó.

─No me importa realmente si tienen poder o no mis palabras sobre usted ─dijo ─, el destino puede esperar si se trata de mi vida entera, si usted se lleva a uno de ellos tres usted estará condenada…

─Oh simple mortal ilusa, me parece divertido que creas que tienes poder sobre mí cuando yo soy Reina de…

─¡Ya basta!

De un segundo a otra tenía las miradas de ambas mujeres sobre mí, la diferencia fue que una de ellas estaba llena de enojo y siniestra. No quería admitirlo, pero sentí miedo en ese momento, eran penetrantes sus ojos siempre me lo han parecido desde el momento en que la vi por primera vez; pero esta ocasión era diferente pues era completamente lacerante logrando por un momento que me encogiera y me preguntara si había sido lo correcto que haya intervenido.

─No vuelvas a interrumpirme, jamás Alma de Guerrero ─ las palabras las pronunció tan lento que por mi cuerpo recorrió una corriente eléctrica que me estremeció al instante ─. Tú necesita conocer tu nivel en esta historia. Tú no eres nadie más allá de un vil cobarde que entorpece mi objetivo.

No sabia que decir, pero aun así algo tenia claro y es que no permitiría jamás que alguien me tratara y tachara como cobarde e iluso. No estoy ni estaré dispuesto a hacerlo de nuevo.

─En ese caso creo que ya se dijo todo ─La interrumpí sin alzar la voz ─, tú lo haz dicho todo ya y creo que es momento de que yo diga lo que pienso.

─No te permito que me interrumpas ─Me ordenó.

─No, yo no te permito que le hablas…─Tuve que detenerla, era necesario que mamá me dejara hacer esto por mí, por ella.

─Yo, Reina Mística no te permitiré que me hables de esa manera ─dije con voz calmada mientras la observaba ─, esta es mi casa y tú no tienes poder en este pequeño territorio.

»La intrusa aquí eres tú ─sentencié ─, así que te pido guardes la compostura y te limites a respetarnos de lo contrario tendré que…

─¿Tendrás qué? ─preguntó con sarcasmo.

─Tomar una decisión ─respondí observándola ─, por como lo veo la que tiene que perder aquí con mi simple decisión eres tú y tu pueblo extraterrestre. Así que te pido ─me detuve ─... No, te exijo que te detengas con tu altives porque una simple palabra mía puede hundirte a ti y a tu pueblo…




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.